Avances en patologías ginecológicas y preservación de la fertilidad
17-02-2020
Es fundamental diagnosticar precozmente el cáncer. La falta de síntomas o molestias en los estadios precoces hace que la mayoría de las mujeres no acudan a consulta médica, por eso toda mujer, desde que comienza a tener relaciones sexuales, o a partir de los 25 años, aunque no las tenga, debe realizar un examen ginecológico completo anualmente.
Actualmente, en España las neoplasias más frecuentes en la mujer son el cáncer de mama, los tumores colorrectales, el cáncer de útero, el de ovario y el de estómago. Dentro de los tumores ginecológicos, los más frecuentes son, por orden de frecuencia, el cáncer de endometrio (6,7%), el de ovario (4,7%), y el carcinoma de cérvix (4,5%). Desde hace años la radioterapia externa y la braquiterapia se han utilizado dentro del tratamiento de este tipo de tumores, de forma radical o profiláctica, para evitar la recurrencia tumoral o para reducir el tamaño del tumor. Para los cánceres ginecológicos, los factores de riesgo más importantes son los antecedentes de una lesión premaligna y la historia familiar de cáncer. Para el endometrio, las lesiones premalignas son las hiperplasias, especialmente las atípicas. Para el cuello del útero, la vagina y la vulva son las displasias (CIN-VIN) especialmente las de tipo III, las cuales suelen acompañarse de alteraciones víricas. Para el ovario, en cambio, no se conocen lesiones precursoras. Ante una lesión de este tipo es imprescindible establecer una conducta preventiva.
Tumores ginecológicos
- Cérvix uterino. El cáncer de cérvix representa la 2ª neoplasia ginecológica en la mujer, con una edad media de aparición alrededor de los 45 años. Los métodos de screening actuales permiten la detección precoz en la mayoría de los casos, aunque el 33% de las mujeres no se realizan las pruebas de Papanicolau y VPH. El cribado de cáncer uterino se realiza a mujeres de entre 25 y 65 años, siempre y cuando la paciente no tenga antecedentes previos de displasia y se haya realizado controles adecuados de forma periódica en los 10 años previos. El tipo histológico más frecuente es el Carcinoma epidermoide, que representa 2/3 del cáncer cervical, seguido del Adenocarcinoma (10-25%). La mayoría de las pacientes no presentan clínica, aunque el síntoma más frecuente es el sangrado postcoital (otros: dispaureunia, metrorragia, secreción vaginal maloliente, leucorrea, dolor pélvico…).
- Endometrio. El carcinoma de endometrio es el tumor ginecológico más frecuente en la mujer postmenopáusica. Su buen pronóstico se debe a la detección en estadios precoces de la enfermedad, y se presenta, en el 75-90% de los casos, como un sangrado postmenopáusico. El 90% de las neoplasias de endometrio son adenocarcinomas, entre el 5-10% carcinomas epidermoides, de células claras y papilares, y menos del 5% son sarcomas. Los factores de riesgo más importantes para el cáncer de endometrio son la obesidad, diabetes, hipertensión arterial, nuliparidad, síndrome de ovario poliquístico, tratamiento estrogénico sin asociar progesterona y tratamiento con tamoxifeno.
- Ovario. El cáncer de ovario representa 4% de los cánceres de la mujer. A nivel mundial se diagnostican 205.000 casos nuevos al año, más del 50% en países desarrollados. En España la tasa de incidencia se considera alta y se diagnostican 3.300 casos nuevos al año. La edad media al diagnóstico son los 63 años. Lo más destacado en este tipo de cáncer reside en su agresividad, ya que supone la primera causa de muerte por cáncer ginecológico. Los factores de riesgo más importantes son: raza blanca, infertilidad, menarquia precoz, menopausia tardía, tabaquismo e historia familiar. Entre un 11 y un 15% de los cánceres de ovario se asocian a una predisposición genética o hereditaria, por lo que en familias en las que haya una paciente con un carcinoma de ovario seroso de alto grado, más aún si se presenta en una edad más joven, se debería realizar un estudio genético y un seguimiento más estricto. Asimismo, las familias con varios miembros con cáncer de mama deberían seguir un estrecho control ovárico por la relación genética que existe entre ambos tumores.
- Vagina. El carcinoma de vagina es una neoplasia rara, constituye sólo el 1-2% de los tumores ginecológicos. El 20% de los tumores vaginales se detectan durante el screening del cáncer cervical, y el 75% son metastáticos al diagnóstico. El 80-90% son carcinomas de células escamosas, el 15-20% adenocarcinomas, y el resto, carcinomas de células claras, enfermedad de Paget, basocelular, sarcoma y melanoma.
- Vulva. Al igual que el cáncer de vagina, el carcinoma de vulva es un tumor raro. En el 70% de los casos las lesiones se localizan en los labios y en el 15% en el clítoris o el periné. La edad media de presentación se encuentra alrededor de los 65-70 años. Los síntomas principales de presentación son prurito, dolor, masa palpable…
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