Ciencia
ANTROPOLOGÍA Reacciones tras la publicación de ADN humano de 400.000 años
Atapuerca, la 'meca' mundial de la evolución humana
El ADN humano de 400.000 años encontrado en la Sima de los Huesos del yacimiento burgalés ha revolucionado el estudio de la evolución humana y ha reforzado a Atapuerca como el referente mundial para el estudio del pasado de los homínidos.
OPINIÓN Editorial sobre la descodificación de ADN hallado en Atapuerca
La evolución del hombre sigue siendo un enigma
El análisis de los huesos de la sima de Atapuerca constituye un gran avance científico que paradójicamente vuelve a suscitar importantes interrogantes sobre el origen del hombre y su evolución. Se trata de la primera vez que la ciencia es capaz de descifrar parte del genoma de un homínido de esta antigüedad, lo que supone un verdadero hito que permitirá un salto en el conocimiento de cómo eran biológicamente los homínidos de los que descendemos. No es fácil explicar la aparición de este perfil genético en los huesos de Atapuerca.
La evolución del hombre sigue siendo un enigma
ELANÁLISIS de los huesos de la sima de Atapuerca constituye un gran avance científico que paradójicamente vuelve a suscitar importantes interrogantes sobre el origen del hombre y su evolución.
Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck ha logrado descifrar el ADN de un homínido que vivió en la zona hace 400.000 años. El resultado ha sido una gran sorpresa, ya que se demuestra que este remoto antecesor no está emparentado directamente con el hombre de Neandertal, sino que su perfil genético presenta las características de los denisovanos que vivieron en Siberia hace 40.000 años.
Se trata de la primera vez que la ciencia es capaz de descifrar parte del genoma de un homínido de esta antigüedad, lo que supone un verdadero hito que permitirá un salto en el conocimiento de cómo eran biológicamente los homínidos de los que descendemos.
No es fácil explicar la aparición de este perfil genético en los huesos hallados en Atapuerca, que presentan las características del hombre de Neandertal. La explicación podría residir en que neandertales y denisovanos provienen de un tronco común o que se cruzaron hace decenas de miles de años.
El tema está sujeto a debate científico y en la medida que los investigadores disponen de nuevos datos como este hallazgo de Atapuerca aumentan las incógnitas sobre quién somos y de dónde venimos.
Sabemos que existió un homo antecessor hace casi un millón de años que ya presentaba rasgos humanos. Pero no podemos establecer a ciencia cierta los eslabones que nos conducen al hombre de Cromagnon que poblaba Europa hace 30.000 años en la era del Paleolítico y que podemos considerar como un homo sapiens muy parecido a nosotros en su herencia genética, sus habilidades manuales y su estructura cerebral.
Pero lo que indican los restos del fémur de Atapuerca -cuya Sima de los Huesos se ha convertido en el yacimiento más importante del mundo- es que la evolución pudo no ser un fenómeno lineal que se puede representar en eslabones sino una red con intrincadas y complejas relaciones. ¿Por qué unas ramas de este árbol evolutivo desaparecieron y otras evolucionaron? ¿Fue por causas climáticas como las glaciaciones que cubrieron el planeta? ¿O más bien por razones genéticas? ¿O tal vez por la configuración del cerebro y su capacidad interactiva de aprendizaje? No hay todavía respuesta a estas preguntas porque el origen del hombre sigue siendo un gran misterio a pesar del enorme salto tecnológico producido en los dos últimos siglos desde el nacimiento de Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución.
Podemos conocer la estructura de lejanas estrellas, penetrar en los secretos de la física cuántica y viajar por nuestro Sistema Solar, pero sabemos muy poco sobre por qué y cómo hemos llegado a ser lo que somos. No faltará quien argumente que la respuesta a estas preguntas no nos va a aportar nada esencial, pero eso constituye un error porque sólo podremos resolver muchos de nuestros problemas cuando sepamos cómo hemos llegado hasta aquí.
Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck ha logrado descifrar el ADN de un homínido que vivió en la zona hace 400.000 años. El resultado ha sido una gran sorpresa, ya que se demuestra que este remoto antecesor no está emparentado directamente con el hombre de Neandertal, sino que su perfil genético presenta las características de los denisovanos que vivieron en Siberia hace 40.000 años.
Se trata de la primera vez que la ciencia es capaz de descifrar parte del genoma de un homínido de esta antigüedad, lo que supone un verdadero hito que permitirá un salto en el conocimiento de cómo eran biológicamente los homínidos de los que descendemos.
No es fácil explicar la aparición de este perfil genético en los huesos hallados en Atapuerca, que presentan las características del hombre de Neandertal. La explicación podría residir en que neandertales y denisovanos provienen de un tronco común o que se cruzaron hace decenas de miles de años.
El tema está sujeto a debate científico y en la medida que los investigadores disponen de nuevos datos como este hallazgo de Atapuerca aumentan las incógnitas sobre quién somos y de dónde venimos.
Sabemos que existió un homo antecessor hace casi un millón de años que ya presentaba rasgos humanos. Pero no podemos establecer a ciencia cierta los eslabones que nos conducen al hombre de Cromagnon que poblaba Europa hace 30.000 años en la era del Paleolítico y que podemos considerar como un homo sapiens muy parecido a nosotros en su herencia genética, sus habilidades manuales y su estructura cerebral.
Pero lo que indican los restos del fémur de Atapuerca -cuya Sima de los Huesos se ha convertido en el yacimiento más importante del mundo- es que la evolución pudo no ser un fenómeno lineal que se puede representar en eslabones sino una red con intrincadas y complejas relaciones. ¿Por qué unas ramas de este árbol evolutivo desaparecieron y otras evolucionaron? ¿Fue por causas climáticas como las glaciaciones que cubrieron el planeta? ¿O más bien por razones genéticas? ¿O tal vez por la configuración del cerebro y su capacidad interactiva de aprendizaje? No hay todavía respuesta a estas preguntas porque el origen del hombre sigue siendo un gran misterio a pesar del enorme salto tecnológico producido en los dos últimos siglos desde el nacimiento de Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución.
Podemos conocer la estructura de lejanas estrellas, penetrar en los secretos de la física cuántica y viajar por nuestro Sistema Solar, pero sabemos muy poco sobre por qué y cómo hemos llegado a ser lo que somos. No faltará quien argumente que la respuesta a estas preguntas no nos va a aportar nada esencial, pero eso constituye un error porque sólo podremos resolver muchos de nuestros problemas cuando sepamos cómo hemos llegado hasta aquí.
ANTROPOLOGÍA Reacciones tras la publicación de ADN humano de 400.000 años
Atapuerca, la 'meca' mundial de la evolución del hombre
Vista general del yacimiento de Atapuerca, Burgos. ISRAEL MURILLO
El yacimiento de Atapuerca lleva 20 años siendo un referente mundial indiscutible para el estudio de la evolución humana. Los descubrimientos y las aportaciones de este rincón de la sierra burgalesa han sido muchos. Pero quizá fue el hallazgo en 1992 del ya célebre cráneo número 5 de un Homo heidelbergensis de unos 300.000 años de antigüedad -bautizado como Miguelón en honor a Miguel Indurain- lo que situó al yacimiento entre los más importantes del mundo. Sin embargo, el hallazgo de ADN humano de hace 400.000 años en buenas condiciones de conservación en la Sima de los Huesos lo ha situado aún más, si cabe, en la cima de la paleoantropología internacional.
Desde que Nature adelantara a los periodistas su noticia principal de esta semana los teléfonos de los investigadores no han dejado de sonar. Descifrar ADN humano a partir de fósiles que rondan el medio millón de años de antigüedad no es cuestión baladí. La investigación sólo presenta una pequeña parte del ADN humano contenida en unos pequeños orgánulos del interior celular y responsables de la respiración de las células llamados mitocondrias. Pero abre la puerta al estudio de los genomas completos (ADN nuclear) de fósiles de homínidos de hasta medio millón de años, y, por tanto, permite comenzar a pensar en el estudio de la evolución del hombre armados con la contundencia de la Genética.
Los resultados han derribado las barreras temporales de los estudios genéticos y tanto la comunidad científica como la prensa internacional se ha volcado con el descubrimiento. «Es un hallazgo apasionante que hace que cambien las tornas en este campo», aseguró David Reich, genetista del Harvard Medical School de EEUU a The New York Times. La Sima de los Huesos alberga una de las colecciones de fósiles humanos de esa época de la evolución humana, una era llamada el Pleistoceno Medio, que llega hasta hace cerca de 100.000 años.
«Es fantástico, no tengo ningún reparo en decirlo. Hay muy pocos sitios en el mundo donde se pueda conservar ADN tan antiguo, que no sea bajo el hielo», asegura Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. «Desde luego que es la joya de la corona, no hay otro sitio donde haya tantos individuos de los que se pueda extraer el ADN mitocondrial», dice Lalueza-Fox.
Otros expertos internacionales, como el profesor Chis Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres y que nada tiene que ver con las excavaciones, apuntan en la misma dirección. «Necesitamos todos los datos que podamos conseguir para construir la historia completa de la evolución humana. Y no lo podemos hacer sólo con herramientas de piedra, no lo podemos hacer sólo con fósiles. Tener el DNA de estos homínidos de la sima de los Huesos nos da una nueva forma de asomarnos a ella», aseguró Stringer a la BBC.
Desde que Nature adelantara a los periodistas su noticia principal de esta semana los teléfonos de los investigadores no han dejado de sonar. Descifrar ADN humano a partir de fósiles que rondan el medio millón de años de antigüedad no es cuestión baladí. La investigación sólo presenta una pequeña parte del ADN humano contenida en unos pequeños orgánulos del interior celular y responsables de la respiración de las células llamados mitocondrias. Pero abre la puerta al estudio de los genomas completos (ADN nuclear) de fósiles de homínidos de hasta medio millón de años, y, por tanto, permite comenzar a pensar en el estudio de la evolución del hombre armados con la contundencia de la Genética.
Los resultados han derribado las barreras temporales de los estudios genéticos y tanto la comunidad científica como la prensa internacional se ha volcado con el descubrimiento. «Es un hallazgo apasionante que hace que cambien las tornas en este campo», aseguró David Reich, genetista del Harvard Medical School de EEUU a The New York Times. La Sima de los Huesos alberga una de las colecciones de fósiles humanos de esa época de la evolución humana, una era llamada el Pleistoceno Medio, que llega hasta hace cerca de 100.000 años.
La colección de homínidos más completa
El equipo dirigido por los codirectores de Atapuerca Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro ha encontrado 28 esqueletos completos de este homínido de la Sima de los Huesos, aún sin clasificar dentro de ninguna especie hasta que la genética revele más datos sobre su pasado. «Atapuerca siempre ha sido un referente mundial y lo sigue demostrando», asegura Antonio Rosas, profesor de investigación del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC, quien no ha tenido nada que ver con esta última investigación. «Es un yacimiento único en el mundo para el Pleistoceno medio, pero lo es desde hace muchos años, en los 90 ya se habían extraído más de 20 de estos esqueletos de la Sima de los Huesos», aclara Rosas.«Es fantástico, no tengo ningún reparo en decirlo. Hay muy pocos sitios en el mundo donde se pueda conservar ADN tan antiguo, que no sea bajo el hielo», asegura Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. «Desde luego que es la joya de la corona, no hay otro sitio donde haya tantos individuos de los que se pueda extraer el ADN mitocondrial», dice Lalueza-Fox.
Otros expertos internacionales, como el profesor Chis Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres y que nada tiene que ver con las excavaciones, apuntan en la misma dirección. «Necesitamos todos los datos que podamos conseguir para construir la historia completa de la evolución humana. Y no lo podemos hacer sólo con herramientas de piedra, no lo podemos hacer sólo con fósiles. Tener el DNA de estos homínidos de la sima de los Huesos nos da una nueva forma de asomarnos a ella», aseguró Stringer a la BBC.
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