La enfermedad renal diabética se dirige hacia un cambio del modelo de tratamiento. Este tema ha sido debatido por expertos de diferentes especialidades pertenecientes al Grupo Clínico y Traslacional en Diabetes (CTD), con motivo de su primer encuentro virtual. Los ponentes han analizado los beneficios de los fármacos inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT-2) para tratar la enfermedad renal diabética.
“A nivel renal, los mecanismos relacionados con la mejoría de la fibrosis y la inflamación no son bien conocidos todavía”, ha comentado el Dr. José Luis Górriz, del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. “A partir de modelos experimentales, se ha observado que factores claves para la progresión renal se expresan mucho en pacientes con enfermedad diabética. Las conclusiones apuntan a que los iSGLT-2 pueden ser beneficiosos, aunque es necesario ampliar el conocimiento con ensayos clínicos randomizados”, ha añadido.
Este especialista ha explicado los resultados de un estudio (1) que ha investigado la implicación de canagliflozina en los factores de progresión renal. “Estamos analizando su mecanismo de acción e implicación en el posible efecto beneficioso renal sobre la fibrosis e inflamación”, ha indicado el propio José Luis Górriz, primer firmante del artículo. Según las investigaciones en fase experimental, canagliflozina, y, en general, los iSGLT-2, modulan el proceso inflamatorio y fibrótico.

Discrepancias en las agencias reguladoras

Según el Dr. Górriz, existe “discrepancia” entre las indicaciones aprobadas por las distintas agencias regulatorias para utilizar iSGLT-2: “La Agencia Europea del Medicamento y la FDA estadounidense van a velocidades diferentes. En la actualidad, la primera solo ha aprobado estos fármacos para el tratamiento de la diabetes tipo 2, por ejemplo, para pacientes que no están controlados con metformina, etc. En cambio, la FDA ha extendido sus indicaciones y, en concreto, canagliflozina está aprobada para la prevención de la enfermedad renal diabética”.
“Con todas las evidencias que hay en la literatura en estos momentos, creemos que ambas agencias de medicamentos deberán actualizar sus guías de actuación para poder conseguir el máximo beneficio en estos pacientes”, ha dicho.

Tratamiento con iSGLT-2 en pacientes con enfermedad renal diabética con COVID-19

Los expertos del Grupo CTD también han hablado de las necesarias precauciones que se deben tener con algunos fármacos en pacientes con COVID-19 (2). Como ha recordado el Dr. José Luis Górriz, “aunque se han publicado algunas recomendaciones respecto a la suspensión del tratamiento con iSGLT2 en el paciente diabético con COVID-19, desde el Grupo CTD aconsejamos realizar una individualización en la suspensión de estos fármacos, especialmente cuando el paciente está estable y asintomático. El cambio de la terapia supone un peor control glucémico y un posible aumento del riesgo cardiovascular”.
El Dr. José Luis Górriz ha sido el coordinador del debate, junto con el Dr. Rafael Simó Canonge, de la Unidad de Investigación en Diabetes y Metabolismo del Institut de Recerca Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona. Este especialista ha destacado las novedades farmacéuticas que se están investigando en relación con la enfermedad renal diabética, y ha mostrado sus esperanzas en que el cambio a un nuevo modelo de tratamiento consiga mejorar el estado del paciente y retrasar el avance de la enfermedad.

Estudio CREDENCE sobre la canagliflozina en enfermedad renal diabética

También ha participado en este primer encuentro virtual del Grupo CTD el Dr. José Ignacio Cornago, del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Galdakao-Usansolo (Vizcaya). En su intervención ha hablado del estudio CREDENCE (3), que investiga el papel de canagliflozina en la prevención de la progresión de la enfermedad renal diabética en pacientes diabéticos tipo 2, con insuficiencia renal y albuminuria. El Dr. Cornago ha recordado los resultados principales del ensayo, y los ha completado con los últimos análisis presentados este año. Entre otros aspectos, se ha referido a los posibles beneficios de su uso en pacientes con tasas de filtrado glomerular inferiores a 30 ml/min/1,73m2.
Tal y como ha destacado este especialista, “canagliflozina ha demostrado, por primera vez tras casi 20 años, retrasar la progresión renal y lo ha hecho en pacientes diabéticos tipo 2 en tratamiento con inhibidores del sistema renina angiotensina aldosterona, en un ensayo con un objetivo primario puramente cardiorrenal”.

Efecto clase de determinados antidiabéticos

El efecto clase de los iSGLT-2 ha sido otro de los temas abordados en la reunión del Grupo CTD, realizada en colaboración con una beca educacional de Mundipharma. Los expertos han recordado que estos medicamentos son una familia de fármacos antidiabéticos que han demostrado eficacia y seguridad para el control glucémico, así como un destacado beneficio cardioprotector.
En la actualidad existen nueve moléculas comercializadas en diferentes países y con distintas indicaciones, como ha explicado la Dra. Olga González Albarrán, del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Durante su intervención, esta especialista ha señalado que esta familia farmacológica tiene similar estructura química, similar mecanismo de acción y similar efecto farmacológico. Sin embargo, tal y como se concluyó tras un animado debate, son moléculas diferentes y los distintos ligandos podrían provocar efectos diferenciales. Así se ha puesto de manifiesto con los diferentes resultados de los estudios de seguridad cardiovascular de los miembros de esta clase terapéutica, y como también ocurre entre los fármacos de otras familias: “Todos los iSGLT-2 no son iguales, como tampoco lo son todos los inhibidores de la enzima DPP4, ni todos los agonistas del receptor deGLP-1, ni tampoco todas las estatinas”.

Referencias