Una prueba de aliento portátil puede detectar de forma precisa la enfermedad precursora del cáncer esofágico, el esófago de Barrett, según un estudio de prueba de principio, publicado en la revista ‘Gut‘.
El número de casos nuevos de este cáncer se ha multiplicado por seis en las últimas décadas, y la mayoría de los casos se diagnosticaron cuando la enfermedad ya está avanzada y es difícil de tratar.
El esófago de Barrett, una afección en la que las células sanas que recubren el esófago son reemplazadas por células anómalas, es un precursor conocido de la enfermedad.
Se puede diagnosticar mediante endoscopia, pero el procedimiento es costoso y desagradable para los pacientes, lo que lo hace inadecuado para el cribado de la población.
Por lo tanto, los científicos han estado explorando otras opciones menos invasivas y más baratas, incluido el análisis de compuestos orgánicos volátiles (COV), unos compuestos gaseosos producidos por procesos metabólicos en el organismo incluida la inflamación y la actividad celular anormal, que se pueden detectar mediante una prueba de aliento.
Unos 402 adultos programados para endoscopia respiraron en una nariz electrónica altamente sensible, diseñada para detectar diferencias sutiles en los patrones de COV, durante 5 minutos.
De este grupo, 129 pacientes tenían esófago de Barrett; 141 tenían enfermedad por reflujo ácido, incluidos 50 que tenían un esófago inflamado como resultado; y 132 tenían una hernia de hiato que explicaba sus síntomas.
El análisis de los perfiles de COV detectados por la nariz electrónica mostró que estos diferían significativamente entre los pacientes con esófago de Barrett, reflujo ácido y aquellos con un esófago / hernia normal.
La sensibilidad del dispositivo fue del 91%, es decir, su capacidad para detectar el esófago de Barrett, y su especificidad fue del 74%, su capacidad para detectar a aquellos sin la afección.
Cuando el análisis se restringió aún más a los pacientes que habían estado tomando medicamentos (inhibidores de la bomba de protones) para frenar la producción de ácido estomacal durante al menos un mes o aquellos con una hernia de hiato, su precisión aún era buena.
“Los hallazgos de nuestro estudio proporcionan evidencia de que los pacientes con esófago de Barrett tienen huellas de COV diferentes a las que no tienen la enfermedad”, escriben.
Si bien aún no está claro exactamente cómo los COV de la respiración indican cambios en las células cancerosas, explican que la sensibilidad y la especificidad de las pruebas de aliento de COV para el esófago de Barrett es comparable a la del cribado del cáncer de mama y del intestino.
Las técnicas analíticas químicas para el análisis de COV también se han utilizado y son muy efectivas, pero también son caras. Además, requieren mucho tiempo y requieren personal altamente calificado para analizar los resultados, señalan los investigadores.
Se necesitará más investigación para validar estos hallazgos en un estudio mucho más amplio, enfatizan. Pero concluyen: “Dada la alta tolerabilidad, la alta aceptabilidad y los bajos costos, las pruebas de aliento pueden ser un enfoque prometedor para ser utilizado para la detección no invasiva del esófago de Barrett en un entorno de Atención Primaria”.