Concientización sobre la fiebre del valle de San Joaquín
La fiebre del valle de San Joaquín o coccidioidomicosis (también conocida como fiebre del valle) es una infección micótica de los pulmones que puede ser devastadora. Aprender sobre la fiebre del valle puede ayudarlos a usted y a su médico a reconocer los síntomas de forma temprana.
La fiebre del valle de San Joaquín es una infección causada por un hongo que vive en la tierra. Alrededor de 10 000 casos se notifican en los Estados Unidos cada año, principalmente en Arizona y California. La fiebre del valle puede ser diagnosticada erróneamente porque sus síntomas son parecidos a los de otras enfermedades. A continuación, algunas cosas importantes para saber sobre la fiebre del valle.
De la tierra a los pulmones
El hongo que causa la fiebre del valle, el Coccidioides, se encuentra en el sudoeste de los Estados Unidos, partes de México y América Central y partes de América del Sur. El hongo también se ha encontrado recientemente en la zona sur central del estado de Washington. Las personas pueden enfermarse con la fiebre del valle al inhalar las esporas microscópicas del hongo que están en el aire en estas zonas. La fiebre del valle no se transmite de persona a persona.
Los síntomas comunes pueden llevar a un retraso en el diagnóstico
Muchas personas que están expuestas al hongo nunca tienen síntomas. Otras personas pueden tener síntomas como los de la influenza (gripe), entre ellos::
- Fatiga (cansancio)
- Tos
- Fiebre
- Dificultad para respirar
- Dolor de cabeza
- Sudores nocturnos
- Dolores musculares o dolor en las articulaciones
- Sarpullido en la parte superior del cuerpo o en las piernas
Los síntomas de la fiebre del valle pueden ser similares a los de otras enfermedades comunes, por lo que los pacientes pueden tener un retraso en obtener un diagnóstico o tratamiento. Para muchas personas, los síntomas desaparecerán sin ningún tratamiento después de semanas o meses. Los proveedores de atención médica recetan medicamentos antimicóticos para algunas personas, con el fin de reducir los síntomas o prevenir que la infección empeore. Las personas con infecciones pulmonares graves o infecciones que se han propagado a otras partes del cuerpo siempre necesitan un tratamiento antimicótico y es posible que deban permanecer hospitalizadas.
Cualquier persona que viva en un área donde exista el hongo en el medio ambiente o viaje a ella puede contraer la fiebre del valle. La fiebre del valle puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más común en adultos de 60 años de edad o mayores. Ciertos grupos de personas posiblemente tengan un riesgo más alto de presentar los tipos graves de fiebre del valle, como los siguientes:
- Las personas con el sistema inmunitario debilitado, por ejemplo quienes:
- Tienen el VIH/sida.
- Han tenido un trasplante de órgano.
- Toman medicamentos como corticoesteroides o inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF).
- Las mujeres embarazadas.
- Las personas que tienen diabetes.
- Las personas negras o filipinas.
La concientización es clave
En las áreas donde la fiebre del valle es común, es difícil evitar totalmente la exposición al hongo, porque está presente en el medio ambiente. No hay una vacuna para prevenir la infección. Por eso es que informarse sobre la fiebre del valle es una de las maneras más importantes de evitar los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento. Las personas que tienen síntomas de la fiebre del valle y viven en un área donde el hongo es común o la han visitado, deben pedirle al médico que les haga la prueba de detección de esta enfermedad. Los proveedores de atención médica deben saber que los síntomas de la fiebre del valle son similares a los de otras enfermedades respiratorias, y deben considerar hacer la prueba de la fiebre del valle a los pacientes con síntomas como los de la influenza (gripe) que viven en un área donde existe el hongo Coccidioides o han viajado a ella.
Qué están haciendo los CDC
- Creación de conciencia. Los CDC, los departamentos de salud a nivel estatal y local, y otras agencias trabajan conjuntamente para educar al público y a los proveedores de atención médica sobre la fiebre del valle para reducir los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento, y mejorar los resultados de salud para las personas.
- Vigilancia. En muchos estados, se exige que los proveedores de atención médica y los laboratorios notifiquen los casos de fiebre del valle a las autoridades de salud pública. La notificación de los casos de enfermedad ayuda a los funcionarios gubernamentales y a los proveedores de atención médica a entender por qué ocurren los brotes y les permite monitorear las tendencias en los casos de fiebre del valle.
- Detección molecular avanzada. Los CDC han estado construyendo nuevas herramientas que hacen que sea más rápido y más fácil detectar el hongo Coccidioides en el medio ambiente. Los CDC también están usando la secuenciación del genoma completo para investigar las nuevas áreas donde existe el hongo Coccidioides y está causando enfermedad.
- Investigación sobre el tratamiento. Los CDC están asistiendo a otras agencias de salud con estudios para entender cuál es el mejor tratamiento para la fiebre del valle. Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) están patrocinando un ensayo aleatorizado controlado con el fin de aprender más sobre el tratamiento para la fiebre del valle de San Joaquín.
* Los enlaces a sitios web pueden llevar a páginas en inglés o español.
Más información
Valley Fever Awareness | Features | CDC
Valley Fever Awareness
Valley fever is a fungal lung infection that can be devastating. Learning about Valley fever can help you and your doctor recognize the symptoms early.
Valley fever is an infection caused by a fungus that lives in the soil. About 10,000 cases are reported in the United States each year, mostly from Arizona and California. Valley fever can be misdiagnosed because its symptoms are similar to those of other illnesses. Here are some important things to know about Valley fever, also called coccidioidomycosis.
From soil to lungs
The fungus that causes Valley fever, Coccidioides, is found in the southwestern United States, parts of Mexico and Central America, and parts of South America. The fungus has also been found in south-central Washington State. It probably lives in other areas in the western United States. People can get Valley fever by breathing in the microscopic fungus from the air in these areas. Valley fever does not spread from person to person.
Common symptoms may lead to delayed diagnosis
Many people who are exposed to the fungus never have symptoms. Other people may have flu-like symptoms, including:
- Fatigue (tiredness)
- Cough
- Fever
- Shortness of breath
- Headache
- Night sweats
- Muscle aches or joint pain
- Rash on upper body or legs
The symptoms of Valley fever can be similar to those of other common illnesses, which may cause delays in getting patients correctly diagnosed and treated. For many people, symptoms will go away without any treatment, after weeks or months. Healthcare providers prescribe antifungal medication for some people to try to reduce symptoms or prevent the infection from getting worse. People who have severe lung infections or infections that have spread to other parts of the body always need antifungal treatment and may need to stay in the hospital.
People at risk
Anyone who lives in or travels to an area where the fungus lives in the environment can get Valley fever. Valley fever can affect people of any age, but it’s most common in adults age 60 and older. Additionally, certain groups of people may be at higher risk for developing the severe forms of Valley fever, such as:
- People who have weakened immune systems, for example, people who:
- Have HIV/AIDS
- Have had an organ transplant
- Are taking medications such as corticosteroids or tumor necrosis factor (TNF) inhibitors
- Pregnant women
- People who have diabetes
- People who are black or Filipino
Awareness is key
In areas where Valley fever is common, it’s difficult to completely avoid exposure to the fungus because it is in the environment. There is no vaccine to prevent infection. That’s why knowing about Valley fever is one of the most important ways to avoid delays in diagnosis and treatment. People who have Valley fever symptoms and live in or have visited an area where the fungus is common should ask their doctor to test them for Valley fever. Healthcare providers should be aware that Valley fever symptoms are similar to those of other respiratory illnesses and should consider testing for Valley fever in patients with flu-like symptoms who live in or have traveled to an area where Coccidioides lives.
What CDC is doing
- Raising awareness. CDC, state and local health departments, and other agencies are working together to educate the public and healthcare providers about Valley fever to reduce delays in diagnosis and treatment and to improve people’s health.
- Surveillance. In many states, healthcare providers and laboratories are required to report Valley fever cases to public health authorities. Disease reporting allows government officials to monitor trends in Valley fever cases.
- Advanced molecular detection. CDC has been developing new tools that make it faster and easier to detect Coccidioides in the environment. CDC is also using whole genome sequencing on environmental and patient samples to investigate new areas where Coccidioides is living and causing illness.
- Researching diagnosis and treatment. CDC is studying new tests to diagnose Valley fever faster and is assisting other health agencies with studies to understand the best treatment for Valley fever.
More Information
- CDC – Valley Fever (Coccidioidomycosis)
- CDC – Fungal Diseases
- CDC – Advanced Molecular Detection Projects: Mapping the Range of Valley Fever in the U.S.
- Arizona Department of Health Services – Valley Fever
- California Department of Public Health – Coccidioidomycosis (Valley Fever)
- Valley Fever Center for Excellence
- LA County Department of Public Health—Valley Fever
- LA County Department of Public Health—Valley Fever Youth Flyer[148 KB]
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