La molécula VAV2 es clave en cáncer de cabeza y cuello, según investigadores del CIBER de Cáncer (CIBERONC) y el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca. Las conclusiones se han recogido en un estudio coordinado por Xosé Bustelo y publicado en la revista Nature Communications.
En dicho trabajo se han identificado moléculas clave para el desarrollo y evolución de propiedades malignas de los cánceres de cabeza y cuello. Los investigadores han descubierto una ruta de señalización activada por la molécula VAV2. Una de las características que determinan la malignidad de estos tumores es la detección en las biopsias de células cancerosas altamente proliferativas y que están en un estado muy indiferenciado. Fármacos que pueden revertir estas propiedades biológicas podrían tener un impacto importante en el tratamiento de este subtipo de pacientes. Todavía hay desconocimiento de las rutas biológicas específicas que determinan la aparición y el mantenimiento de las características malignas de estos tumores.
“Estudios bioinformáticos de datos genómicos de tumores revelaron que la expresión de esta molécula está muy elevada en muchos pacientes con cánceres de cabeza y cuello”. Así lo ha explicado Xosé Bustelo, director de este trabajo y jefe de grupo del CIBERONC y del CIC.
“Los estudios también revelaron que los niveles de expresión de esta molécula estaban asociados con un mal pronóstico para estos pacientes”, ha añadido

Pruebas con ratones

El grupo generó en primer lugar un ratón modificado genéticamente que reproducía el patrón de desregulación de VAV2 en tumores humanos. “Esto permitió descubrir que la activación descontrolada de VAV2 alteraba el comportamiento de las células normales. Les llevaba a reproducir las características más iniciales de estos tumores. Además, en combinación con otras alteraciones genéticas, vimos que estos ratones podían desarrollar tumores muy rápidamente”, ha señalado el investigador.
También ha evaluado los resultados Francisco Lorenzo-Martin, uno de los autores principales de este trabajo e investigador CIC/CIBERONC. “El análisis posterior de estas células permitió descubrir que habían adquirido unas características altamente proliferativas e indiferenciadas, es decir, un estado de proliferación regenerativa”.
Según ha explicado, el estudio permitió desentrañar el programa patológico activado por VAV2 implicado en este proceso patológico, lo que permitió identificar nuevas dianas terapéuticas y firmas diagnósticas.

Eliminación de la molécula VAV2

Los investigadores también pudieron demostrar que la expresión de VAV2 era crucial para mantener estos rasgos malignos en las células cancerosas directamente obtenidas de pacientes. La eliminación de VAV2 y de otros elementos clave de su ruta biológica hace que las células cancerosas reviertan a un estado similar al mostrado por las células sanas. “Este punto reafirma la importancia que esta ruta tiene en los tumores de pacientes”. Así lo ha destacado Natalia Fernández-Parejo, investigadora CIC y CIBERONC, que ha trabajado también en este proyecto.
“También indica que la inhibición farmacológica de VAV2 y de varios elementos que participan en este proceso patológico pueden tener interés terapéutico”, ha señalado Lorenzo-Martín. El grupo de investigación demostró hace unos meses que la inhibición de la actividad de VAV2 no induce ningún daño colateral en los órganos sanos.
Los resultados más trasladables a la clínica son unas firmas genéticas que se podrán utilizar para pronosticar la evolución de pacientes con cáncer de cabeza y cuello. El trabajo ha demostrado a nivel preclínico que algunos compuestos químicos que inhiben la actividad de algunos de estos elementos de este programa patológico VAV2-dependiente también podían revertir estas características malignas de las células tumorales.

Entidades implicadas

El grupo de Xosé Bustelo está formado por investigadores del CSIC, la Universidad de Salamanca, la Fundación para la Investigación del Cáncer de Salamanca y el CIBERONC. Ha tenido el apoyo del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Centro de Investigaciones Medioambientales (CIEMAT) de Madrid. También el Centro de Investigación de Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de Santiago de Compostela, el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Asimismo, han colaborado el Hospital Universitario de Oviedo, el Instituto de Investigación Biosanitaria de Salamanca y dos centros de investigación argentinos.
La financiación de este trabajo ha sido posible gracias a proyectos concedidos por la Worldwide Cancer Research del Reino Unido. También han participado el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Ministerio de Universidades y el Instituto de Salud Carlos III. Además, han colaborado la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y la Junta de Castilla-León. Recientemente el grupo de investigación ha recibido financiación por parte de la Fundación La Caixa.