Trabajo sobre la inhibición de la regulación inmune negativa | 01 OCT 18
El Nobel de Medicina 2018 para la inmunoterapia del cáncer
James Allison y Tasuku Honjo han realizado investigaciones clave para el desarrollo de las nuevas terapias contra el cáncer
Autor: Nuño Domínguez El País, Madrid
Los hallazgos de ambos científicos han sido esenciales para el desarrollo de la inmunoterapia contra los tumores. "Este año el premio constituye un hito en la lucha contra el cáncer. El descubrimiento realizado por los dos premiados aprovecha la capacidad del sistema inmune de atacar las células cancerosas", señala el instituto.
El premio es una nueva prueba de la importancia de la investigación básica. James Allison, de 70 años, es investigador del Centro de Cáncer MD Anderson de Houston (EE UU). Este inmunólogo estudió una proteína llamada CTLA-4 que funciona como un freno para el sistema inmune.
El investigador entendió que eliminar esa barrera podría hacer que las defensas ataquen a los tumores y la idea se plasmó en una nueva estrategia para tratar a pacientes con anticuerpos que inhiben esa proteína. Allison ha reconocido que su objetivo no era combatir tumores, sino entender mejor cómo funcionan los glóbulos blancos.
Los resultados de su trabajo fueron el pilar de ipilimumab, el primer medicamento oncológico contra el melanoma metastásico, aprobado en 2011 tras 10 años de ensayos clínicos. Allison recibió el pasado año el Premio Fronteras del Conocimiento en Biomedicina que otorga la Fundación BBVA.
Han permitido crear tratamientos efectivos contra el cáncer de pulmón, renal, de piel y linfomaHonjo, de 76 años y vinculado a la Universidad de Kioto desde 1984, descubrió la PD-1, una proteína de las células del sistema inmune que también impide que ataquen a los tumores. Las terapias basadas en esta segunda molécula han demostrado ser "sorprendentemente efectivas en la lucha contra el cáncer", según la Asamblea del Nobel. Los anticuerpos contra PD-1 son más efectivos que los dirigidos contra CTLA-4 y han permitido crear tratamientos efectivos contra el cáncer de pulmón, renal, de piel y linfoma. La combinación de ambos anticuerpos aumenta la efectividad de la inmunoterapia tal y como se ha demostrado en personas con melanoma.
"Durante más de 100 años los científicos han intentado reclutar al sistema inmune para luchar contra el cáncer. Hasta los dos descubrimientos de los dos premiados, los progresos clínicos fueron modestos. La terapia de inhibidores de punto de control ha revolucionado el tratamiento del cáncer y ha cambiado para siempre nuestra visión sobre esta enfermedad", resalta el comunicado de prensa emitido por la asamblea que otorga el galardón.
Ignacio Melero, oncólogo de la Universidad de Navarra, destaca la “contribución enorme” que ambos premiados han hecho para el desarrollo de nuevas terapias. “Tuve la suerte de poner en marcha los ensayos de un anticuerpo anti-PD-1 en hepatocarcinoma [cáncer de hígado] en España y esto condujo a que ahora sea el tratamiento en segunda línea”, resalta. Para Melero este Nobel deja “una sensación agridulce”, pues otros investigadores “se lo merecían igual", entre ellos Lieping Chen, de la Universidad de Yale, y Gordon Freeman, de Harvard. "Se han quedado fuera probablemente porque el premio solo puede reconocer a un máximo de tres personas”, resalta.
El año pasado ganaron el premio Jeffrey Hall, Michael Rosbash y Michael Young "por sus descubrimientos de los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano". Gracias en parte a su trabajo, hoy se sabe que los seres vivos portan en sus células un reloj interno sincronizado con las vueltas de 24 horas que da el planeta Tierra.
El galardón de Medicina abre la ronda de anuncios de estos premios, al que seguirán este martes el de Física, el miércoles el de Química, el jueves el de la Paz y finalmente Economía, que se dará a conocer el lunes de la semana que viene. El galardón está dotado con nueve millones de coronas suecas, unos 940.000 euros
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