viernes, 17 de mayo de 2013

Las personas con hipertensión podrían tener ansias de tomar sal: MedlinePlus

Las personas con hipertensión podrían tener ansias de tomar sal: MedlinePlus

 

Las personas con hipertensión podrían tener ansias de tomar sal

Es importante resistir estas ansias, afirma el autor del estudio

Traducido del inglés: miércoles, 15 de mayo, 2013
Imagen de noticias HealthDay
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MIÉRCOLES, 15 de mayo (HealthDay News) -- Desde hace tiempo se han relacionado las dietas ricas en sal con la hipertensión, pero una nueva investigación halla que las personas que padecen de esa afección podrían tener una mayor preferencia por los alimentos salados que las que tienen una presión arterial normal.
En un pequeño estudio de personas mayores, los investigadores de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, descubrieron que la preferencia por el pan con la mayor concentración de sal de los participantes con la presión arterial alta, o hipertensión, fue de más del doble que la de los que tenían una presión arterial normal. Añadir otros condimentos al pan salado, sin embargo, redujo la preferencia por la sal en ambos grupos.
La pregunta se mantiene: ¿Las personas con hipertensión se inclinan naturalmente por los alimentos salados, lo que les hace más propensos a la enfermedad?
"Es difícil de responder, pero creo que el factor genético de la propensión a tomar sal puede ser el inicio del proceso", afirmó la autora del estudio, Patricia Villela, nutricionista y estudiante doctoral de la universidad. "Me sorprendió que el hecho de añadir ingredientes pueda haber cambiado la preferencia de las personas mayores, y reducir así [sus] ganas de consumir sal".
El estudio fue presentado el miércoles en la reunión anual de la Sociedad Americana de Hipertensión (American Society of Hypertension), en San Francisco. La investigación presentada en conferencias científicas normalmente no ha sido revisada por profesionales ni publicada, y los resultados se consideran preliminares.
Unos 67 millones de personas adultas estadounidenses (más o menos una de cada tres) tienen hipertensión, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., al igual que mil millones de personas en todo el mundo. Esta afección los pone en riesgo de enfermedades cardiacas, daño renal, accidente cerebrovascular y pérdida de visión, entre otros problemas.
Villela y su equipo analizaron a 44 personas mayores con un promedio de edad de 73 años, entre las que había 16 personas con una presión arterial normal. Se repartió a todos, inicialmente, tres trozos de pan francés con diferentes cantidades de sal cada uno. En la prueba, el 68 por ciento de los participantes con hipertensión prefirieron el pan con la mayor concentración de sal, en comparación con el 31 por ciento de las personas con una presión arterial normal.
Quince días después, los participantes realizaron una prueba parecida, pero esta vez se habían añadido otros ingredientes a los panes salados. En ese caso, solo el 14 por ciento de los pacientes con hipertensión y ninguno de los que tenían una presión arterial normal se decantaron por el pan más salado.
El Dr. Domenic Sica, presidente electo de la Sociedad Americana de Hipertensión, comentó que los hallazgos podrían estar influenciados por el número limitado de participantes.
"El concepto de volver a entrenar el gusto de los pacientes con hipertensión, ya sean jóvenes o de edad avanzada, está en la base de esta [investigación] y se estudia de una manera creativa", afirmó Sica, profesor de medicina interna y nefrología en la Universidad Estatal de Virginia, en Richmond. "La rapidez con que la preferencia por la sal se redujo en este estudio es sorprendente y quizá esté relacionada con el número pequeño de sujetos de estudio y un posible efecto de entrenamiento".
Algunos estudios previos han indicado la existencia de una predisposición genética a desear alimentos salados, afirmó Villela, y aunque no hay manera de saber quién pueda tener esta predisposición, los pacientes deberían saber que es importante evitar la sal a pesar de las ganas que puedan tener de tomarla.
"[En las investigaciones futuras], sería importante demostrar que los cambios en los hábitos pueden mantenerse a largo plazo y que el efecto de estos cambios es la reducción del riesgo cardiovascular", añadió.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Patricia Villela, M.S., nutritionist and doctoral student, University of Sao Paulo, Brazil; Domenic Sica, M.D., professor, internal medicine and nephrology, Virginia Commonwealth University, Richmond, and president-elect, American Society of Hypertension; May 15, 2013, presentation, American Society of Hypertension meeting, San Francisco
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