Un nuevo descubrimiento podría reducir los efectos secundarios de la quimioterapia
(13/03/2012) - E.P.
Se trata de una molécula transportadora que reside en distintos tejidos y es capaz de reconocer diferentes tipos de fármacos
Un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ha determinado la estructura de una molécula clave que puede guiar la quimioterapia y los medicamentos anti-virales hasta las células, lo que podría ayudar a crear fármacos más eficaces que no afecten al tejido sano, y así reducir los efectos secundarios de la quimioterapia.
Conocer la estructura y las propiedades de esta molécula transportadora puede ser la clave para cambiar la forma en que algunas quimioterapias trabajan en el cuerpo para evitar el crecimiento de un tumor, afirma el autor principal, el doctor Seok-Yong Lee, profesor de Bioquímica en Duke, en un artículo publicado en la revista Nature.
La molécula transportadora, llamada transportador de nucleósidos concentrativos, trabaja moviendo a los nucleósidos desde el exterior, hacia el interior de las células; y también puede transportar los agentes de quimioterapia similares a nucleósidos, a través de las membranas celulares. Una vez dentro de las células, los fármacos se modifican convirtiéndose en nucleótidos, y se incorporan en el ADN de manera que impiden que las células tumorales funcionen y se dividan.
Los autores han descubierto la estructura de la molécula transportadora, y creen que es posible mejorar los fármacos nucleósidos para que sean reconocidos por una forma particular de esa molécula.
El equipo determinó la sustancia química y los principios físicos que utiliza para reconocer los nucleósidos. Si se pueden mejorar las interacciones entre el transportador y el fármaco, se necesitaría menos cantidad de fármaco; según Lee, conocer la forma de estos transportadores permitirá a los científicos diseñar fármacos que sean reconocidos por estos.
Debido a que los medicamentos ingresan tanto en las células sanas como en las células tumorales, administrar una dosis menor del fármaco, que se dirija a los tejidos del tumor, sería el ideal a conseguir. Lee explica que las células sanas no se dividen tan a menudo como las células tumorales, por lo que reducir y dirigir la cantidad de medicamento administrado sería un método eficaz para acabar con los tumores, mientras se protege al paciente.
Los investigadores estudiaron las moléculas transportadoras de Vibrio cholera. El transportador bacteriano sirvió como buen modelo para el estudio de los transportadores humanos, ya que comparten similares secuencias de aminoácidos, tanto el transportador humano como el bacteriano utilizan un gradiente de sodio para importar nucleósidos y fármacos a las células.
El siguiente paso será tratar de entender qué características del transportador le confiere la capacidad de reconocer ciertos medicamentos y, finalmente, diseñar fármacos que puedan dirigirse a las células.
Conocer la estructura y las propiedades de esta molécula transportadora puede ser la clave para cambiar la forma en que algunas quimioterapias trabajan en el cuerpo para evitar el crecimiento de un tumor, afirma el autor principal, el doctor Seok-Yong Lee, profesor de Bioquímica en Duke, en un artículo publicado en la revista Nature.
La molécula transportadora, llamada transportador de nucleósidos concentrativos, trabaja moviendo a los nucleósidos desde el exterior, hacia el interior de las células; y también puede transportar los agentes de quimioterapia similares a nucleósidos, a través de las membranas celulares. Una vez dentro de las células, los fármacos se modifican convirtiéndose en nucleótidos, y se incorporan en el ADN de manera que impiden que las células tumorales funcionen y se dividan.
Los autores han descubierto la estructura de la molécula transportadora, y creen que es posible mejorar los fármacos nucleósidos para que sean reconocidos por una forma particular de esa molécula.
El equipo determinó la sustancia química y los principios físicos que utiliza para reconocer los nucleósidos. Si se pueden mejorar las interacciones entre el transportador y el fármaco, se necesitaría menos cantidad de fármaco; según Lee, conocer la forma de estos transportadores permitirá a los científicos diseñar fármacos que sean reconocidos por estos.
Debido a que los medicamentos ingresan tanto en las células sanas como en las células tumorales, administrar una dosis menor del fármaco, que se dirija a los tejidos del tumor, sería el ideal a conseguir. Lee explica que las células sanas no se dividen tan a menudo como las células tumorales, por lo que reducir y dirigir la cantidad de medicamento administrado sería un método eficaz para acabar con los tumores, mientras se protege al paciente.
Los investigadores estudiaron las moléculas transportadoras de Vibrio cholera. El transportador bacteriano sirvió como buen modelo para el estudio de los transportadores humanos, ya que comparten similares secuencias de aminoácidos, tanto el transportador humano como el bacteriano utilizan un gradiente de sodio para importar nucleósidos y fármacos a las células.
El siguiente paso será tratar de entender qué características del transportador le confiere la capacidad de reconocer ciertos medicamentos y, finalmente, diseñar fármacos que puedan dirigirse a las células.
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