Renacuajo con el desarrollo normal del vaso sanguíneo (arriba) y renacuajo con el desarrollo de los vasos sanguíneos interrumpido por el tiabendazol (abajo). / Hye Ji Cha, Universidad de Texas.
ONCOLOGÍA
Un antifúngico genérico frena el crecimiento de los tumores
JANO.es · 24 Agosto 2012 11:17
El tiabendazol, un medicamento antimicótico barato, se muestra prometedor como tratamiento contra el cáncer, según un estudio de sus propiedades desarrollado a partir de la relación genética entre la levadura, las ranas, los ratones y los seres humanos.
Científicos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Texas, en Austin (Estados Unidos), han observado que el tiabenzadol, un fármaco genérico usado como antifúngico, destruye los vasos sanguíneos de nueva creación al actuar como agente perturbador vascular.
"Este descubrimiento es muy emocionante, ya que hemos encontrado el primer agente perturbador vascular aprobado para su uso en humanos. Esta investigación sugiere que el tiabendazol podría utilizarse clínicamente, en combinación con otras quimioterapias", explica Edward Marcotte, profesor de química en la Universidad de Texas. La investigación se publica en el último número de la revista PLoS Biology.
En ensayos con ratones, los investigadores observaron que este medicamento disminuyó el crecimiento de los vasos sanguíneos del fibrosarcoma. Los fibrosarcomas son tumores malignos que se caracterizan por haces entrelazados de fibras de colágeno y por la ausencia de otros tejidos orgánicos, tales como cartílago y hueso. En general, crean una gran cantidad de vasos sanguíneos.
El descubrimiento de los científicos es la culminación de una investigación que abarca varias disciplinas y organismos vivos. En un estudio anterior, Marcotte y su equipo descubrieron genes en células de la levadura que están también presentes en los vertebrados. En las levaduras, que no tienen vasos sanguíneos, estos genes son responsables de responder al estrés celular. En los vertebrados, regulan el crecimiento de las venas y arterias, denominado angiogénesis.
"Pensamos que mediante el análisis de este conjunto particular de genes podríamos ser capaces de identificar fármacos para la quimioterapia que se dirigieran a la vía de levadura, que también actúa como un inhibidor de la angiogénesis", afirma el investigador.
De la levadura al fibrosarcoma de los ratones
Hye Ji Cha, estudiante de Biología Celular y Molecular en la Universidad de Texas, buscó una molécula que inhibiese la acción de los genes de la levadura, utilizando para ello el tiabendazol. Posteriormente, probó la droga en el desarrollo de embriones de rana, que al ser de rápido crecimiento permiten a los científicos observar el desarrollo de los vasos sanguíneos en animales vivos.
Hye Ji observó que en los embriones de rana en contacto con el fármaco, o bien no se desarrollaron vasos sanguíneos o los vasos sanguíneos que crecieron fueron disueltos por el fármaco.
Más tarde, esta estudiante probó el tiabendazol en células de vasos sanguíneos cultivadas en placas Petri –placas de vidrio utilizadas en microbiología–, y observó que el fármaco también inhibía su crecimiento. Por último, se evaluó en tumores de fibrosarcoma en ratones, con resultados positivos.
"No teníamos la intención de encontrar un agente perturbador vascular, pero es lo que conseguimos", apunta John Wallingford, profesor de Biología del Desarrollo del mismo centro que Cha. "Es un excelente ejemplo del poder de la curiosidad y la investigación, impulsados por ideas que pueden venir de varias disciplinas", añade. Ahora, el siguiente paso es probar la droga en humanos.
PLoS Biology (2012); doi:10.1371/journal.pbio.1001380
Científicos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Texas, en Austin (Estados Unidos), han observado que el tiabenzadol, un fármaco genérico usado como antifúngico, destruye los vasos sanguíneos de nueva creación al actuar como agente perturbador vascular.
"Este descubrimiento es muy emocionante, ya que hemos encontrado el primer agente perturbador vascular aprobado para su uso en humanos. Esta investigación sugiere que el tiabendazol podría utilizarse clínicamente, en combinación con otras quimioterapias", explica Edward Marcotte, profesor de química en la Universidad de Texas. La investigación se publica en el último número de la revista PLoS Biology.
En ensayos con ratones, los investigadores observaron que este medicamento disminuyó el crecimiento de los vasos sanguíneos del fibrosarcoma. Los fibrosarcomas son tumores malignos que se caracterizan por haces entrelazados de fibras de colágeno y por la ausencia de otros tejidos orgánicos, tales como cartílago y hueso. En general, crean una gran cantidad de vasos sanguíneos.
El descubrimiento de los científicos es la culminación de una investigación que abarca varias disciplinas y organismos vivos. En un estudio anterior, Marcotte y su equipo descubrieron genes en células de la levadura que están también presentes en los vertebrados. En las levaduras, que no tienen vasos sanguíneos, estos genes son responsables de responder al estrés celular. En los vertebrados, regulan el crecimiento de las venas y arterias, denominado angiogénesis.
"Pensamos que mediante el análisis de este conjunto particular de genes podríamos ser capaces de identificar fármacos para la quimioterapia que se dirigieran a la vía de levadura, que también actúa como un inhibidor de la angiogénesis", afirma el investigador.
De la levadura al fibrosarcoma de los ratones
Hye Ji Cha, estudiante de Biología Celular y Molecular en la Universidad de Texas, buscó una molécula que inhibiese la acción de los genes de la levadura, utilizando para ello el tiabendazol. Posteriormente, probó la droga en el desarrollo de embriones de rana, que al ser de rápido crecimiento permiten a los científicos observar el desarrollo de los vasos sanguíneos en animales vivos.
Hye Ji observó que en los embriones de rana en contacto con el fármaco, o bien no se desarrollaron vasos sanguíneos o los vasos sanguíneos que crecieron fueron disueltos por el fármaco.
Más tarde, esta estudiante probó el tiabendazol en células de vasos sanguíneos cultivadas en placas Petri –placas de vidrio utilizadas en microbiología–, y observó que el fármaco también inhibía su crecimiento. Por último, se evaluó en tumores de fibrosarcoma en ratones, con resultados positivos.
"No teníamos la intención de encontrar un agente perturbador vascular, pero es lo que conseguimos", apunta John Wallingford, profesor de Biología del Desarrollo del mismo centro que Cha. "Es un excelente ejemplo del poder de la curiosidad y la investigación, impulsados por ideas que pueden venir de varias disciplinas", añade. Ahora, el siguiente paso es probar la droga en humanos.
PLoS Biology (2012); doi:10.1371/journal.pbio.1001380
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