El 70% de las personas con EPOC no están diagnosticadas
La enfermedad pulmonar supone una importante merma en la calidad de vida de los pacientes
Los broncodilatadores de larga duración son la mejor herramienta para su control
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una de las patologías respiratorias más frecuentes. Se calcula que en un grado u otro la padecen unos dos millones de personas en España, pero que el 70% no está diagnosticado, según el director de relaciones institucionales de la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (Separ), José Miguel González Moro. Su carga en vidas es además muy alta: unas 18.000 personas fallecen por su culpa.
La relación con el tabaco de esta enfermedad que se manifiesta, sobre todo, en forma de ahogos y cansancio es tanta que hay expertos que pretenden rebautizarla para hacerla más conocida, y llamarla tabacosis. De hecho, se piensa que uno de cada cuatro fumadores la desarrollarán ha dicho González Moro.
Pese al relativo desconocimiento que los propios pacientes tienen sobre ella, en los últimos años se han desarrollado tratamientos que, si no la curan al menos evitan el progresivo daño pulmonar y las secuelas discapacitantes. En este sentido, la aparición de los broncodilatadores de última generación, que duran 24 horas, ha sido clave, ha dicho Bernardino Alcázar, coordinador de la sección de EPOC de la Separ. El último en llegar al mercado es el glicopirronio de Novartis, que aparte de los beneficios de otros inhaladores (mejor tolerancia al ejercicio sin ahogarse, un 30% menos ataques agudos) tiene la ventaja de que empieza a actuar muy pronto, a los cinco minutos de tomarlo.
Esto es muy importante para los pacientes, que sobre todo por las mañanas aprecian que su vida está muy limitada, como ha puesto de manifiesto Jaume Ferré, también de la Separ que ha hecho un estudio sobre el día a día de los afectados. Tareas como vestirse, ducharse o hacer la cama pueden resultarles muy complicada si notan que se ahogan.
Además, los nuevos dispositivos son más fáciles de inhalar (no hay que hacer tanto esfuerzo), y el paciente oye y nota el sabor de que se ha tomado bien la medicación, lo que debe ayudar a mejorar la adherencia (el nombre con el que se define el cumplimiento terapéutico). Esta está en alrededor del 50%, dijo Alcázar, porque como la enfermedad cursa en brotes (exacerbaciones las llaman los expertos) los pacientes tienden a no medicarse cuando se encuentran mejor.
Actualmente hay dos familias de broncodilatadores, por lo que el futuro inmediato, sobre todo para los pacientes que no responden a alguno de ellos, es combinarlos, ha dicho Jordi Casafon, de Novartis.
La relación con el tabaco de esta enfermedad que se manifiesta, sobre todo, en forma de ahogos y cansancio es tanta que hay expertos que pretenden rebautizarla para hacerla más conocida, y llamarla tabacosis. De hecho, se piensa que uno de cada cuatro fumadores la desarrollarán ha dicho González Moro.
Pese al relativo desconocimiento que los propios pacientes tienen sobre ella, en los últimos años se han desarrollado tratamientos que, si no la curan al menos evitan el progresivo daño pulmonar y las secuelas discapacitantes. En este sentido, la aparición de los broncodilatadores de última generación, que duran 24 horas, ha sido clave, ha dicho Bernardino Alcázar, coordinador de la sección de EPOC de la Separ. El último en llegar al mercado es el glicopirronio de Novartis, que aparte de los beneficios de otros inhaladores (mejor tolerancia al ejercicio sin ahogarse, un 30% menos ataques agudos) tiene la ventaja de que empieza a actuar muy pronto, a los cinco minutos de tomarlo.
Esto es muy importante para los pacientes, que sobre todo por las mañanas aprecian que su vida está muy limitada, como ha puesto de manifiesto Jaume Ferré, también de la Separ que ha hecho un estudio sobre el día a día de los afectados. Tareas como vestirse, ducharse o hacer la cama pueden resultarles muy complicada si notan que se ahogan.
Además, los nuevos dispositivos son más fáciles de inhalar (no hay que hacer tanto esfuerzo), y el paciente oye y nota el sabor de que se ha tomado bien la medicación, lo que debe ayudar a mejorar la adherencia (el nombre con el que se define el cumplimiento terapéutico). Esta está en alrededor del 50%, dijo Alcázar, porque como la enfermedad cursa en brotes (exacerbaciones las llaman los expertos) los pacientes tienden a no medicarse cuando se encuentran mejor.
Actualmente hay dos familias de broncodilatadores, por lo que el futuro inmediato, sobre todo para los pacientes que no responden a alguno de ellos, es combinarlos, ha dicho Jordi Casafon, de Novartis.
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