Una toxina que viaja por el aire, posible causa del mal de Kawasaki - DiarioMedico.com
ENFERMEDAD RARA
Una toxina que viaja por el aire, posible causa del mal de Kawasaki
Una misteriosa toxina que se transmite por el aire podría ser la causa del síndrome de Kawasaki, una cardiopatía pediátrica descrita por primera vez en Japón en 1967.
Redacción. Madrid | 20/05/2014 00:00
Una misteriosa toxina que se transmite por el aire podría ser la causa del síndrome de Kawasaki, una cardiopatía pediátrica descrita por primera vez en Japón en 1967. La enfermedad de Kawasaki es la causa más frecuente de patología cardiaca adquirida en la infancia; cursa con un daño permanente en las arterias coronarias. En el 25 por ciento de los casos se produce un aneurisma arterial coronario que puede producir un infarto, insuficiencia cardiaca o muerte súbita. Por suerte, es una enfermedad rara, aunque su prevalencia está aumentando entre los niños de Asia, Estados Unidos y en Europa occidental. Hay modelos predictivos que estiman incluso que, en 2020, uno de cada 1.600 adultos estadounidenses estarán afectados por la enfermedad.
Los brotes de la enfermedad que se registraron en Japón coincidieron con un determinado patrón de vientos en Asia, identificado por Xavier Rodó, climatólogo del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados, en Barcelona. En concreto, los casos repuntaban cuando el viento procedía de ciertas regiones con cultivos de cereales en el noreste de China, que se intensificaron en la década de 1960.
El grupo de Rodó, junto con el de Jane C. Burns, directora del Centro de Investigación en Enfermedad de Kawasaki, de la Universidad de California en San Diego, publica hoy en la revista PNAS un estudio donde se aportan pruebas que sugieren que la causa más probable del Kawasaki es una "toxina preformada o una molécula medioambiental" originada en China y posiblemente relacionada con los hongos Candida (el patógeno vinculado al modelo murino de la enfermedad de Kawasaki).
MÁS SOBRE BIOQUÍMICA CLÍNICA
La combinación de compuestos químicos que bloquean la actividad de la enzima GSK3 (glucógeno sintasa cinasa 3), presente en las células tumorales, con TRAIL (una proteína natural de las células), constituye una terapia efectiva en el cáncer de páncreas.
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