AVANCES EN EL DESARROLLO DE TRATAMIENTOS
Los radioprotectores podrían disminuir los efectos secundarios de la radiación a largo plazo
Un equipo de investigación del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia afirma que el mayor problema del tratamiento con exposición a la radiación reside en valorar de forma exacta y fiable cuál es el riesgo exacto de cada individuo.
Alba Vega | 14/08/2014 14:53
José Miguel Soriano y Alegría Montoro del Servicio de Protección Radiológica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia y autores del libro “Últimos avances en radioprotectores de origen natural” (Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia)
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Equipo de investigación dirigido por José Miguel Soriano y Alegría Montoro del Servicio de Protección Radiológica del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, en colaboración con la Universidad de Valencia, han presentado el primer libro a escala nacional titulado "Últimos avances en radioprotectores de origen natural". Esta publicación se encuentra enmarcada en el proyecto "Estudio de radioprotectores de origen alimentario para pacientes y trabajadores en procedimientos de tratamiento o diagnóstico médico con radiaciones", e incluida dentro de las ayudas de I+D relacionadas con la Seguridad Nuclear y la Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Los autores del libro intentan avanzar en este ámbito con el objetivo de paliar los efectos adversos que puede desencadenar el uso de radiaciones ionizantes. Montoro explica que "existen patologías que no pueden ser tratadas mediante la exposición a la radiación ya que los pacientes que las sufren son considerados radiosensibles". En otros casos, la decisión está en manos de los profesionales sanitarios que tienen que evaluar los daños y los beneficios que produciría este tratamiento. Sin embargo, "el problema reside en valorar de forma exacta y fiable cuál es el riesgo de cada individuo". Este es uno de los mayores retos de los investigadores y aunque se han realizado multitud de estudios sobre este tema, Montoro ha advertido de que "estos hallazgos todavía no responden de forma clara y precisa a esta cuestión".
"Los avances obtenidos en relación a una medicina más personalizada, la mejora de equipamientos, una nutrición individualizada y la investigación en radioprotectores de uso oral y tópico, está solucionando ya, algunos problemas de los efectos de las radiaciones, siendo ésta la línea de investigación con proyección de futuro de este grupo de investigación", ha explicado Montoro.
El equipo de investigación de Montoro y Soriano lleva a cabo un trabajo de análisis en profundidad de los fitoquímicos (principios naturales o compuestos químicos naturales), ya que su uso individual podría ser utilizado para la creación de productos funcionales con efecto radioprotector. Sin embargo, Soriano ha recordado que aún existen pasos a seguir antes de que estos productos se conviertan en una realidad y que aunque se han realizado centenares de estudios in vitro en diversos animales, existen muy pocos que "evalúen el efecto radioprotector de los fitoquímicos y que garanticen su efectividad y seguridad en humanos". A pesar de esto, Soriano ha destacado que estos productos podrían ser utilizados en un futuro más inmediato "en pacientes que no tengan tejido tumoral que en las terapias de radioterapia contra el cáncer". Esta diferencia entre ambas aplicaciones se produce debido a que en este último caso, el compuesto debería "proteger, no ser tóxico para las células sanas y a la vez evitar que alcance y proteja a las células cancerígenas".
Estas investigaciones en radioprotectores tienen bastante importancia en la actualidad dado que podrían disminuir la probabilidad de aparición o la eliminación total de efectos inmediatos y secundarios de la radiación a largo plazo y mejorarían la calidad de vida del paciente.
En libro se divide esencialmente en tres partes: principios naturales, organismos naturales y preparados naturales. En el primero de estos apartados, se explican tres posibles mecanismso de radiprotección con curcumina, que es el polifenol más abundante presente en la cúrcuma (una especie culinaria obtenida a partir de los rizomas secos de laCurcuma longa). Montoro ha explicado que las diferencias existentes entre estos mecanismo "radican básicamente en el tipo de acción que la curcumina induce o suprime tras la irradiación a distintos niveles celulares o moleculares" y que se pueden clasificar en "radioprotectores, que son agentes profilácticos administrados antes de irradiar; radiomoduladores, agentes administrados durante la irradiación o inmediatamente tras la exposición a la radiación ionizante, pero siempre antes de manifestarse el daño; y por último como agentes para el tratamiento de los efectos secundarios, los cuales siempre se administran tras la manifestación de los síntomas clínicos".
Según ha informado Montoro, de los tres procedimiento desarrollados a lo largo del libro, el primero tiene como objetivo inhibir la acción de ciertas proteínas, en especial, la de la proteína responsable del daño radioinducido a lípidos celulares, por lo que si se inhibe esta, el daño se elimina. El segundo mecanismo se lleva a cabo a través de la inhibición de la expresión de enzimas responsables de aumentar el estrés oxidativo originado por la radiación, el cual, resulta esencial en el desarrollo de diversas enfermedades. Por último, el tercer mecanismo "se realiza también a nivel de enzimas pero en este caso en aquellas responsables de eliminar (y no de producir como en el caso anterior) los productos generados después de la irradiación".
Además, en el libro se explica el efecto de 26 organismos naturales, uno de ellos es el Ginkgo biloba o Árbol de Oro, una especie natural sagrada para los budistas que se utiliza para aumentar el riego sanguíneo, favorecer una irrigación eficiente en el corazón y las extremidades, y que también podría disminuir los efectos nocivos del estrés oxidativo causado por la radiación de distintas formas.
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