El tratamiento del melanoma, en plena revolución

El melanoma ha pasado de un ser un cáncer huérfano de tratamiento a ser objetivo de terapias más avanzadas.

Sonia Moreno/ Raquel Serrano. Madrid | 22/07/2013 00:00

El melanoma es uno de los tumores malignos cuya incidencia ha aumentado más rápidamente en los últimos años. Es el más agresivo de todos los cánceres de piel -aunque afortunadamente también el más infrecuente de este grupo- y se calcula que cada año aumenta su prevalencia en 10 casos nuevos por cada 100.000 habitantes en España. "La incidencia de este tipo de cáncer se ha triplicado en las últimas tres décadas", afirma Carlos Guillén, jefe del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO). Actualmente, prosigue, se considera que una persona entre 80 padecerá melanoma a lo largo de su vida y 1 de cada 10 padecerá cáncer de piel no melanoma.

En España, no obstante, tenemos una de las tasas de incidencia de melanoma más bajas de Europa, "posiblemente por las características de nuestra piel", indica Alfonso Berrocal, del Hospital General Universitario de Valencia y miembro del Grupo Español Multidisciplinar en Melanoma (GEM). Pero, al igual que en el resto de Europa, "la incidencia está en franco aumento". Una mayor concienciación de la población, por lo que se detectan más casos en sus fases precoces, hasta un mayor aumento en general, por estar detectando ahora los casos que se generaron en los años en los que lo habitual era padecer varias quemaduras solares cada año, son las razones que esgrime Guillén para justificar esta situación.

El tipo de piel es también, según Berrocal, uno de los principales factores de riesgo, aunque "afortunadamente en España, el fototipo mayoritario suele estar bastante protegido, pero por contra, los hábitos respecto a la exposición solar "son más relajados". A pesar de las distintas campañas, como la que todos los años realiza Euromelanoma, "es sorprendente la baja concienciación que hay".

Población joven
Un aspecto que preocupa sobremanera a los profesionales es que el mayor crecimiento se está produciendo en la población más joven: de entre 25 a a 29 años, franja en la que se diagnostica un 7 por ciento más de casos al año. ¿Las causas? Guillén sugiere la que ofrece la Academia Americana de Dermatología: una asociación entre la exposición a fuentes de rayos ultravioletas artificiales durante la juventud y la mayor incidencia de melanoma.

Sin embargo, y a pesar de este panorama alcista de afectación, la otra cara de la moneda es el también progresivo aumento de la supervivencia de los afectados. Informes realizados por la Sociedad Americana de Oncología Médica y de los que se hace eco la Sociedad Española de Oncología Médica ratifican que se ha conseguido una ganancia de supervivencia del 10 por ciento en 40 años. Si en los años 70 la supervivencia a cinco años era de un 82 por ciento, hoy se supera el 92 por ciento.

Podría parecer, en un primer análisis, un escaso beneficio, pero nada más lejos de la realidad, teniendo en cuenta que hace escasos 15-20 años, el melanoma metastásico carecía de estrategias terapéuticas eficaces.

Estallido terapéutico
Este cáncer ha pasado de ser un casi huérfano terapéutico a disponer de tratamientos dirigidos molecular y genéticamente. Constituye, sin duda, un modelo en el que se ha ido pasando de la evolución a una revolución que arranca en 2010 y del que parten dos grandes familias terapéuticas y que se inaugura con el descubrimiento de la vía B-RAF, afectada en el 40 por ciento de los melanomas metastásicos y para los que se dispone de vemurafenib. Hay otras mutaciones identificadas, como c-kit, que también disponen de un fármaco inhibidor y se experimenta con inhibidores de MEK, como trametinib y cobimetinib, entre otros.

No obstante, el desarrollo es muy prolífico, tal y como recogen los datos de recientes estudios publicados en los últimos The New England Journal of Medicine, como una novedosa asociación, en estudio, de ipilimumab con nivolumab, fármacos reguladores de la respuesta inmune junto con lambrolizumab, que ha demostrado una tasa de respuesta de más del 50 por ciento.

Según Berrocal y Guillén, uno de los hitos más destacados es haber conseguido mejorar la supervivencia de los melanomas muy avanzados, pero "el reto en melanoma sigue estando en el diagnóstico precoz, de forma que nadie muriera por melanoma, y acercar las terapias experimentales eficaces a los enfermos avanzados lo antes posible".

Innovaciones en otros tipos cutáneos

El cáncer de piel, incluyendo melanoma, y los carcinomas basocelular, el más común, y epidermoide, constituyen las formas más frecuentes de cáncer en todo el mundo. El basocelular y el epidermoide tienen bajo potencial de metástasis, con una letalidad baja, pero por su crecimiento local suelen asociarse a mutilaciones. También se relacionan con la exposición solar. Para el basocelular, la Agencia Europea de Medicamentos ha aprobado hace unos días un nuevo fármaco por vía oral, el vismodegib, para casos avanzados en los que ha fallado o no son viables la cirugía y la radioterapia, según Alfonso Berrocal, que ha participado en los ensayos con este nuevo agente.