Traducido del inglés: miércoles, 10 de agosto, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
MARTES, 9 de agosto de 2016 (HealthDay News) -- Algunos pacientes que son llevados a las unidades de cuidados intensivos de los hospitales tienden a someterse a procedimientos más costosos e invasivos, a menudo sin obtener una mejora en los resultados, según un estudio reciente.
Esto es particularmente cierto para los que tienen cetoacidosis diabética (un nivel alto de azúcar en la sangre), un embolismo pulmonar (un coágulo en los pulmones), insuficiencia cardiaca o hemorragias gastrointestinales superiores. En muchos casos, se trata de 4 enfermedades habituales que pueden tratarse igual de bien en una planta de hospital normal, añadieron los investigadores.
"Creo que nuestros hallazgos empiezan a contar la historia de cómo el uso inapropiado de las UCI [unidades de cuidados intensivos] puede ser perjudicial para los pacientes y para el sistema de atención sanitaria", dijo el investigador principal, el Dr. Dong Chang, profesor asistente de medicina en la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.
"El uso excesivo de las UCI para los pacientes que probablemente puedan ser tratados fuera de la UCI podría llevar a aplicar tratamientos agresivos de forma inadecuada y al uso inapropiado de unos recursos que dejan de recibir los pacientes que realmente necesitan unos servicios de atención crítica", dijo Chang.
El informe aparece en la edición en línea del 8 de agosto de la revista JAMA Internal Medicine.
Un experto explicó los orígenes del problema.
"La clave del problema es el paciente al que yo llamo el paciente intermedio", comentó el Dr. Neil Halpern, jefe del servicio de medicina de atención crítica del Centro Oncológico Conmemorativo Sloan-Kettering, en la ciudad de Nueva York. Halpern escribió un editorial que acompañó al estudio en la revista.
Estos pacientes tienen ciertas enfermedades como las que estudió el equipo de Chang, "que no son extremas y podrían tratarse tanto en la UCI como en una planta general. La cuestión es la forma en que los diversos hospitales se encargan de este grupo de pacientes", dijo Halpern.
En algunos hospitales, estos pacientes serán enviados a la UCI, "porque estos hospitales desean usar las camas de la UCI hasta su capacidad máxima. No quieren estresar al personal de enfermería y a otros proveedores de las plantas generales del hospital, o quizá quieran capacitar a sus residentes al exponerlos a este tipo de pacientes", indicó.
"Mientras que otro grupo de hospitales afirman que sus plantas están bien capacitadas para atender a los pacientes intermedios", añadió.
Para realizar el estudio, Chang y sus colaboradores recogieron datos de casi 157,000 hospitalizaciones en 94 hospitales en Maryland y el estado de Washington de 2010 a 2012. Las cuatro enfermedades que observaron conformaban casi el 5 por ciento del total de hospitalizaciones.
Cuando examinaron las tasas de uso de las UCI, los fallecimientos en los hospitales, el uso de procedimientos invasivos y los costos hospitalarios, sus hallazgos mostraron que las tasas de admisión a la UCI variaron entre un 16 y un 81 por ciento para la cetoacidosis diabética, entre un 5 y un 44 por ciento para el embolismo pulmonar, entre un 12 y un 51 por ciento para las hemorragias gastrointestinales superiores y entre un 4 y un 49 por ciento para la insuficiencia cardiaca congestiva.
Los hospitales pequeños tenían unas tasas más altas de admisión a la UCI, al igual que los hospitales académicos, descubrieron los investigadores.
Aunque el uso de la UCI no estuvo relacionado con diferencias significativas en la mortalidad en los hospitales, se asoció con una mayor cantidad de procedimientos invasivos y unos costos más elevados, indicó Chang.
Según el estudio, los costos por las enfermedades variaron entre los hospitales que hicieron un menor y un mayor uso de la UCI, y fueron de entre 7,100 y 8,200 dólares para la cetoacidosis diabética, de entre 10,600 y 11,100 dólares para el embolismo pulmonar, de entre 10,200 y 10,800 dólares para las hemorragias gastrointestinales superiores y de entre 10,200 y 13,600 dólares para la insuficiencia cardiaca congestiva.
El modo en que los hospitales deciden qué pacientes se envían a la UCI o a una planta general es una decisión compleja que depende del tamaño, la cultura y los recursos del hospital, explicó Halpern.
Algunos hospitales, sobre todo los de gran tamaño, tienen unidades que abarcan la atención ofrecida en la UCI y en las plantas generales, explicó.
"Eso se conoce como una unidad intermedia", dijo. "Este tipo de pacientes irían a la unidad intermedia, no a la UCI ni a una sala regular, porque la unidad intermedia dispone de más personal de enfermería, más tecnología y más ayuda para cuidar a estos pacientes".
"Cuando un paciente intermedio llega a la UCI, deben tener una alternativa", comentó Halpern. "Significa que quizá necesite un estándar para los pacientes más críticamente enfermos y un estándar para los intermedios, pero se sigue necesitando la atención individualizada".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Dong Chang, M.D., assistant professor, medicine, LA Biomed/Harbor-UCLA Medical Center, David Geffen School of Medicine, UCLA; Neil Halpern, M.D., chief, critical care medicine service, Memorial Sloan Kettering Cancer Center, New York City; Aug. 8, 2016, JAMA Internal Medicine, online
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