Las desequilibradas y disociadas, un riesgo
Frente a los excesos veraniegos, dietas hipocalóricas equilibradas
Con el término del verano llega el momento de hacer balance y volver a recuperar la forma física que durante el período estival hemos descuidado. Tras establecer una comparación entre la multitud de regímenes dietéticos existentes en el ámbito nutricional para combatir los excesos propios del verano, un informe del Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas (GREP-AEDN) explica las condiciones y la importancia de seguir la dieta adecuada.
Enrique Utrilla Quintanar | 27/08/2012 12:21
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De esta manera, para combatir los kilos de más que hemos ganado en las vacaciones veraniegas, los especialistas recomiendan la dieta hipocalórica equilibrada. "Son las que más evidencias tienen de eficacia sin riesgos para la salud", según ha comentado Julio Basulto, coordinador de investigación y asesoría científica del Grupo y coautor del informe.
De entre el conjunto de dietas que acarrean un riesgo para la salud, los expertos citan en primer lugar las dietas hipocalóricas desequilibradas, las cuales permiten una pérdida de peso "debido a que se consumen menos calorías de las que el cuerpo necesita. Pueden llegar a provocar enfermedades crónicas como osteoporosis, cálculos renales, insuficiencia renal, cáncer, patologías cardiovasculares y, a medio plazo, obesidad", aseveran. Por otro lado, se encuentran las dietas disociadas que se basan en no tomar juntos en la misma comida algunas combinaciones de alimentos. Esto puede hacer que "las personas padezcan carencias y les lleve a pasar hambre, porque cada organismo tiene necesidades concretas que cubrir".
Basulto ha recordado que en cierta forma todas estas alternativas dietéticas son "dietas milagro, ya que todas prometen la pérdida de peso garantizada sin esfuerzo y rápida". Ha explicado que aunque resulte complicado detallar las que mayor mortalidad causan, es fácil saber que "cuantos más alimentos se excluyan, más drástica sea la dieta y más promoción haya de alimentos arriesgados en esa dieta, peor será la evolución".
Del mismo modo, ha señalado que en el informe se han excluido algunas dietas que bien pudieran haber aparecido, como las hiperprotéicas, las famosas dietas Dukan o Atkins, "aquéllas en las que se promueve una alta ingesta de carne roja, cuando el consenso dietético internacional aconseja totalmente lo contrario a la hora de tratar el sobrepeso e incluso, enfermedades crónicas".
En lo que se refiere a técnicas dietéticas modernas, Basulto ha querido abordar la "dieta de la sonda" un método de reciente creación en la clínica Planas de Barcelona, que cosiste en introducir una sonda gasogástrica que administre 800 calorías al día mediante una nutrición integral con el objetivo de saciar el organismo y ayudar en la pérdida de peso. "En realidad se trata de una dieta disociada, ya que sólo comes un alimento preparado y nada más. Lo que implica que cuando un paciente deje de hacer eso, sus hábitos dietéticos no han cambiado y va a tener un efecto rebote garantizado".
Uno de los mayores peligros con los que se encuentra el paciente que decide perder el peso que ha podido ganar en las vacaciones es la abundancia de múltiples métodos dietéticos, muchos de ellos peligrosos para la salud. "De esta forma, se acaba desorientando a la población, de modo que cuando llega el paciente a la consulta ha pasado por todo tipo de dietas y cuando le dices que puede comer algún alimento concreto se extrañan y no hay manera de convencerlos".
Por último, en el caso de pacientes con patologías crónicas o enfermedades con factor de riesgo, como la hipertensión, "son más proclives a cambiar sus hábitos de vida", según Basulto. "Se ha demostrado tanto por el Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (PAPPS) de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), como del Instituto Nacional para la Salud (NIH), en Reino Unido, que para que la gente cambie los hábitos dietéticos es más fácil si ya tienen una patología diagnosticada o un factor de riesgo asociado, como por ejemplo, hipercolesterolemia".
Según la OMS, 8 de cada 10 enfermedades tienen que ver con la dieta. "Si una mala dieta supone un perjuicio para quien la practica, en personas con factor de riesgo, como hipertensos o diabéticos, unos excesos prolongados durante el verano, suponen una exposición al riesgo mucho mayor", ha concluido Basulto.
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