jueves, 17 de mayo de 2018

La OMS quiere eliminar las grasas trans en alimentos manufacturados - DiarioMedico.com

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LA SEEN PIDE NORMATIVAS EN ESPAÑA

La OMS quiere eliminar las grasas trans en alimentos manufacturados

La OMS ha lanzado la línea estratégica Replace para eliminar los ácidos grasos trans producidos industrialmente de los procesos alimentarios en el mundo. A esta medida se suma en España la SEEN para establecer normativas que limiten su uso y notificar su presencia en el etiquetado nutricional.
Redacción | redaccion@diariomedico.com   |  16/05/2018 13:10
 
 

Hamburguesa
Autor: Archivo
Desterrar los ácidos grasos industriales de la alimentación es el objetivo que se ha marcado la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el lanzamiento de Replace, una guía de actuación. Las estadísticas apuntan a que estos ácidos grasos son responsables de más de 500.000 muertes al año y de gran número de enfermedades cardiovasculares, primera causa de fallecimiento en el mundo. Ante este comunicado, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha afirmado: "Es necesario informar de cómo llegan a nuestra dieta e incluir datos en el etiquetado de los alimentos. Establecer normativas para limitar su consumo es uno de los grandes objetivos de salud pública alimentaria".
Según el informe de la OMS, las grasas trans producidas industrialmente se encuentran en lasgrasas vegetales sólidas, como la margarina y otras grasas clarificadas, y están presentes a menudo en snacks, alimentos cocinados y fritos. Asimismo, la OMS explica que los fabricantes las utilizan con frecuencia puesto que tienen una vida útil mayor que otras grasas. Sin embrago, se pueden utilizar alternativas más saludables sin afectar al coste o al sabor de la comida.
  • La OMS recomienda que el consumo de grasas trans no supere los 2 gramos diarios
Según señalan desde la SEEN, ingerir 5 gramos al día más de grasa trans (el equivalente a la que contenía un croissant industrial estándar) aumenta en un 25 por ciento el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Por estos motivos, la OMS pide su eliminación y recomienda que el consumo de grasas trans no supere los 2 g diarios, o lo que es lo mismo, el 1 por ciento de la ingesta energética total. Otras instituciones son aún más estrictas, tanto la EFSA (European Food Safety Authority) como la FDA (Food & Drug Administration) norteamericana indican que su consumo debe reducirse al mínimo posible.
Algunos países ya han aplicado medidas para reducir las grasas trans en la alimentación, como es el caso de Dinamarca o la ciudad de Nueva York, por poner algunos ejemplos. En España, Sanidad ha lanzado junto a la industria de la alimentación un plan para reducir entre un 5 por ciento y un 18 por ciento las grasas, azúcares y sal de 3.500 alimentos en 2020.
Según Michael R. Bloomberg, alcalde de Nueva York y embajador global de la OMS de Enfermedades no Transmisibles, "la prohibición sobre las grasas trns en la ciudad d eNueva York ayudó a reducir el número de infartos sin modificar el sabor o el coste de la alimentación. Eliminar su uso en el mundo podría ayudar a salvar millones de vidas. Un enfoque global para el control del tabaco nos ha ayudado a conseguir más progreso en la última década. Un abordaje similar de las grasas trans puede ayudarnos a progresar en la lucha contra la enfermedad cardiovascular".

Medidas para limitar su consumo

Replace busca que los estados se comprometan a eliminar las grasas trans producidas industrialmente. Para ello, presenta seis acciones estratégicas: revisar la situación nacional; promover el reemplazo por otras fuentes de grasas más sanas; legislar para prohibir las grasas trans; evaluar el contenido en la cadena alimentaria y los cambios de hábitos en la población; crear conciencia entre la población y los industriales sobre sus efectos perniciosos; e implementar la nueva legislación.
Por su parte, la SEEN enfatiza que a pesar de que estas grasas podrían estar presentes en una gran variedad de alimentos que son consumidos a diario, la actual legislación no obliga a que sean identificadas en el etiquetado, por lo que no se informa de su presencia ni de su cantidad. Así, recuerda que mientras esta nueva iniciativa se pone en vigor, es necesario:
1. Regular y desarrollar la normativa del etiquetado nutricional para que la composición en grasas trans de cada alimento sea conocida por el consumidor.
2. Activar políticas locales e internacionales para limitar su consumo.
3. Disminuir al mínimo la ingesta de grasas trans, siempre por debajo del 1 por ciento de la ingesta energética diaria total.

Las trans en los alimentos procesados

"Los acidos grasos trans están presentes en múltiples alimentos. Casi la totalidad de estas grasas provienen del proceso industrial sobre los aceites de origen vegetal contenidos en los alimentos, especialmente en los denominados fast food (hamburguesas, patatas fritas, etc.), aperitivos, productos de bollería industrial, galletas rellenas de chocolate y sopas deshidratadas. Sin embargo, algunos alimentos de origen animal (grasa, carne con masa grasa, leche y derivados) pueden contenerlas de manera natural, pues la flora intestinal de los rumiantes también es capaz de producirlos. Asímismo, el aceite de oliva también puede contener pequeñas cantidades; tanto el aceite refinado como el de mezcla pueden contener legalmente <0.5 por ciento de grasa trans, mientras que para el aceite de oliva virgen, la cantidad se reduce a <0.1 por ciento", han explicado desde la SEEN.
Según la SEEN, en España el contenido en ácidos grasos trans (AGt) de los productos procesados, como las margarinas o la bollería, se ha reducido, hasta prácticamente desaparecer, a lo largo de los últimos años por la evidencia demostrada de su relación con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esto no ocurre en todos los países. Los ácidos grasos trans siguen estando presentes en muchos alimentos en países como China o India, donde estas enfermedades no trasmisibles están aumentando de manera significativa.
En esa misma línea, una de las principales líneas de actuación del plan estratégico de la OMS entre 2019-2023 se centra precisamente en conseguir eliminar de las líneas industriales alimenticias el uso de las grasas trans industriales.

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