la técnica podría utilizarse en 10 años
Un 'protohígado' humano a partir de células iPS
Un grupo de científicos de la Ciudad Universitaria de Yokohama (Japón) publica hoy en Nature el desarrollo en el laboratorio de una yema hepática.
Redacción | dmredaccion@diariomedico.com | 03/07/2013 19:00
Las yemas hepáticas obtenidas de células iPS. (T.Tabeke)
La receta del hígado que proponen unos investigadores japoneses de la Ciudad Universitaria de Yokohama precisa en realidad no de uno, sino de tres tipos de células troncales: además de las mencionadas iPS, han intervenido en la formación de esta yema hepática células endoteliales y células mesenquimales de cordón umbilical.
Ahí radica lo interesante de la propuesta; mientras la mayoría de grupos que investigan en terapia celular con células iPS se concentran en el uso exclusivo de estas líneas celulares, los investigadores de Yokohama proponen una estrategia que se acerca más a lo que ocurre de forma natural en el desarrollo embrionario de los órganos.
Organogénesis
Así, han partido de células epiteliales humanas para obtener, mediante la reprogramación de Shinya Yamanaka, las células iPS, que a su vez han derivado en células endodérmicas hepáticas. Todavía en la placa de Petri, añadieron las células endoteliales vasculares y las troncales mesenquimales, permitiendo su interacción y la formación de las diferentes estructuras (vasos, hueso, grasa) que sustentan el desarrollo de los órganos.
El contacto de los tres tipos celulares originó el tejido tridimensional hepático: una yema hepática de 4 a 5 mm, que, encapsulada, se injertó en ratones para comprobar su funcionamiento.
En el experimento se analizaron dos ubicaciones del tejido: el cerebro y el abdomen. El tamaño del brote hepático resultaba demasiado grande para implantarlo directamente en tejidos del hígado murino; los investigadores estudian cómo reducirlo para obtener un hígado a la medida del ratón. Los injertos ectópicos han demostrado la funcionalidad del protohígado, capaz de metabolizar fármacos o producir proteínas, y, más concretamente, sintetizar albúmina específica humana y alfa-1 antitripsina. Los autores consideran que el resultado ha sido un hígado humano funcionando en un ratón.
El planteamiento de los científicos, encabezados por Takanori Takebe y Hideki Taniguchi, quienes ya avanzaron su hallazgo en la reunión anual de la Sociedad Internacional de Investigación en Células Madre, celebrada hace un año en Yokohama, constituye una prueba de concepto que, de refrendarse, podría solventar la escasez de hígados para el trasplante. Además, opinan que la técnica propuesta podría también aplicarse en otros órganos, como páncreas -con el que ya han empezado a trabajar-así como riñón y pulmones.
En una rueda de prensa organizada por Nature, Takebe calcula que esta estrategia podría emplearse en ensayos clínicos en unos diez años. Para ello, lo más inmediato es fabricar las cantidades de tejido hepático que serían necesarias para un trasplante humano (varias decenas de miles de las yemas obtenidas en este experimento).Tabeke aventura que se precisarán unos cinco o seis años para diseñar el sistema de producción con el que obtener esa cantidad suficiente.
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