miércoles, 20 de febrero de 2013

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04 FEB 13 | Por el Dr. Carlos Tajer
Metáforas para pensar la medicina
Las metáforas son herramientas básicas del pensamiento y configuran la relación médico / paciente. Un artículo de alta relevancia para pensar, compartir y debatir.

Dr. Carlos Tajer
Rev Argent Cardiol 2012;80:496-504.
 
ÍNDICE 
Artículo
Página 2
Referencias
Artículo
La medicina actual ha alcanzado un extraordinario desarrollo científico-técnico y se encuentra en el umbral de una potencial revolución a través de la confluencia de la genética-manipulación celular, la nanotecnología, los biosensores y la informática. No ha sido similar el desarrollo de la relación médico-paciente, y una de las mayores críticas a la práctica actual es un pobre “humanismo”. Las dificultades para reelaborar el encuentro médico-paciente son muy grandes. La estructura de la atención sanitaria, aun en sistemas igualitarios y con médicos de cabecera, genera consultas breves y una práctica atomizada en miríadas de minisubespecialidades.
En otros sistemas, los problemas son aún mayores. Sobre esas limitaciones, un aspecto que contribuye negativamente es la escasa atención brindada a la formación fuera de lo técnico-científico, lo que restringe el aporte de ideas creativas o propuestas tentativas de solución. Para la necesaria reelaboración de nuestro pensamiento y práctica, debemos aprovechar los ricos recursos de la psicología, la lingüística, la comunicación y las ciencias humanas en general. Esta carta está orientada a viajar por algunos territorios del universo de las metáforas, para explorar si los impensables avances en el tema en las últimas décadas pueden ayudarnos en el camino de nuestra autoformación.
La metáfora como herramienta básica del pensamiento

Las metáforas eran tradicionalmente consideradas un recurso retórico-poético que no hacía a la esencia de los conceptos o el pensamiento, un elemento ornamental y decorativo del lenguaje. En la década de los ochenta surge un replanteo revolucionario de la concepción de las metáforas. Lakoff y Johnson (1) y Reidd, (2) trabajando en forma independiente en lingüística cognitiva, proponen que las metáforas son elementos esenciales del lenguaje y del pensamiento. Las explicaciones que siguen han sido extractadas de estos autores.
¿Qué es una metáfora?

Comencemos por una descripción funcional.
Las metáforas permiten la comprensión de una idea o dominio conceptual en términos de un dominio diferente.

Al hablar de nuestra experiencia de vida, por ejemplo, son frecuentes las frases como “el rumbo que tomamos... los senderos recorridos... marchamos hoy hacia...”. La vida es explicada a través de una metáfora estructural: la vida es un viaje.

En este caso comprendemos un dominio existencial abstracto como la vida a través de un dominio más concreto de espacio y desplazamiento, el viaje.

Las primeras frases que enunciamos utilizan diferentes referencias metafóricas que remiten a una metáfora estructural, la vida es un viaje, que resume una serie de correspondencias entre ambos conceptos. Si comprendemos esa metáfora estructural, podemos interpretar metáforas que refieren a ese dominio aunque nunca las hayamos escuchado con anterioridad: llegó a una encrucijada... se perdió en ese atajo... la tormenta lo llevó a mal puerto...

Estas referencias no son decorativas o poéticas, sino que resultan esenciales para comprender aspectos de la vida. No tenemos forma de pensar los elementos complejos de nuestra realidad sin metáforas, y cuanto más abstracto es el problema, se necesitarán mayor número y “capas” de metáforas. Así, cuando nos referimos al tiempo, la vida, el amor, la pareja, las emociones, los síntomas, los objetivos, el sentido, los valores, lo bueno y lo malo, la salud, la medicina, la cardiología y las enfermedades, lo hacemos constantemente con metáforas.
Algunas características de las metáforas
Irreversibilidad
Cuando enunciamos que el tiempo es oro, el oro nos permite comprender algún aspecto del tiempo (preciado - valioso). Lo inverso nunca es factible: el oro no es tiempo, así como un viaje no es una vida.
Sentido de las metáforas
El proceso metafórico típicamente va del concepto más concreto al más abstracto, y no en el otro sentido. Concreto se refiere a una mayor cercanía al desarrollo del cuerpo, su experiencia físico-neural y su interacción con el medio. En los dos ejemplos comentados, no cabe duda de que tenemos experiencias de viajes y del oro, con mayor relación con nuestros sentidos y nuestro cuerpo que los conceptos más abstractos vida o tiempo.
Metáforas estructurales
Un aspecto relevante de estas investigaciones es la búsqueda de metáforas estructurales. Técnicamente, los lingüistas agrupan expresiones referidas a un tema particular (p. ej., el tiempo) y denominan metáfora estructural a la raíz conceptual común que permite su comprensión. Como ejemplo, cuando hablamos del tiempo es frecuente afirmar que: el tiempo es oro…, desperdició su tiempo…, invirtió muchas horas…, capitalizó esa mañana…, derrochó sus mejores años…, ni un centavo de mi tiempo...

Podemos comprender cualquiera de estas afirmaciones porque remiten a una metáfora estructural que nos resulta familiar: el tiempo es una mercancía.

Existen listas extensas de metáforas estructurales exploradas colaborativamente por lingüistas. (3) Como ejemplos de metáforas estructurales:

El cerebro es una máquina: le crujían los engranajes, se le saltó un tornillo...

Una organización social es una planta: nuestra sociedad tiene fuertes raíces... se nutre de… el fruto de nuestra actividad... la savia de la sociedad

Una organización social es un cuerpo: la columna vertebral del movimiento… el brazo armado de la militancia... un parásito del partido...
Las metáforas son materia de pensamiento y no meramente de lenguaje

Esta afirmación es clave para esta primera etapa de exploración de las metáforas: las metáforas permiten pensar un tema, no son recursos lingüísticos, sino herramientas conceptuales. Cuando vinculamos la vida con un viaje, generamos un mapeo de correspondencias que nos llevan a pensar por analogía nuestra vida con una serie de condiciones que caracterizan a un viaje. Si la vida es un viaje tiene un sentido, destino, velocidad, obstáculos, encrucijadas, desvíos, riesgos, categorías, comienzo y final.
Cuando pensamos un tema desde una metáfora estructural, este enfoque resalta necesariamente algunos rasgos y oculta otros, que se hacen pensables desde otras miradas metafóricas. “Conocer una metáfora estructural es conocer el conjunto de mapas que se aplica a un apareamiento entre destino (lo que queremos describir) y la fuente (lo que nos permite describirlo).”
Metáforas contrapuestas para pensar temas complejos

Si nos preguntamos qué es el amor (la relación de pareja), podemos recurrir a múltiples metáforas estructurales: El amor es un viaje, es magia, es una guerra, una sociedad de pares, un refugio, una posesión, entre otras. Dado que la forma predominante de explicar un dominio define la realidad que habitamos, es posible que si dos personas que forman una pareja tengan marcos conceptuales contrapuestos encuentren dificultades para consolidar su vínculo.
Quien enuncia la pregunta gana el debate. Metáforas en la política

Las conclusiones sobre un problema dependerán de las metáforas que nos permiten pensarlo, de tal manera que quien pone el título del debate tiene toda la ventaja para ganarlo. En un tema conflictivo como el aborto, plantear un debate con el título “los derechos del niño por nacer” resulta contrapuesto a “los derechos de la mujer sobre su cuerpo”, y adelanta la ideología del que la enuncia y las conclusiones posibles.

Lakoff publicó un pequeño libro apasionante, "No pienses en un elefante", (4) para explorar las metáforas que subyacen al pensamiento republicano en los Estados Unidos y recientemente un nuevo libro con la intención de elaborar las metáforas para comunicar las ideas centrales del pensamiento demócrata. (5)

El autor plantea una pregunta para explorar las metáforas del pensamiento republicano: ¿Cómo puede sentirse una persona de bien alguien que sostiene que no es correcto facilitar el ingreso a la universidad a los pobres o minorías, que afirma que cada persona debe hacerse cargo de conseguir el dinero para pagar su salud y si no la tiene es su problema, o que Estados Unidos tiene derecho a invadir países para mejorar su democracia?

La respuesta es bastante clara. El pensamiento republicano se asienta en por lo menos dos capas metafóricas: 1) la sociedad (el mundo - el país) es una gran familia, y 2) el modelo de familia: el Estado debe comportarse como un padre severo y exigente.
Si un hijo no trabaja es bueno castigarlo o que sufra hambre para que aprenda de la experiencia, ayudarlo excesivamente lo debilita, debe abrirse camino por su propia cuenta. Las personas capaces son responsables de educar y establecer las reglas para aquellos que no encuentran su camino, con medidas severas y aun dolorosas. En este modelo conceptual, la metáfora del partido demócrata es la del padre afectuoso y tolerante.

Las metáforas no explican por qué Estados Unidos ha invadido Irak, pero permite comprender por qué muchos de sus habitantes admiten una intervención aun a costa de la pérdida de centenares de miles de vidas, pensando que le hacen un bien a un pueblo atrasado que aún no ha aprendido las virtudes de la democracia.
Una frase reciente de Obama resume la repercusión que este pensamiento ha tenido en la política:

“Cuando pienso en lo que hemos hecho bien y lo que no, el error de mis primeros años fue pensar que mi tarea era solamente la de tomar las políticas correctas. Y esto es importante. Pero la naturaleza de esta administración es también relatar una historia al pueblo americano que le aporte un sentimiento de unidad, de propósito y optimismo, especialmente durante tiempos difíciles.” (6)

Como vemos, la intención de imponer un relato no es excluyente de una corriente de pensamiento o una particularidad de nuestro país, sino quizá una regla universal de la política.
Continúa...

 
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