sábado, 13 de octubre de 2018

El estradiol, implicado en la actividad de la grasa parda - Diariomedico.com

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Futuro control de la obesidad

El estradiol está implicado en la activación de la grasa parda

Investigadores españoles han descrito por vez primera el mecanismo de acción del estradiol, la principal hormona sexual femenina, en el hipotálamo y sus repercusiones en la grasa parda y la obesidad, publica 'Cell Reports'.



Ismael González García, de la Universidad de Santiago de Compostela.
Universidad de Santiago.




El grupo de NeurObesidad de la Universidad de Santiago (USC) acaba de describir por vez primera el mecanismo de acción del estradiol –la principal hormona sexual femenina- en el hipotálamo para controlar de manera remota el proceso de termogénesis de la grasa parda. El tejido adiposo pardo (grasa parda) es el que no almacena lípidos (al contrario que la grasa blanca) sino que los ‘quema’ a través de un proceso en el que se genera calor (termogénesis). Por ejemplo, cuando el sistema nervioso central interpreta que el organismo se encuentra en un ambiente frío desencadena como respuesta una activación de la termogénesis de la grasa parda para incrementar la temperatura corporal, aclara Ismael González García, primer autor del trabajo publicado en Cell  Reports.
El equipo ha demostrado cómo el estradiol regula los niveles de ceramidas -familia de lípidos que forman parte de las membranas celulares- en el hipotálamo”. Concretamente, como explica el investigador del grupo de la USC, el  estradiol produce una reducción de las ceramidas hipotalámicas, lo cual a su vez induce una disminución del  estrés del retículo  endoplasmático (RE). Este último es una alteración celular que ocurre cuando se acumulan proteínas mal plegadas en el interior del citado retículo. La capacidad reguladora de las ceramidas sobre la materia grasa es posible porque la actividad del tejido adiposo pardo es controlada en gran medida por el sistema nervioso central, al que la grasa parda se proyecta a través de conexiones neuronales, posibilitando así la regulación de la actividad  termogénica.

Quemar la grasa

Cuando el organismo deja de ‘quemar grasa’, porque disminuye el proceso de  termogénesis a causa del estrés del retículo  endoplasmático, las calorías que se dejan de “quemar” producen un incremento en el peso corporal aunque no se ingieran más alimentos. Como aclara Ismael González, los animales “ganan peso comiendo lo mismo”. La presencia de  estradiol, por el contrario,  revierte los niveles de  ceramidas y disminuye el estrés de RE en el hipotálamo, produciendo la activación de  termogénesis en el tejido  adiposo pardo y normalizando el peso corporal.
La grasa parda se postula como posible diana terapéutica en el tratamiento de la obesidad
En la base de este mecanismo se encuentra la función del hipotálamo, zona del cerebro que regula el estado energético de todo el organismo. Las hormonas  estrogénicas actúan en esta zona cerebral  modulando diversas vías moleculares, entre ellas la regulada por la proteína AMPK (descrita en 2014 por el grupo  NeuroObesidade) o la regulada por  mTOR (también descrita este año por el mismo grupo de la USC). Según González García, el estudio contribuye a explicar el interés de la grasa parda como posible diana terapéutica en el tratamiento de la obesidad. No obstante, añade, “los mecanismos moleculares que regulan su funcionamiento en el cerebro no son de todo conocidos por lo que es determinante seguir investigando para comprenderlo”.

Repercusión en la menopausia

El trabajo también representa un “pequeño paso más en la larga travesía de entender las patologías metabólicas asociadas con la menopausia”. El  estradiol “tiene un efecto  anoréxico, de disminución de la ingesta de alimentos, al tiempo que también produce un incremento de la termogénesis de la grasa. Ambos factores propician en último término una merma de la masa corporal. En su ausencia, como por ejemplo durante la  menopausia, este efecto desaparece por lo que es habitual que esta etapa se vea asociada a incrementos de peso corporal y a una mayor prevalencia de patologías  metabólicas”.
Este trabajo fue realizado en el grupo de  NeurObesidad, dirigido por Miguel López y con  financiación de la Consejería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, el  MINECO y el Programa Starting Grant del ERC. El trabajo recoge parte de los estudios realizados en la tesis de doctorado de Ismael González García, dirigida por Miguel López y Carlos Diéguez. Ismael González García se encuentra en la actualidad realizando sus estudios  posdoutorais en el  Helmholtz  Zentrum de  Munich

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