respetar la autonomía del paciente
"¿Quién valora en un instante la madurez de un menor?"
José Manuel Moreno, miembro del Comité de Ética en Investigación Clínica (CEIC) del Hospital 12 de octubre, destaca que la participación en un ensayo clínico debe ser "una decisión libre".
Nuria Monsó | 20/08/2012 10:06
Jose Manuel Moreno Villares, miembro del CEIC del Hospital 12 de octubre de Madrid. (Hospital 12 de Octubre de Madrid)
José Manuel Moreno, miembro del Comité de Ética en Investigación Clínica (CEIC) del Hospital 12 de octubre y pediatra, es consciente de ello: "Hay que ser mucho más claro en los aspectos sobre seguridad y la información hay que darla tanto a los padres como al menor, en la medida que sea capaz de entenderla".
Moreno reconoce que la cuestión de dilucidar si ya son capaces de tomar ciertas decisiones es complicada: "¿Quién valora en un instante, en la consulta o en la entrevista la madurez de un menor?". Sin embargo, no sólo cuenta el consentimiento informado (CI) de los padres, sino que el menor quiera participar en el ensayo.
Para este facultativo "no existe una participación en las investigaciones totalmente altruista", y precisamente por este motivo considera esencial que en los proyectos que pasan por el CEIC quede claro que se va a respetar la autonomía del paciente, que éste sea consciente de que se trata de un ensayo clínico, no de un tratamiento: "Hay que garantizar que su participación es una decisión libre, no que se le ha convencido de forma sibilina"
Barreras a la investigación
La ley no siempre da respuestas. Por ejemplo, Moreno observa que aún hay mucha polémica con las investigaciones en células madre, aunque haya una norma que regule su uso. "Esos casos no llegan a los CEIC", reconoce, "sino que se quedan en las altas instancias del Comité de Bioética de España".
Otro tema sobre el que se ha legislado recientemente que según este facultativo sigue generando dudas es qué hacer con las muestras biológicas utilizadas en la investigación. Sobre si es partidario de un consentimiento genérico o uno que respete la autonomía del paciente, Moreno apunta que, con excepciones, prefiere el primero, puesto que "una ley demasiado rigurosa respecto a pedir el consentimiento para cada uso te puede bloquear".
El problema surge cuando las gestiones se alargan demasiado: "En la práctica es una línea muy paralizante, pues a medida que pasa el tiempo es más difícil encontrar a la persona que dio el consentimiento inicial, ya sea porque ha fallecido, se ha curado o se ha cambiado de domicilio".
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