ESTUDIO DEL CIBEROBN EN MODELO ANIMAL
La ingesta de fructosa parece más perjudicial que la glucosa en la salud CV
Un estudio ha comparado los efectos vasculares y metabólicos del consumo de la glucosa frente a la fructosa, relacionando esta última con más efectos perjudiciales. La investigación ha sido liderada por los Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn) y la Universidad de Barcelona.
Redación DM | 09/02/2017 13:12
El grupo del Ciberobn/UB (DM)
El tipo de azúcar que se consume -y no sólo la cantidad- puede determinar el riesgo de padecer enfermedades metabólicas y vasculares, según un estudio realizado en animales de laboratorio y dirigido por Marta Alegret, del Ciberobn del Instituto de Salud Carlos III, y de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB).
El estudio, que se publica en American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology, ha revelado que consumir fructosa tiene unos efectos más perjudiciales en el metabolismo y el sistema vascular de los animales en comparación con la glucosa. El estudio también ha sido firmado por Gemma Sangüesa, Nuria Roglans y Juan Carlos Laguna, de la Universidad de Barcelona, y Sonali Shaligram, Farjana Akther y Roshanak Rahimian, de la Universidad del Pacífico, en Estados Unidos.
El azúcar de la fruta, uno de los edulcorantes más conocidos
La fructosa es un azúcar simple (monosacárido) que abunda en las frutas, y es uno de los edulcorantes más conocidos y habituales en la industria alimentaria, ya que tiene un gran poder edulcorante y bajo coste de producción.
La fructosa es un azúcar simple (monosacárido) que abunda en las frutas, y es uno de los edulcorantes más conocidos y habituales en la industria alimentaria, ya que tiene un gran poder edulcorante y bajo coste de producción.
El equipo científico dividió una muestra de ratas hembra en dos grupos, que ingirieron durante dos meses, junto a su dieta habitual de alimentos sólidos, un complemento líquido de glucosa o de fructosa. En función del tipo de azúcar ingerido los resultados han mostrado diferencias en el aumento del peso corporal, el nivel de triglicéridos y la fisiología vascular.
Metabolismo
Según ha explicado Alegret, "uno de los efectos metabólicos más destacados es la alta concentración de triglicéridos en el plasma del grupo de ratas que recibió fructosa. Este efecto no podría explicarse únicamente por una mayor síntesis de lípidos en el hígado, ya que tanto la glucosa y la fructosa incrementan la lipogénesis hepática. En cambio, los niveles proteicos de una enzima clave en la oxidación de ácidos grasos -el CPT1A- se encuentran reducidos únicamente en las ratas que recibieron fructosa. En este grupo también ha aumentado la expresión de una proteína esencial -l'MTP- para exportar triglicéridos del hígado hacia el plasma en forma de lipoproteínas de muy baja densidad. Todo esto nos lleva a pensar que, de forma específica, la fructosa es capaz de reducir la oxidación de ácidos grasos e incrementar la salida de triglicéridos del hígado en el plasma, y eso es lo que probablemente origina la hipertrigliceridemia".
Según ha explicado Alegret, "uno de los efectos metabólicos más destacados es la alta concentración de triglicéridos en el plasma del grupo de ratas que recibió fructosa. Este efecto no podría explicarse únicamente por una mayor síntesis de lípidos en el hígado, ya que tanto la glucosa y la fructosa incrementan la lipogénesis hepática. En cambio, los niveles proteicos de una enzima clave en la oxidación de ácidos grasos -el CPT1A- se encuentran reducidos únicamente en las ratas que recibieron fructosa. En este grupo también ha aumentado la expresión de una proteína esencial -l'MTP- para exportar triglicéridos del hígado hacia el plasma en forma de lipoproteínas de muy baja densidad. Todo esto nos lleva a pensar que, de forma específica, la fructosa es capaz de reducir la oxidación de ácidos grasos e incrementar la salida de triglicéridos del hígado en el plasma, y eso es lo que probablemente origina la hipertrigliceridemia".
Fisiología vascular
El trabajo también ha comparado la respuesta diferencial en indicadores de patologías vasculares, mediante el estudio de la respuesta de la aorta después de exponerla a sustancias que provocan su relajación o contracción. "En ratas que recibieron glucosa, la capacidad de la aorta de relajarse al exponerla a un agente donador de óxido nítrico (nitroprusiato sódico) es superior, mientras que en las que recibieron fructosa es menor, en comparación con el grupo control. Por tanto, desde el punto de vista vascular, la fructosa produce un efecto negativo, ya que dificulta la correcta relajación de la aorta. En cambio, el efecto de la glucosa resulta incluso beneficioso", ha detallado Alegret. El efecto beneficioso de la glucosa se explicaría por el aumento en los niveles plasmáticos de adiponectina, un aumento que no se produce en las ratas tratadas con fructosa.
El trabajo también ha comparado la respuesta diferencial en indicadores de patologías vasculares, mediante el estudio de la respuesta de la aorta después de exponerla a sustancias que provocan su relajación o contracción. "En ratas que recibieron glucosa, la capacidad de la aorta de relajarse al exponerla a un agente donador de óxido nítrico (nitroprusiato sódico) es superior, mientras que en las que recibieron fructosa es menor, en comparación con el grupo control. Por tanto, desde el punto de vista vascular, la fructosa produce un efecto negativo, ya que dificulta la correcta relajación de la aorta. En cambio, el efecto de la glucosa resulta incluso beneficioso", ha detallado Alegret. El efecto beneficioso de la glucosa se explicaría por el aumento en los niveles plasmáticos de adiponectina, un aumento que no se produce en las ratas tratadas con fructosa.
Alteraciones hepáticas
El grupo de ratas que consumía fructosa también mostró marcadores ligados a alteraciones hepáticas. En estudios previos, el equipo de la UB ya había constatado que, tanto en rata como en ratón, la fructosa produce la aparición de hígado graso. Además de las alteraciones vasculares y hepáticas, también hay un mayor aumento de peso corporal en las ratas que recibían fructosa, aunque consumían menos calorías que las otras ratas.
El grupo de ratas que consumía fructosa también mostró marcadores ligados a alteraciones hepáticas. En estudios previos, el equipo de la UB ya había constatado que, tanto en rata como en ratón, la fructosa produce la aparición de hígado graso. Además de las alteraciones vasculares y hepáticas, también hay un mayor aumento de peso corporal en las ratas que recibían fructosa, aunque consumían menos calorías que las otras ratas.
"El hecho de que la fructosa reduzca la oxidación de ácidos grasos, y que también incremente la síntesis de lípidos en el hígado, puede conducir a un aumento del depósito de lípidos en este órgano, lo que se conoce como hígado graso. Esta acumulación de lípidos en el hígado, aunque no provoca sintomatología en un primer momento, puede acabar originando inflamación en este órgano y a la larga podría derivar en patologías más graves, por lo que es mejor evitarla", ha dicho Alegret.
"Después de muchos años estudiando los efectos de la fructosa y su particular metabolismo, no es sorprendente descubrir que tenga efectos que no presentan otros azúcares similares como la glucosa. Aunque parezca que el incremento de peso sólo esté relacionado con el aumento de calorías consumidas, sabemos que hay otros factores. En concreto, el incremento del peso del hígado que sólo se presenta en ratas tratadas con fructosa, no con glucosa, también podría relacionarse con la acumulación de lípidos en este órgano e influir en el peso corporal".
Este proyecto ha recibido financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la Unión Europea, en el marco del Programa Operativo Feder de Cataluña 2014- 2020.
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