INVESTIGACIÓN | Insuficiencia renal
Un análisis de orina que predice el rechazo del trasplante de riñón
- Un grupo de expertos desarrolla un test menos invasivo que la biopsia
Un grupo de investigadores desarrolla un test que, mediante un análisis de orina, predice el rechazo del trasplante renal antes de que ocurra. La idea, en un futuro, es que una prueba de este tipo pueda sustituir a otra más agresiva: la biopsia, necesaria para confirmar las sospechas de rechazo. De momento, hay que esperar a que los resultados vistos en un estudio se repliquen en más investigaciones
Tal y como relata un artículo publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine', a través del análisis de orina, se pueden medir los niveles de tres biomarcadores determinantes en la evolución del injerto renal. "Cuando se produce un rechazo, gran cantidad de proteínas se eliminan por la orina y, en algunos casos, antes de que la biopsia detecte el rechazo", señala Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
En esta línea ha trabajado un equipo de científicos financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, con el objetivo de lograr una alternativa a la biopsia que sea precisa y no invasiva. Aunque las personas que reciben un trasplante renal toman inmunosupresores para evitar que su sistema defensivo rechace el órgano, entre un 10% y un 15% de los casos finalmente lo pierde durante el año posterior a la intervención. Ante la sospecha (fiebre, ausencia de orina...), la biopsia es la única prueba capaz de confirmar el estado del nuevo órgano, al menos hasta el momento.
Según Suthanthiran, esta prueba no sólo confirma la sospecha de un rechazo de injerto renal, puede predecirlo incluso antes de que dé señales. En los pacientes que experimentaron un rechazo, los valores de los tres biomarcadores fueron aumentando lenta y constantemente y unos 20 días antes tuvieron un ascenso más fuerte.
Esta prueba, afirman los investigadores, "tiene un alto nivel de precisión y permitirá a los médicos intervenir a tiempo para evitar el rechazo y el daño renal que provoca", y esto a su vez "podría mejorar los resultados a largo plazo" de este tipo de trasplantes.
Según los responsables de este estudio, el análisis de orina ayudará, además, a conseguir una atención más personalizada para los receptores de un trasplante renal, ya que permite modular la terapia inmunosupresota en función de la evolución de cada paciente. Antes, aseguran, tendrán que desarrollarse más investigaciones que avalen la eficacia de la prueba.
Encontrar un sustituto de la biopsia no es tarea fácil. De hecho, en los últimos años, muchos grupos científicos lo han intentado sin mucho éxito aún, afirma el director de la ONT. Aunque este test puede detectar la alteración de tres marcadores, no hay que olvidar que "hay otros biomarcadores también implicados en el rechazo del trasplante renal", apunta Matesanz. Todavía no hay "un test (sería el test) del que los médicos puedan fiarse al 100% hasta el punto de tratar al paciente antes de que se produzca el rechazo".
De momento, la vía es la biopsia, una técnica que ha mejorado mucho en los últimos años. "La aguja es más pequeña y las complicaciones son mínimas; es menos agresiva", señala el director de la ONT.
Tal y como relata un artículo publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine', a través del análisis de orina, se pueden medir los niveles de tres biomarcadores determinantes en la evolución del injerto renal. "Cuando se produce un rechazo, gran cantidad de proteínas se eliminan por la orina y, en algunos casos, antes de que la biopsia detecte el rechazo", señala Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
En esta línea ha trabajado un equipo de científicos financiado por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, con el objetivo de lograr una alternativa a la biopsia que sea precisa y no invasiva. Aunque las personas que reciben un trasplante renal toman inmunosupresores para evitar que su sistema defensivo rechace el órgano, entre un 10% y un 15% de los casos finalmente lo pierde durante el año posterior a la intervención. Ante la sospecha (fiebre, ausencia de orina...), la biopsia es la única prueba capaz de confirmar el estado del nuevo órgano, al menos hasta el momento.
Tres biomarcadores, clave
Los investigadores de cinco centros clínicos, dirigidos por Manikkam Suthanthiran (del Weill Cornell Medical College de Nueva York) y por Abraham Shaked (de la Universidad de Pensilvania, Filadelfia), recogieron muestras de orina de 485 receptores de trasplante renal desde el tercer día de la intervención hasta los 12 meses posteriores. Después de evaluar los niveles de distintos marcadores asociados previamente al rechazo, observaron que tres de ellos estaban claramente relacionados con un posterior rechazo. Los biomarcadores incluyen dos moléculas de ARN mensajero que codifican proteínas del sistema inmunológico implicadas en el rechazo del trasplante y una molécula de ARN no codificante que participa en la producción de dichas proteínas.Según Suthanthiran, esta prueba no sólo confirma la sospecha de un rechazo de injerto renal, puede predecirlo incluso antes de que dé señales. En los pacientes que experimentaron un rechazo, los valores de los tres biomarcadores fueron aumentando lenta y constantemente y unos 20 días antes tuvieron un ascenso más fuerte.
Esta prueba, afirman los investigadores, "tiene un alto nivel de precisión y permitirá a los médicos intervenir a tiempo para evitar el rechazo y el daño renal que provoca", y esto a su vez "podría mejorar los resultados a largo plazo" de este tipo de trasplantes.
Según los responsables de este estudio, el análisis de orina ayudará, además, a conseguir una atención más personalizada para los receptores de un trasplante renal, ya que permite modular la terapia inmunosupresota en función de la evolución de cada paciente. Antes, aseguran, tendrán que desarrollarse más investigaciones que avalen la eficacia de la prueba.
Encontrar un sustituto de la biopsia no es tarea fácil. De hecho, en los últimos años, muchos grupos científicos lo han intentado sin mucho éxito aún, afirma el director de la ONT. Aunque este test puede detectar la alteración de tres marcadores, no hay que olvidar que "hay otros biomarcadores también implicados en el rechazo del trasplante renal", apunta Matesanz. Todavía no hay "un test (sería el test) del que los médicos puedan fiarse al 100% hasta el punto de tratar al paciente antes de que se produzca el rechazo".
De momento, la vía es la biopsia, una técnica que ha mejorado mucho en los últimos años. "La aguja es más pequeña y las complicaciones son mínimas; es menos agresiva", señala el director de la ONT.
No hay comentarios:
Publicar un comentario