viernes, 9 de agosto de 2013

Descubren anticuerpos del coronavirus saudí en dromedarios canarios | Biociencia | elmundo.es

Descubren anticuerpos del coronavirus saudí en dromedarios canarios | Biociencia | elmundo.es

INFECCIOSAS | Buscando el origen

Descubren anticuerpos del coronavirus saudí en dromedarios canarios

Dromedarios participantes en el estudio.| Carlos Gutiérrez, Universidad de Las PalmasDromedarios participantes en el estudio.| Carlos Gutiérrez, Universidad de Las Palmas
  • Los animales podrían haber estado en contacto con un virus parecido
  • El camello sería un intermediario entre los murciélagos y las personas
  • No existe ningún riesgo para la salud humana

En algún lugar cercano a Arabia Saudí y en algún momento desconocido, un nuevo tipo de coronavirus saltó de alguna especie animal a los humanos. Ese virus respiratorio, que ha afectado ya a casi un centenar de personas en Arabia y los países vecinos (causando 43 muertes) sigue siendo un gran misterio para la comunidad científica, que busca con ahínco su origen. Un nuevo estudio con colaboración española señala ahora que los dromedarios podrían haber jugado un papel clave en la cadena transmisión de este nuevo virus de origen animal.

El trabajo, publicado en la revista 'The Lancet Infectious Diseases', ha descubierto anticuerpos frente al nuevo coronavirus saudí en dromedarios omaníes, pero también, y en menor cantidad, en animales de las Islas Canarias, importados desde África a nuestro país hace casi dos décadas.

Como explica a ELMUNDO.es Christian Gortázar-Schmidt, especialista del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos de Ciudad Real (CSIC-Universidad de Castilla-La Mancha) y uno de los firmantes del trabajo, eso significa que los animales han estado en contacto con el coronavirus saudí o con un patógeno muy similar en el pasado. Aunque como insiste, sólo se han localizado anticuerpos, no el virus en sí, por lo que habrá que seguir trabajando en la identificación del origen de esta nueva infección.

Aunque se buscaron anticuerpos del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) en otras especies animales, como cabras, llamas, alpacas, vacas y ovejas, ninguno de ellos dio muestras de haber estado en contacto con el coronavirus en el pasado (en total se analizaron 49 muestras de ganado procedente de Omán, España, Holanda y Chile). En el caso de los dromedarios, el 100% de los animales originarios de Omán presentaba anticuerpos del virus, frente a sólo el 14% de los animales canarios analizados (otras especies animales analizadas en España, como cabras o vacas, dieron negativo).

 

Procedentes de África

"Son dos manadas en cautividad, para fines turísticos, que fueron importados a España desde África occidental hace 18 años", prosigue el investigador español, "lo más probable es que ya entonces los ejemplares trajesen el anticuerpo en su organismo, pero ese porcentaje tan bajo indica que en todo este tiempo no han estado expuestos al virus". Por eso, subraya, estos animales no suponen ningún riesgo para el ser humano, porque no tienen la infección. Cualquier viajero que se desplace a Arabia Saudí, donde se han registrado la mayoría de las 94 infecciones (los casos de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido habían estado en la región arábiga), tiene más riesgo que un turista que pasee por camello en Canarias. En un comentario en la misma revista, Emmie de Wit, del NIH de EEUU, destaca el hecho curioso de que en Omán no se ha registrado ningún caso en humanos hasta la fecha.

A pesar de la importancia del hallazgo, sigue sin conocerse la fuente originaria del coronavirus, aunque podría tratarse murciélagos porque en estudios recientes se ha demostrado que el virus se replica con facilidad en estos animales.

Sin embargo, como admite el investigador español, los trabajos con los países árabes no están facilitando precisamente el acceso sobre el terreno para buscar el origen del MERS-CoV. La hipótesis que sostiene Gortázar-Schmidt es que del murciélago habría saltado a los camellos y en algún proceso de preparación de estos animales para consumo humano (algo habitual en los países árabes) algún aerosol con el virus habría infectado a una persona por vía respiratoria. La transmisión directa de los muriciélagos a los humanos está prácticamente descartada por el comportamiento nocturno de estos mamíferos.

Al tratarse de un virus de origen animal, concluye el científico español, no está plenamente adaptado al sistema respiratorio humano, por lo que su contagio entre personas de momento es reducido (hasta ahora sólo se ha dado en personal sanitario o con un contacto muy estrecho con un afectado). La Organización Mundial de la Salud (OMS) y científicos de medio mundo vigilan de lleno al MERS-CoV para evitar que adquiera las mutaciones necesarias que le facilitarían ese contagio entre humanos.

El trabajo, en el que también ha participado Carlos Gutiérrez, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha estado dirigido por Chantal Reusken, del Instituto Holandés de Salud Pública.

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