Es más probable que el cáncer de colon pediátrico y en adultos  jóvenes tenga mayores índices de mortalidad que en adultos de mediana edad. Investigadores del Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas, han descubierto que las diferencias en las tasas de mortalidad persisten independientemente de si los pacientes pediátricos, adolescentes y adultos jóvenes (de 24 años o menos) nacieron con una predisposición a anomalías o enfermedades del colon.
Estos hallazgos, publicados en el ‘Journal of the American College of Surgeons‘, alertan a las familias, los médicos y los cirujanos para asegurarse de que las quejas abdominales en los jóvenes se evalúen exhaustiva y cuidadosamente cuando se informan por primera vez, y se traten agresivamente si se descubre cáncer.
El cáncer de colon es raro en personas menores de 25 años, con una prevalencia en pacientes menores de 20 años es de 0,2 por ciento. El diagnóstico en niños y adultos jóvenes a menudo se retrasa. La mayoría de los pacientes (70 por ciento) niños y adultos jóvenes en una encuesta de 2019 realizada por Colorectal Cancer Alliance fueron diagnosticados con enfermedad en etapa 3 o etapa 4. En contraste, los pacientes mayores tienen más probabilidades de ser diagnosticados con enfermedad en etapa 1 o 2.
“El cáncer de colon pediátrico puede pasar desapercibido. El niño puede ser visto por un oncólogo que trata a adultos pero que no sabe cómo tratar a los niños. O pueden ser vistos por un pediatra principalmente sobre el tratamiento de niños pero nada sobre el cáncer de colon”, explica Andrea Hayes-Jordan, autora del artículo y cirujana en jefe del Hospital de Niños de Carolina del Norte, de la Universidad de Carolina del Norte. Era profesora y jefe de sección de cirugía pediátrica en el MD Anderson en el momento en que se realizó el estudio.
El resultado no indica un camino claro para el tratamiento de niños con cáncer de colon, más allá de proporcionar el mismo tratamiento que los adultos. Además, los resultados del estudio muestran claramente que este tipo de intervenciones no son efectivas.
“Etapa por etapa, a los niños les va 5 a 6 veces peor con el tratamiento. Por lo tanto, un niño con enfermedad en la Etapa 4 tiene 6 veces más posibilidades de morir que un adulto con la misma etapa de cáncer”, precisa la doctora.
Para el estudio, los investigadores compararon los resultados retrospectivos para 94 pacientes pediátricos tratados en el MD Anderson entre 1991 y 2017 con una base de datos de resultados mantenida prospectivamente para pacientes adultos que fueron tratados por cáncer de colon.
La supervivencia global y libre de recaídas de tres años difirió notablemente: 90 por ciento y 78 por ciento para adultos versus 42 por ciento y 32 por ciento para niños. A excepción de los pacientes con enfermedad en etapa 1, una comparación etapa por etapa mostró tasas de supervivencia mucho más bajas para los niños.
La supervivencia general a cinco años en la etapa 2 fue del 90 por ciento para los adultos frente al 64 por ciento para los niños, en la etapa 3, el 85 por ciento para los adultos frente al 58 por ciento para los niños, y en la etapa 4, el 55 por ciento para los adultos y el 16 por ciento para los niños.
La supervivencia libre de recaídas por etapa fue: 85 por ciento para adultos versus 55 por ciento para niños con enfermedad en etapa 2, 73 por ciento para adultos y 31 por ciento para niños con cáncer en etapa 3, y 27 por ciento para adultos versus 5 por ciento para niños con etapa 4.
Aunque algunas anormalidades congénitas se han asociado con cáncer de colon en personas jóvenes, el 71 por ciento de los pacientes en este estudio no tenían síndrome predisponente. Este estudio también es el primero en mostrar que la metástasis peritoneal es significativamente mayor en pacientes pediátricos, informan los autores.
“Aunque algunos pueden pensar que el estudio plantea más preguntas de las que responde, al menos ilumina el problema para que podamos comenzar a trabajar en él”, apunta la doctota Hayes-Jordan.
De hecho, pronto liderará un ensayo clínico que reunirá tejido de adultos y niños con enfermedad peritoneal y realizará análisis genéticos para tratar de identificar diferencias en tumores en niños e investigar alternativas de tratamiento que beneficien a estos pacientes.
Hasta que se sepa más sobre el cáncer de colon pediátrico, la doctora Hayes-Jordan aconseja a los padres y médicos que estén atentos. “Los síntomas tempranos, como hinchazón o molestias abdominales generales deben tomarse en serio –advierte–. Deben evaluarse con tomografías computarizadas u otras tecnologías de imágenes para identificar el problema específico, y no descartarse como gripe estomacal o un simple dolor de tripa después de comer comida mala”.
También recomienda un procedimiento quirúrgico por adelantado y una escisión quirúrgica que extirpa la mayor cantidad de tumor posible. “Los niños no son adultos pequeños. Deben ser tratados con un pensamiento independiente y una evaluación cuidadosa”, apunta.