BLOG | Cobertura mediática
El diario The New York Times nos saca los colores
La dieta mediterránea reduce el riesgo cardiovascular. | El Mundo
Ha pasado casi desapercibido en los medios de comunicación españoles. La que quizá ha sido la mayor contribución de nuestro país a la salud mundial ha ocupado muy poco espacio en la prensa nacional. Pocos medios se han hecho eco de un estudio publicado anticipadamente este pasado lunes en la web de la revista 'The New England Journal of Medicine' en el que se certificaba la trascendencia de los suplementos de aceite de oliva y los frutos secos -junto con una dieta típicamente mediterránea- en la prevención de problemas cardiovasculares severos en personas con factores de riesgo de enfermedad aterosclerótica.
Por el contrario, el mejor periódico del mundo, el New York Times (NYT) sí ha percibido la importancia del trabajo de los especialistas españoles. Su suplemento de Salud de los martes le ha dedicado esta semana la portada y Gina Kolata, la mejor especialista de salud del rotativo, escribe un texto principal de 1.200 palabras más un apoyo de casi 600 y un vídeo de seis minutos en su web, refrendando la investigación dirigida por el doctor Ramón Estruch, del Hospital Clínico de Barcelona.
El trabajo es, según el NYT, gigantesco y en él se demuestra que el aceite de oliva extra virgen y las nueces, almendras y avellanas disminuyen en un 30% el riesgo de sufrir problemas arteriales importantes. Un porcentaje igual, si no mayor, al que ha conseguido buena parte de la medicación que se ha usado hasta ahora en prevención primaria.
Todos los especialistas consultados por EL MUNDO, y la gran mayoría de los que hablaron con el diario neoyorquino, están de acuerdo en que este es un estudio de los llamados en ciencia 'landmark'. Seguro que en medicina se hablará de un antes y un después del Predimed (como se ha bautizado al trabajo). Porque si bien se ha venido analizando desde hace mucho tiempo la asociación que existe entre dieta mediterránea, incluida en ella el aceite de oliva y las nueces, con la salud, jamás hasta ahora se había probado tajantemente con un extenso estudio controlado las bondades de estos alimentos.
Por otra parte, pocos trabajos de investigación se paran antes de lo pensado porque se ve -con los datos que van apareciendo- que no se puede mantener éticamente a las personas asignadas al grupo control sin los beneficios que proporciona la sustancia en estudio. El Predimed hubo que suspenderlo antes de tiempo precisamente por eso.
Es desalentador que nuestro Ministerio de Sanidad haya quedado al margen de la presentación en rueda de prensa de algo tan valioso para la salud de todos los países del planeta y que ha sido subvencionado -sobre todo- con fondos del Instituto de Salud Carlos III. Es desalentador el contemplar cómo se llenan páginas de muchos medios de comunicación con historias de ratones sin saber si tendrán trascendencia en la salud humana mientras se obvian contribuciones a la sanidad mundial de esta categoría.
Algo falla en la comunicación de nuestras instituciones públicas como algo falla también en la atención que los medios dedican a las noticias que más interesan a su audiencia. Se sabe que la salud y los avances médicos atraen tanto o más que los deportes.
Es penoso comprobar que el New York Times nos saca los colores a la hora de transmitir nuestra propia excelencia. También es preocupante percibir la escasa sensibilidad que por la biomedicina tiene aún sectores muy importantes de los poderes públicos y privados españoles, la prensa incluida entre ellos.
Por el contrario, el mejor periódico del mundo, el New York Times (NYT) sí ha percibido la importancia del trabajo de los especialistas españoles. Su suplemento de Salud de los martes le ha dedicado esta semana la portada y Gina Kolata, la mejor especialista de salud del rotativo, escribe un texto principal de 1.200 palabras más un apoyo de casi 600 y un vídeo de seis minutos en su web, refrendando la investigación dirigida por el doctor Ramón Estruch, del Hospital Clínico de Barcelona.
El trabajo es, según el NYT, gigantesco y en él se demuestra que el aceite de oliva extra virgen y las nueces, almendras y avellanas disminuyen en un 30% el riesgo de sufrir problemas arteriales importantes. Un porcentaje igual, si no mayor, al que ha conseguido buena parte de la medicación que se ha usado hasta ahora en prevención primaria.
Todos los especialistas consultados por EL MUNDO, y la gran mayoría de los que hablaron con el diario neoyorquino, están de acuerdo en que este es un estudio de los llamados en ciencia 'landmark'. Seguro que en medicina se hablará de un antes y un después del Predimed (como se ha bautizado al trabajo). Porque si bien se ha venido analizando desde hace mucho tiempo la asociación que existe entre dieta mediterránea, incluida en ella el aceite de oliva y las nueces, con la salud, jamás hasta ahora se había probado tajantemente con un extenso estudio controlado las bondades de estos alimentos.
Por otra parte, pocos trabajos de investigación se paran antes de lo pensado porque se ve -con los datos que van apareciendo- que no se puede mantener éticamente a las personas asignadas al grupo control sin los beneficios que proporciona la sustancia en estudio. El Predimed hubo que suspenderlo antes de tiempo precisamente por eso.
Es desalentador que nuestro Ministerio de Sanidad haya quedado al margen de la presentación en rueda de prensa de algo tan valioso para la salud de todos los países del planeta y que ha sido subvencionado -sobre todo- con fondos del Instituto de Salud Carlos III. Es desalentador el contemplar cómo se llenan páginas de muchos medios de comunicación con historias de ratones sin saber si tendrán trascendencia en la salud humana mientras se obvian contribuciones a la sanidad mundial de esta categoría.
Algo falla en la comunicación de nuestras instituciones públicas como algo falla también en la atención que los medios dedican a las noticias que más interesan a su audiencia. Se sabe que la salud y los avances médicos atraen tanto o más que los deportes.
Es penoso comprobar que el New York Times nos saca los colores a la hora de transmitir nuestra propia excelencia. También es preocupante percibir la escasa sensibilidad que por la biomedicina tiene aún sectores muy importantes de los poderes públicos y privados españoles, la prensa incluida entre ellos.
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