Cada año se producen entre
4 y 6 casos de mieloma múltiple por cada 100.000 habitantes en el mundo. En
España se estima que hay alrededor de
12.000 pacientes, con unos 2.000 nuevos casos al año, cifra que representa el 1 por ciento de todos los cánceres y el 10 por ciento de los tumores hematológicos. Con el objetivo de informar a pacientes y familiares sobre la patología, los tratamientos, el papel de los trasplantes y la evolución de la enfermedad, se ha celebrado en Valencia la jornada
Poniéndole cara al mieloma, organizada por la
Comunidad Española de Pacientes con Mieloma Múltiple (Cemmp), con la colaboración de
Celgene y la
Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
Según Javier de la Rubia, hematólogo del Hospital Universitario Doctor Peset, de Valencia, el perfil del paciente es el de "una persona de más de 70 años que suele acudir al médico por aparición de dolores óseos, secundarios a la afectación esquelética característica de esta enfermedad, o por aumento del cansancio a consecuencia de la anemia asociada al mieloma".
María José Cejalvo Andújar, del servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Doctor Peset, de Valencia, ha añadido que "cuando el mieloma se hace sintomático aparece la anemia que condiciona debilidad y cansancio, además del daño orgánico principalmente renal y óseo".
La importancia de los trasplantes
De la Rubia ha comentado la importancia de los trasplantes en pacientes en esta patología: "Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes, en España en 2016 se realizaron más de 900 trasplantes autólogos, la cifra más alta de los últimos 20 años. Estos datos confirman que el mieloma es la enfermedad que más se trasplanta en España". De ahí que el reto se localice en "la potenciación del trasplante autólogo ambulatorio, es decir, efectuado sin necesidad de ingreso, ya que mejora notablemente la percepción del paciente del procedimiento y su aceptación".
Según De la Rubia en los últimos dos años, se ha aumentado el número de esquemas con fármacos "con mecanismos de acción complementarios y novedosos que han incrementado las opciones terapéuticas para los pacientes". En la línea de las nuevas técnicas de monitorización, Cejalvo ha destacado las "de laboratorio, con el uso de la citometría de flujo, y técnicas de imagen, principalmente, el PET-TAC".
El Mieloma Múltiple Quiescente
Anabel Teruel, del Servicio de Hematología y Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario ,de Valencia, ha diferenciado el mieloma múltiple quiescente del mieloma múltiple por la ausencia de síntomas y signos relacionados con la enfermedad en el diagnóstico. "Su detección suele ser casual en un estudio analítico por otro motivo". Según datos recientes de un estudio prospectivo observacional del Registro Sueco de Mieloma, el 14 por ciento de los pacientes con mieloma se clasifican con mieloma múltiple quiescente.
Según De la Rubia, gracias a técnicas diagnósticas más sensibles, el número de pacientes diagnosticados en fases muy tempranas de la enfermedad, incluso antes de que aparezcan los síntomas, se está incrementando, lo que mejora el pronóstico.
El principal tratamiento de los pacientes con mieloma múltiple quiescente es la abstención terapéutica y la observación. "Dado el mayor conocimiento biológico y clínico de la enfermedad, se recomienda realizar una estratificación de riesgo en el momento del diagnóstico. En los últimos años ha habido avances significativos en la detección, el pronóstico y el tratamiento de estos pacientes, lo que ha propiciado que alrededor del 80 por ciento progresen a mieloma múltiple sintomático a los dos años del diagnóstico".
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