bloquea la acción de una forma mutada de LYP
Descubren un posible fármaco para patologías autoinmunes
Un estudio que se publica en Nature Chemical Biology aporta nuevas claves sobre los efectos de una forma mutada de la proteína LYP en las enfermedades autoinmunes. Los responsables del trabajo han descubierto el que constituye el mayor inhibidor de esta proteína hasta la fecha.
Redacción | 19/03/2012 00:00
El compuesto LTV-1 (en primer plano) bloquea la acción de la proteína LYP mutada en células inmunes humanas. (Lutz Tautz)
En las poblaciones caucásicas la forma mutada de LYP (tirosina fosfatasa linfoide) es la tercera causa monogénica más común de diabetes tipo 1 y la segunda en el caso de la artritis reumatoide. También se conoce la importancia de otra proteína, la cinasa CSK. La acción coordinada de ambas proteínas impide la activación de las células T característica de numerosas enfermedades autoinmunes.
Misterio sin resolver
La forma normal de LYP puede unirse a CSK, pero la variante mutada no puede hacerlo. En el nuevo estudio, Tautz y sus colaboradores han comprobado que la forma normal de LYP es capaz de disociarse de CSK. Paradójicamente, esto hace que LYP pueda contrarrestar mejor las señales que activan las células T. Por lo tanto, estos hallazgos ayudan a explicar por qué la forma mutada de LYP impide con mayor eficacia la activación de las células T.
Sin embargo, los investigadores reconocen que todavía se desconoce cómo es posible que una proteína que impide la señalización de las células T pueda causar autoinmunidad. "En un modelo simple de autoinmunidad, lo lógico sería pensar justamente lo contrario", señala Tautz.
Una posible explicación es que la forma mutada de LYP debilita la acción de las células T reguladoras, que controlan a las células T que causan las patologías autoinmunes. "Si hay células T que no están activadas porque tienen inhibida su señalización, no serán capaces de ejercer su función correctamente", sentencia Tautz.
Estrategia terapéutica
Con el fin de explorar nuevas opciones terapéuticas frente a las enfermedades autoinmunes, los científicos analizaron unos 50.000 compuestos potencialmente útiles y comprobaron que 33 de ellos mostraban un efecto específico sobre la actividad de la proteína LYP.
Una de esas moléculas, denominada LTV-1, bloqueaba la acción de la proteína LYP mutada en células T humanas. De hecho, LTV-1 demostró ser, en condiciones fisiológicas, el más potente inhibidor de LYP descubierto hasta la fecha.
Los investigadores tienen previsto modificar químicamente dicho compuesto con el fin de hacerlo más eficaz como fármaco. No obstante, advierten de que los estudios en ratones podrían resultar fallidos, ya que un estudio realizado recientemente constató que los ratones con la mutación de LYP equivalente a la humana no enfermaban.
(Nature Chemical Biology. DOI: 10.1038/nchembio.916).
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