jueves, 1 de agosto de 2013

España hace tratable un tipo de 'precáncer' silencioso

ESTUDIO | Mieloma múltiple

España hace tratable un tipo de 'precáncer' silencioso

Células de un paciente con mieloma múltiple vistas al microscopio.| EMCélulas de un paciente con mieloma múltiple vistas al microscopio.| EM
  • Un subgrupo de pacientes asintomáticos podría beneficiarse de la terapia
  • Un estudio español en NEJM podría mejorar el pronóstico de estos pacientes

Se suele detectar por casualidad: un chequeo laboral, un análisis rutinario, una prueba para ver cómo se está controlando la diabetes o el colesterol… Y de repente, un dato llama la atención del médico: la inmunoglobulina, una proteína monoclonal, está sospechosamente alta. No sucede nada más. El paciente se encuentra bien y el médico sólo le puede decir una cosa: que espere.

La enfermedad que afecta a las personas que cumplen éste y otros criterios biológicos se llama mieloma múltiple asintomático y tiene un riesgo de transformarse en cáncer de un 10% al año. Es decir, la mitad de las personas que se encuentran con ese análisis anómalo acabará desarrollando un mieloma múltiple sintomático en cinco años.

Ahora, un grupo de investigadores españoles liderados por el jefe del servicio de Hematología del Hospital de Salamanca, Jesús San Miguel, ha conseguido un doble hito. Por una parte han confirmado que existe un subgrupo entre estos pacientes cuyo riesgo de contraer la enfermedad es muy elevado (del 50% en sólo dos años). Por otra, quizás lo más importante, que dicho subgrupo -que representa alrededor del 40% del total- se puede beneficiar de una terapia combinada que hace que su riesgo de progresar a cáncer sea 5,6 veces menor que el de los afectados por su misma condición que cumplen con las guías clínicas actuales, la llamada espera vigilante.

Ha sido un estudio en una de las revistas médicas más prestigiosas, 'The New England Journal of Medicine', el que confirma algo que el Grupo Español de Mieloma ya presentó en 2009 en el Congreso de la Sociedad Estadounidense de Hematología. Desde entonces, explica San Miguel a ELMUNDO.es, son numerosos los grupos de todo el mundo que están trabajando en la identificación de las personas con mieloma múltiple asintomático con más riesgo de padecer la enfermedad y en distintos tratamientos para retrasar dicha aparición.

"En muchos tipos de cáncer, la detección precoz es una ventaja; en éste, hasta ahora, no lo era", comenta el especialista, que en septiembre se traslada a la Clínica Universitaria de Navarra como director de Medicina Clínica y Traslacional, donde pondrá en marcha una unidad de mieloma.

Repercusión para los pacientes

Aunque el estudio del NEJM demuestra que la combinación de dos fármacos, un inmunomodulador (lenalidomida) -fabricado por el laboratorio que ha financiado el estudio- y un corticoide (dexametasona), retrasa el cáncer en este grupo de 'preenfermos', queda tiempo para que las agencias reguladoras aprueben esta indicación, según reconoce el experto.

Y eso que el estudio saca una conclusión aún más positiva, que la terapia combinada -que se toma por vía oral- mejora la supervivencia global. En concreto, un 94% de los pacientes que recibieron tratamiento seguía con vida a los cinco años frente a un 78% de los que 'sólo' habían sido vigilados por su médico.

San Miguel explica que tanto el grupo español como otros muchos están trabajando en una nueva definición de la enfermedad y en la identificación de un grupo en el que el riesgo de progresión sea incluso mayor. "Serían aquellos pacientes cuyo riesgo de progresión en dos años es del 75% y la idea sería cambiar el nombre de su patología de mieloma múltiple asintomático a mieloma múltiple precoz".

Eso daría tranquilidad a los actuales afectados por este desorden que sólo pueden vivir bajo la vigilancia estrecha de su hematólogo o, en el mejor de los casos, intentar participar en un ensayo clínico como el publicado en la revista estadounidense.

El mieloma múltiple no es un cáncer muy común y su incidencia oscila entre 4 ó 5 casos por cada 100.000 habitantes al año, lo que supone unos 2.500 diagnósticos nuevos cada año. Excepto aquellas personas en las que se detecta casualmente en estado asintomático, el resto de afectados son diagnosticados porque presentan alguno de sus síntomas: anemia, insuficiencia renal, destrucción ósea, cansancio o infecciones repetidas, entre otros.

Dentro de los calificados como asintomáticos, los investigadores españoles han desarrollado los criterios para identificar a los pacientes de alto riesgo, que deben presentar simultáneamente dos de los signos biológicos de la preenfermedad. En concreto han de tener más de 30 gramos de inmunoglobulina monoclonal por litro de sangre y presentar más del 10% de células plasmáticas en la médula ósea. Ambos signos, por separado, son propios de todos los afectados por el síndrome, con independencia de su gravedad. En 2006 se añadió, además, un tercer criterio: que más del 90% de las células de la médula ósea fueran clonables.

Explica San Miguel que su experimento no es el primero en el que se intenta aplicar una terapia a los afectados por este precáncer para que no lo desarrollen. "Se ha probado también con bifosfonatos, talidomida y quimioterapia, sin éxito", comenta. Pero nunca, añade, se habían centrado específicamente en esta subpoblación de alto riesgo, algo que ha hecho por primera vez el estudio español, en el que han participado 119 pacientes de 19 hospitales españoles y tres portugueses, que han sido divididos en grupo de tratamiento y un control.

La conclusión del NEJM deja claro que, sin duda, el trabajo ha merecido la pena. "El tratamiento precoz para pacientes con mieloma asintomático de alto riesgo retrasa la progresión a enfermedad activa y aumenta la supervivencia general", se puede leer. España, de nuevo, vuelve a marcar la diferencia en investigación oncológica.

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