lunes, 23 de diciembre de 2019

Estrés navideño | Equipo Verdisa



Estrés navideño

La Navidad y Año Nuevo, más allá de ser acontecimientos festivos, son fechas significativas que determinan el aumento de los niveles de ansiedad e irritabilidad en las personas. Sin embargo, un balance entre las reacciones físicas y psicológicas que se desatan con la apretada agenda decembrina, permitirán el disfrute de las pascuas.

Los días de fiesta se acercan y la ciudad se pone de cabeza. Cientos de personas recorren las calles y los centros comerciales en busca de los ingredientes, el regalo y el estreno más adecuado. Colas interminables en las calles y en los bancos, que se ven obligados a trabajar con horarios extendidos. Tareas en la casa y en la oficina que obligan a una división acertada del tiempo para poder cumplir con el cierre de las actividades laborales y los preparativos decembrinos personales: entiéndase arreglar y decorar profusamente el hogar, visitar a la familia y poder disfrutar. Pero aunque la mayoría de las personas parezca inmersa en una atmósfera de parranda y alegría, muchos son los seres humanos -como padres, madres, hijos, empresarios, comerciantes, empleados y desempleados- que se llenan de impaciencia e incertidumbre por todo lo que la temporada les demanda cumplir. Ellos sufren el típico estrés navideño.
"El estrés es una reacción psicofísica del organismo ante una situación de demanda real", explica la psicóloga Sophia Behrens ante la incapacidad de respuesta que experimentan las personas frente a las diferentes necesidades de la vida, que muchas veces, superan los niveles normales de exigencia personal.

Las manifestaciones psicológicas más frecuentes del estrés son ansiedad, aceleramiento, irritabilidad, rabia e inconformidad. "En cuanto al comportamiento, es característico el apuro, el no darse tiempo para nada, el estar siempre ocupado sin dejar espacio para el esparcimiento, el placer y el disfrute. Eso retroalimenta las causas del estrés y la persona se altera más", señala Behrens al respecto.
Las personas afrontarán -mejor o peor- el estrés dependiendo de cómo aborden el tema y el nivel de significación que le den a las demandas que los inquietan. La mejor salida -según Behrens- está en manos de las diferentes soluciones que puedan establecerse frente al problema. "El estresado más estresado, que está dentro de un círculo vicioso, no resuelve y constantemente está anticipando la demanda".

Detonantes
Con las fiestas navideñas, las demandas económicas se tornan cuesta arriba, porque aunque los ingresos monetarios sean mayores -por el cobro de las utilidades o aguinaldos- los gastos también aumentan. La llamada 'fiebre del consumo' se activa y el dinero se hace insuficiente.
"El venezolano tiene toda una cultura de arreglar la casa, comprar los regalos de los niños, estrenar ropa nueva, hacer hallacas, organizar fiestas e irse de vacaciones, y todo esto significa un dinero que muchas veces no se tiene o no alcanza. Eso genera estrés". Behrens señala que en lugar de preocuparse en demasía, el individuo debe inclinarse por buscar otras alternativas para obtener ingresos adicionales que le permitan cubrir las expectativas planteadas.
"Un ejemplo sencillo de lo sentida que está la economía local, es el caso de los empresarios que se ven en la necesidad de pedir créditos a los bancos para poder responderle a sus empleados. Esto representa una situación de estrés porque combina la irritabilidad de no tener el dinero necesario con la angustia que genera la espera por la aprobación del crédito", completa Behrens al respecto.

En diciembre es común que se activen emociones -agradables o desagradables- por acercarse el fin de año. La costumbre de pedir deseos con las 12 campanadas o con el Espíritu de la Navidad lleva a la reflexión y la revisión de las metas alcanzadas. "Ese proceso evaluación puede afectar emocionalmente al ser humano porque le hace pensar que la vida se le está pasando y que no está haciendo nada para lograr lo que quiere". Así explica Behrens la frustración, ansiedad o irritabilidad que tiende a sentirse en el aire durante la época navideña.

Los cambios en la composición familiar también resultan claves en la variedad de sensaciones que se experimentan. "Una muerte, divorcios, rupturas y hasta la inclusión de un nuevo miembro en la familia pueden generar estrés y malestar en las personas", describe Behrens una situación que parece común en la época y que requiere ciertas recomendaciones. "Nosotros trabajamos con parejas y, cuando se plantean el divorcio o la separación, les aconsejamos que se esperen hasta enero. Es necesario que se aguanten hasta que termine una época afectiva tan significativa como ésta, sobre todo si tienen niños".

La alimentación y el cuidado estético también son factores estresantes. En diciembre los diversos platos que se preparan son riquísimos y, por eso, "no es bueno abusar ni de la comida ni de la bebida. Los malestares estomacales y físicos que se presentan también son una reacción de estrés que hay que evitar", aclara Behrens al mismo tiempo que rectifica la importancia de no rechazar las invitaciones decembrinas. "Bailar, conversar, escuchar música alegre, relacionarse con otros y fortalecer la propia red de apoyo social son una buena forma de combatir el estrés. Las relaciones interpersonales son una fuente liberadora de ansiedad e irritabilidad bien importante", señala Behrens al respecto.

El físico, eterno problema de todas las personas que deliran por lucir bien, se convierte en una situación de demanda real durante estas festividades. "Las personas que tienen un cuidado básico de su cuerpo reflejan una buena autoestima pero cuando esa atención se vuelve obsesiva, entonces se convierte en un elemento estresante", reflexiona la psicóloga.

Otro estresor reconocido mundialmente es el tránsito, y por ende las colas. "Hay estudios que reportan que las personas padecen de estrés cuando pasan más de 45 minutos entre ir y venir de su trabajo. La especialista explica que las personas son producto de sus atenciones y que, por eso, tienen que aprender a aplicar distractores durante las colas -de personas o de carros-. "Hacer proyectos de vida o escuchar buena música son cosas positivas que no retroalimentan el estrés. La irritabilidad o la ansiedad no van a resolver la cola".

Propuestas de año nuevo
El estrés, como una situación real que genera preocupación en la gente, es cada vez más un elemento distintivo de la Navidad. Todo el mundo se halla inmerso en una serie de responsabilidades y anhelos que deben o sueñan cumplir. En ese sentido, "es necesario evitar la preocupación obsesiva y tomarse un espacio prudente para pensar en aquello que nos causa estrés. Pasar todo el día pensando en la demanda no la va a resolver", sugiere así Behrens la necesidad de tomarse sólo unos minutos para buscar alternativas de remedio a los conflictos. "Hay que usar la técnica de solución del problema para evaluar lo que no ha funcionado y lo que se ha dejado de hacer".

Invertir tiempo en el esparcimiento es una de las recomendaciones para el manejo del estrés. "El estresado suele quedarse pegado en los problemas y no incluye actividades placenteras en su agenda. Buscar cuáles son las que se ajustan con su condición económica permitirá aliviar los síntomas. Por ejemplo, una paseo por el Ávila o el Parque del Este no cuesta mucho".

Behrens también hace énfasis en la importancia de tomar en cuenta el amor y el sexo como buenos desestresantes. "Establecer una vinculación afectiva, de solidaridad y de apoyo con la pareja sirve para hacerle frente -con mejor disposición- a las situaciones estresantes. Pelear con la pareja y evitar la sexualidad son factores negativos que impiden una conexión positiva determinada por el afecto".

Lo más importante para compartir con la familia, descansar, reflexionar y disfrutar es establecer una planificación adecuada. De nada vale anticipar demandas físicas o emocionales que rompan con el patrón de paz y armonía que debe reinar en la Navidad y Año Nuevo. Relajarse y darle una significación justa y objetiva a las necesidades de la temporada es -sin duda-la mejor solución.

"El estresado que está dentro de un círculo vicioso, no resuelve y constantemente está anticipando la demanda"

Depresión y agorafobia navideña

Emociones como la pérdida de un ser querido, separaciones familiares, metas no alcanzadas y problemas monetarios pueden generar sentimientos de depresión en algunas personas. La susceptibilidad aumenta en diciembre porque el calendario marca el fin de un ciclo de vida en donde se tiende a evaluar lo que se hizo y dejó de hacer. Quienes padecen este tipo de trastorno emocional pueden poner en práctica las siguientes recomendaciones durante los días de fiesta y salir victoriosos:

•Fortalecer las relaciones interpersonales.
•Pensar y proyectar acciones positivas.
•Diferenciar los miedos racionales (reales) de los irracionales (fobias).
•Salir de viaje o de paseo para explorar otros lugares y cambiar de ambiente.
•Poner en marcha actos útiles, humanos y de solidaridad.
•Evitar refugiarse en vicios como la droga, el tabaco o el alcohol.
•Buscar ayuda profesional y especializada en trastornos depresivos. Por ejemplo, la agorafobia se cura si es tratada de manera adecuada y con las herramientas profesionales indicadas para cada caso.

"Es necesario evitar la preocupación obsesiva y tomarse un espacio prudente para pensar en aquello que nos causa estrés".

Fuentes


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Verdisa es un simpático dibujo animado que representa la brújula que ayuda a todas esas personas con ganas de mejorar. Ella los guía con la participación de sus colaboradores a ser mejores cada día.
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