BACTERIAS “DEVORADORAS” DE TUMORES
En las profundidades de la mayoría de los tumores se encuentran áreas que permanecen sin tocar por la quimioterapia y la radioterapia. Estos problemáticos puntos carecen de la sangre y el oxígeno que se necesitan para que funcionen las terapias tradicionales, pero constituyen el blanco perfecto de ataque para un nuevo tratamiento contra el cáncer basado en bacterias que precisamente se multiplican en condiciones de escasez de oxígeno.
Los creadores del nuevo tratamiento han mostrado que la inyección de una versión debilitada de una de tales bacterias anaeróbicas, la Clostridium novyi, puede reducir los tumores en ratas, perros y un paciente humano.
Estos resultados obtenidos por el equipo del doctor Bert Vogelstein, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos, y cerca de 40 especialistas de esa institución, la Universidad de Texas y otras entidades, demuestran que la C. novyi-NT, una versión sin la capacidad de fabricar ciertas toxinas, puede actuar como un nuevo tipo de “biocirugía” para devorar los tumores en lugares difíciles de alcanzar. Las bacterias eliminan tejido tumoral de una forma precisa y localizada, que no afecta al tejido normal circundante.
El estudio representa un nuevo intento, esta vez mucho más exitoso, de un enfoque que se probó por primera vez hace un siglo. La idea de usar bacterias para combatir el cáncer data de la década de 1890, cuando William Coley, un investigador pionero del cáncer, se dio cuenta de que algunos pacientes que habían desarrollado infecciones postquirúrgicas experimentaban una disminución de su enfermedad o incluso se curaban por completo de ella. A pesar de lo prometedor de la idea inicial, el progreso resultó ser muy lento durante el siguiente siglo.
Hace una década, el Dr. Vogelstein probó contra el cáncer una serie de microbios antes de identificar uno particularmente prometedor, el Clostridium novyi. Debido a que el C. novyi es muy sensible al oxígeno, prolifera dentro del núcleo, con escaso oxígeno, de los tumores, pero se detiene una vez alcanza tejido sano. En estudios anteriores, Vogelstein y sus colegas redujeron aún más la capacidad de las bacterias para dañar tejido sano al eliminar en ellas su habilidad para generar toxinas.
Después de años de labor y de introducir mejoras, el tratamiento parece que ya es capaz de dar frutos. Ha tenido éxito por lo menos en una mujer de 53 años con un cáncer que, a pesar de numerosas sesiones de quimioterapia y radioterapia, se había extendido hasta su hígado, pulmones, abdomen, parte superior del brazo y hombro. Los investigadores inyectaron 10 mil esporas en el tumor metastásico de su hombro derecho.
En unos días, los escaneos por tomografía computerizada y las biopsias demostraron que las bacterias se habían hecho fuertes en el tumor y habían empezado a destruir las células tumorales. Semanas más tarde, un escaneo posterior mediante resonancia magnética por imágenes mostró que había sido devastada una porción notable del tumor. Como resultado del tratamiento, el dolor en el hombro de la paciente disminuyó y pudo volver a mover de nuevo su brazo.
Los investigadores creen que esta bacteria podría utilizarse para tratar ciertos tumores inoperables, y que podría dar esperanzas a algunos pacientes que no tienen ninguna otra opción.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología
No hay comentarios:
Publicar un comentario