VITAMINAS Y MINERALES DEBEN ESTAR EN LA DIETA, NO SUPLIMENTARSE
Alimentación completa para el rendimiento en cada disciplina
Una alimentación adecuada que garantice el rendimiento durante el entrenamiento y la competición debe ajustarse a cada disciplina en función del gasto energético y al momento y sexo del atleta, según se ha afirmado en las XVI Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica.
Isabel Gallardo Ponce | 20/03/2012 00:00
Pedro J. Benito, Ángela Casado, Francisco Miguel Tobal, Pilar Montero y María Dolores Cabañas Armesilla. (Mauricio Skrycky)
En cuanto al beneficio de las vitaminas, Tobal ha alertado sobre las "que se suplementan con más frecuencia por ser supuestamente mejores para el rendimiento: la C y el complejo B, que no son más importantes que otras. La moda hace cambiar los esquemas para evitar los alimentos con vitaminas y suplementar con aquello que se dice que es más importante para el rendimiento. Es uno de los grandes errores que se cometen". Lo mismo ocurre con los minerales, que deben ser aportados en la dieta y no en la suplementación. "El magnesio se administró durante años al creerse que tenía beneficios en la contracción muscular. Con el tiempo se ha demostrado lo contrario". Además, según Tobal, la mayoría de las recomendaciones en ingesta de proteínas no se corresponden con la realidad ni permiten la hipertrofia muscular.
Equilibrio
Tobal es partidario de suprimir el alcohol en la dieta del atleta. "Sus efectos antioxidantes, cardioprotectores o hidratantes los tienen otras sustancias que no son tóxicas. El alcohol es un tóxico hepático y neuronal, y en deportistas a pequeñas cantidades provoca alteración de la atención y de la coordinación... Si estamos preparando a un atleta para competir no podemos incluir estas sustancias, y ¡en la dieta de entrenamiento no vamos a prescribirlo a diario!".
La dieta de competición es específica para 24 ó 72 horas, en función del tipo de deporte para conseguir que el rendimiento sea óptimo. Para diseñarla hay que tener en cuenta el tipo de ejercicio que realiza el atleta, ya que en una competición un ciclista quema 4.800 kcal, un futbolista 1.800, un halterófilo 1.000, un corredor de fondo consume 2.800 kcal, y en tiro al plato el gasto es de 400 kcal. Además, la nutrición tampoco debe ser la misma si el atleta está en activo o lesionado. Según Tobal, en deportes de equipo hay que prestar atención a la alimentación individual, mientras que ésta es deficitaria en deportes en los que se compite en categorías de peso o de larga distancia, sobre todo en mujeres, debido a la intensidad del ejercicio y a la escasa ingesta.
El equipo de Pilar Montero, del Instituto de la Mujer de la UAM, está realizando un estudio para analizar la influencia del género en el comportamiento alimentario de atletas discapacitados. Para ello se recogieron los datos de 76 integrantes del equipo de natación y de atletismo. Hasta ahora se ha observado que ambos sexos tienen una alimentación desequilibrada en lo que concierne a la energía que proviene de hidratos de carbono y grasa, no cumpliendo las recomendaciones. La frecuencia de consumo de pan, arroz y pasta es mayor en varones, mientras que las atletas ingieren más alimentos de régimen y pican más entre horas. "La ausencia del impacto claro del comportamiento sobre la composición de la dieta debe ser debida al asesoramiento de entrenadores, que mitigará la tendencia al consumo".
ACTIVIDAD FÍSICA DIARIA Y EN EMBARAZADAS
Según Pedro Benito, profesor de la facultad de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, de la Politécnica de Madrid, la actual situación de obesidad se debe no a "una dieta desequilibrada sino a una falta de actividad física -entendida como la que resulta de realizar las tareas de la vida diaria-, que provoca un disbalance energético". Por eso recomienda cambiar el estilo de vida mejorando la nutrición y aumentando la actividad física, ya sea subiendo escaleras o caminando cada día.
Por su parte, Dolores Cabañas, del grupo de Investigación Epinut, de la UCM, ha insistido en la necesidad de educar al niño en educación física y alimentación desde la gestación, y recomienda que las gestantes realicen un programa de ejercicio aeróbico y regular de 20 a 30 minutos tres veces a la semana a intensidad moderada, que no supere el 70 por ciento del volumen máximo de oxígeno, manteniendo la frecuencia cardiaca (FC) por debajo de los 140 latidos por minuto -más o menos 70 por ciento de su FC máxima teórica-, y que huyan del cansancio.
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