Estrés navideño
La Navidad y Año Nuevo, más allá de ser
acontecimientos festivos, son fechas significativas que determinan el aumento
de los niveles de ansiedad e irritabilidad en las personas. Sin embargo, un
balance entre las reacciones físicas y psicológicas que se desatan con la
apretada agenda decembrina, permitirán el disfrute de las pascuas.
Los días de fiesta se acercan y la ciudad se pone
de cabeza. Cientos de personas recorren las calles y los centros comerciales en
busca de los ingredientes, el regalo y el estreno más adecuado. Colas
interminables en las calles y en los bancos, que se ven obligados a trabajar
con horarios extendidos. Tareas en la casa y en la oficina que obligan a una
división acertada del tiempo para poder cumplir con el cierre de las actividades
laborales y los preparativos decembrinos personales: entiéndase arreglar y
decorar profusamente el hogar, visitar a la familia y poder disfrutar. Pero
aunque la mayoría de las personas parezca inmersa en una atmósfera de parranda
y alegría, muchos son los seres humanos -como padres, madres, hijos,
empresarios, comerciantes, empleados y desempleados- que se llenan de
impaciencia e incertidumbre por todo lo que la temporada les demanda cumplir.
Ellos sufren el típico estrés navideño.
"El estrés es una reacción psicofísica del
organismo ante una situación de demanda real", explica la psicóloga Sophia
Behrens ante la incapacidad de respuesta que experimentan las personas frente a
las diferentes necesidades de la vida, que muchas veces, superan los niveles
normales de exigencia personal.
Las manifestaciones psicológicas más frecuentes
del estrés son ansiedad, aceleramiento, irritabilidad, rabia e inconformidad.
"En cuanto al comportamiento, es característico el apuro, el no darse
tiempo para nada, el estar siempre ocupado sin dejar espacio para el
esparcimiento, el placer y el disfrute. Eso retroalimenta las causas del estrés
y la persona se altera más", señala Behrens al respecto.
Las personas afrontarán -mejor o peor- el estrés
dependiendo de cómo aborden el tema y el nivel de significación que le den a
las demandas que los inquietan. La mejor salida -según Behrens- está en manos
de las diferentes soluciones que puedan establecerse frente al problema.
"El estresado más estresado, que está dentro de un círculo vicioso, no
resuelve y constantemente está anticipando la demanda".
Detonantes
Con las fiestas navideñas, las demandas
económicas se tornan cuesta arriba, porque aunque los ingresos monetarios sean
mayores -por el cobro de las utilidades o aguinaldos- los gastos también
aumentan. La llamada 'fiebre del consumo' se activa y el dinero se hace
insuficiente.
"El venezolano tiene toda una cultura de
arreglar la casa, comprar los regalos de los niños, estrenar ropa nueva, hacer
hallacas, organizar fiestas e irse de vacaciones, y todo esto significa un
dinero que muchas veces no se tiene o no alcanza. Eso genera estrés".
Behrens señala que en lugar de preocuparse en demasía, el individuo debe
inclinarse por buscar otras alternativas para obtener ingresos adicionales que
le permitan cubrir las expectativas planteadas.
"Un ejemplo sencillo de lo sentida que está
la economía local, es el caso de los empresarios que se ven en la necesidad de
pedir créditos a los bancos para poder responderle a sus empleados. Esto representa
una situación de estrés porque combina la irritabilidad de no tener el dinero
necesario con la angustia que genera la espera por la aprobación del
crédito", completa Behrens al respecto.
En diciembre es común que se activen emociones
-agradables o desagradables- por acercarse el fin de año. La costumbre de pedir
deseos con las 12 campanadas o con el Espíritu de la Navidad lleva a la
reflexión y la revisión de las metas alcanzadas. "Ese proceso evaluación
puede afectar emocionalmente al ser humano porque le hace pensar que la vida se
le está pasando y que no está haciendo nada para lograr lo que quiere".
Así explica Behrens la frustración, ansiedad o irritabilidad que tiende a
sentirse en el aire durante la época navideña.
Los cambios en la composición familiar también
resultan claves en la variedad de sensaciones que se experimentan. "Una
muerte, divorcios, rupturas y hasta la inclusión de un nuevo miembro en la
familia pueden generar estrés y malestar en las personas", describe
Behrens una situación que parece común en la época y que requiere ciertas
recomendaciones. "Nosotros trabajamos con parejas y, cuando se plantean el
divorcio o la separación, les aconsejamos que se esperen hasta enero. Es
necesario que se aguanten hasta que termine una época afectiva tan
significativa como ésta, sobre todo si tienen niños".
La alimentación y el cuidado estético también son
factores estresantes. En diciembre los diversos platos que se preparan son
riquísimos y, por eso, "no es bueno abusar ni de la comida ni de la
bebida. Los malestares estomacales y físicos que se presentan también son una
reacción de estrés que hay que evitar", aclara Behrens al mismo tiempo que
rectifica la importancia de no rechazar las invitaciones decembrinas.
"Bailar, conversar, escuchar música alegre, relacionarse con otros y
fortalecer la propia red de apoyo social son una buena forma de combatir el
estrés. Las relaciones interpersonales son una fuente liberadora de ansiedad e
irritabilidad bien importante", señala Behrens al respecto.
El físico, eterno problema de todas las personas
que deliran por lucir bien, se convierte en una situación de demanda real
durante estas festividades. "Las personas que tienen un cuidado básico de
su cuerpo reflejan una buena autoestima pero cuando esa atención se vuelve
obsesiva, entonces se convierte en un elemento estresante", reflexiona la
psicóloga.
Otro estresor reconocido mundialmente es el
tránsito, y por ende las colas. "Hay estudios que reportan que las
personas padecen de estrés cuando pasan más de 45 minutos entre ir y venir de
su trabajo. La especialista explica que las personas son producto de sus
atenciones y que, por eso, tienen que aprender a aplicar distractores durante
las colas -de personas o de carros-. "Hacer proyectos de vida o escuchar
buena música son cosas positivas que no retroalimentan el estrés. La
irritabilidad o la ansiedad no van a resolver la cola".
Propuestas de año
nuevo
El estrés, como una situación real que genera
preocupación en la gente, es cada vez más un elemento distintivo de la Navidad.
Todo el mundo se halla inmerso en una serie de responsabilidades y anhelos que
deben o sueñan cumplir. En ese sentido, "es necesario evitar la
preocupación obsesiva y tomarse un espacio prudente para pensar en aquello que
nos causa estrés. Pasar todo el día pensando en la demanda no la va a
resolver", sugiere así Behrens la necesidad de tomarse sólo unos minutos
para buscar alternativas de remedio a los conflictos. "Hay que usar la
técnica de solución del problema para evaluar lo que no ha funcionado y lo que
se ha dejado de hacer".
Invertir tiempo en el esparcimiento es una de las
recomendaciones para el manejo del estrés. "El estresado suele quedarse
pegado en los problemas y no incluye actividades placenteras en su agenda. Buscar
cuáles son las que se ajustan con su condición económica permitirá aliviar los
síntomas. Por ejemplo, una paseo por el Ávila o el Parque del Este no cuesta
mucho".
Behrens también hace énfasis en la importancia de
tomar en cuenta el amor y el sexo como buenos desestresantes. "Establecer
una vinculación afectiva, de solidaridad y de apoyo con la pareja sirve para
hacerle frente -con mejor disposición- a las situaciones estresantes. Pelear
con la pareja y evitar la sexualidad son factores negativos que impiden una
conexión positiva determinada por el afecto".
Lo más importante para compartir con la familia,
descansar, reflexionar y disfrutar es establecer una planificación adecuada. De
nada vale anticipar demandas físicas o emocionales que rompan con el patrón de
paz y armonía que debe reinar en la Navidad y Año Nuevo. Relajarse y darle una
significación justa y objetiva a las necesidades de la temporada es -sin
duda-la mejor solución.
"El estresado que está dentro de un círculo
vicioso, no resuelve y constantemente está anticipando la demanda"
Depresión y
agorafobia navideña
Emociones como la pérdida de un ser querido,
separaciones familiares, metas no alcanzadas y problemas monetarios pueden
generar sentimientos de depresión en algunas personas. La susceptibilidad
aumenta en diciembre porque el calendario marca el fin de un ciclo de vida en
donde se tiende a evaluar lo que se hizo y dejó de hacer. Quienes padecen este
tipo de trastorno emocional pueden poner en práctica las siguientes recomendaciones
durante los días de fiesta y salir victoriosos:
•Fortalecer las relaciones interpersonales.
•Pensar y proyectar acciones positivas.
•Diferenciar los miedos racionales (reales) de
los irracionales (fobias).
•Salir de viaje o de paseo para explorar otros
lugares y cambiar de ambiente.
•Poner en marcha actos útiles, humanos y de
solidaridad.
•Evitar refugiarse en vicios como la droga, el
tabaco o el alcohol.
•Buscar ayuda profesional y especializada en
trastornos depresivos. Por ejemplo, la
agorafobia se cura si es
tratada de manera adecuada y con las herramientas profesionales indicadas para
cada caso.
"Es necesario evitar la preocupación
obsesiva y tomarse un espacio prudente para pensar en aquello que nos causa
estrés".
Fuentes
"El proyecto Verdisa se centra en el desarrollo personal enfocado en que cada persona use sus propias herramientas guiado por los mejores profesionales. Se basa en el movimiento #MATIM, en el que cada individuo elige el aspecto de su vida a mejorar y lo comparte con toda la comunidad de desarrollo personal.
Verdisa es un simpático dibujo animado que representa la brújula que ayuda a todas esas personas con ganas de mejorar. Ella los guía con la participación de sus colaboradores a ser mejores cada día.
Te esperemos en Verdisa.com, tu sitio de mejora constante".
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Equipo Verdisa
Calle Reina Victoria, 13
28003 Madrid
Chamberí
Teléfono: +34661301360
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