CARDIOLOGÍA
Investigan los cambios genéticos que se producen tras un infarto para así disminuir la insuficiencia cardiaca
JANO.es · 27 Agosto 2013 12:31
Una investigación de la Universidad de Sevilla confirma que, tras un infarto, los cardiomiocitos modifican la expresión génica y comienzan a sintetizar unas proteínas distintas a las que solían producir.
El grupo de investigación 'Trasplante Corazón. Conservación Corazón Donante', de la Universidad de Sevilla (US), especializado en el estudio del infarto agudo de miocardio, ha analizado los cambios genéticos que se producen en el paciente que ha sufrido un infarto con el objetivo de mejorar el diagnóstico de la enfermedad, desarrollar tratamientos más ajustados y disminuir el número de casos que derivan en una insuficiencia cardiaca.
Según informa la universidad hispalense en un comunicado, para llevar a cabo el estudio los investigadores han trabajado con modelos clínicos, animales de laboratorio y cultivos celulares, y han empleado herramientas genómicas, proteómicas e imágenes cardiovasculares que van desde la imagen molecular a la imagen por ultrasonido y por resonancia magnética nuclear.
El equipo ha estado integrado por expertos en imagen cardiovascular, hemodinamistas, expertos en biología molecular, bioquímicos, especialistas en RMN, y cirujanos cardiovasculares, que han colaborado, a su vez, con investigadores de otras zonas de España, de Estados Unidos y Europa.
El responsable del grupo de investigación y cirujano cardiovascular del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Antonio Ordóñez Fernández, ha indicado que "en la última década ha descendido considerablemente la mortalidad inmediata del infarto agudo y se ha conseguido retrasar la edad de aparición de la enfermedad de los 50 a los 70 años de media gracias al avance científico y al uso de nuevos fármacos, pero en contraposición el número de pacientes de esta población que deriva hacia la insuficiencia cardíaca es mayor y es esto precisamente lo que se quiere evitar".
La investigación confirma que, tras un infarto, los cardiomiocitos modifican la expresión génica y comienzan a sintetizar unas proteínas distintas a las que solían producir. Ante los cambios genéticos, el corazón por su parte intenta adaptarse mediante un remodelado a la nueva situación. Así, Ordoñez ha señalado que "esto que a priori es positivo, a largo plazo se convierte en una remodelado adverso en la que el corazón va perdiendo fuerza y funcionalidad, por ello el objetivo es conocer bien el cambio estructural que desarrolla la célula para que sirva como diana terapéutica".
En este sentido, Ordoñez ha destacado que "integrar la atención clínica a los ciudadanos en los hospitales, con el conocimiento que genera la Universidad y con las labores de investigación dentro de un mismo campus, ha sido un gran avance para dar soluciones a problemas reales, y ahora se necesita un mayor compromiso por parte de las empresas privadas biosanitarias y que éstas apuesten decididamente por financiar la investigación para que haya una mayor transferencia tecnológica de los conocimientos generados hacia la sociedad".
El grupo de investigación 'Trasplante Corazón. Conservación Corazón Donante' de la Universidad de Sevilla (US), especializado en el estudio del infarto agudo de miocardio, ha estudiado los cambios genéticos que se producen en el paciente que ha sufrido un infarto con el objetivo de hacer un mejor diagnóstico de la enfermedad, desarrollar tratamientos más ajustados y disminuir el número de casos que derivan en una insuficiencia cardiaca.
Según informa la Hispalense en un comunicado, para llevar a cabo el estudio los investigadores han trabajado con modelos clínicos, animales de laboratorio y cultivos celulares, y han empleado herramientas como genómicas, proteómicas e imágenes cardiovasculares que van desde la imagen molecular a la imagen por ultrasonido y por resonancia magnética nuclear.
El equipo ha estado integrado por expertos en imagen cardiovascular, hemodinamistas, expertos en biología molecular, bioquímicos, especialistas en RMN, y cirujanos cardiovasculares, que han colaborado, a su vez, con investigadores de otras zonas de España, de Estados Unidos y Europa.
El responsable del grupo de investigación y cirujano cardiovascular del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, Antonio Ordóñez Fernández, ha indicado que "en la última década han descendido considerablemente la mortalidad inmediata del infarto agudo y se ha conseguido retrasar la edad de aparición de la enfermedad de los 50 a los 70 años de media gracias al avance científico y al uso de nuevos fármacos, pero en contraposición el número de pacientes de esta población que deriva hacia la insuficiencia cardíaca es mayor y es esto precisamente lo que se quiere evitar".
La investigación confirma que, tras un infarto, los cardiomiocitos modifican la expresión génica y comienzan a sintetizar unas proteínas distintas a las que solían producir. Ante los cambios genéticos, el corazón por su parte intenta adaptarse mediante un remodelado a la nueva situación. Así, Ordoñez ha señalado que "esto que a priori es positivo, a largo plazo se convierte en una remodelado adverso en la que el corazón va perdiendo fuerza y funcionalidad, por ello el objetivo es conocer bien el cambio estructural que desarrolla la célula para que sirva como diana terapéutica".
En este sentido, Ordoñez ha destacado que "integrar la atención clínica a los ciudadanos en los hospitales, con el conocimiento que genera la Universidad y con las labores de investigación dentro de un mismo campus, ha sido un gran avance para dar soluciones a problemas reales, y ahora se necesita un mayor compromiso por parte de las empresas privadas biosanitarias y que éstas apuesten decididamente por financiar la investigación para que haya una mayor transferencia tecnológica de los conocimientos generados hacia la sociedad".
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