Estados Unidos recibe a la segunda paciente infectada con ébola
Nancy Writebol será tratada en Atlanta junto al doctor Brantly
CRISTINA F. PEREDA Washington 5 AGO 2014 - 20:09 CEST
Una segunda ciudadana estadounidense infectada con ébola en Liberia aterrizó este martes en Atlanta (Georgia) para recibir tratamiento contra el virus, que no tiene cura. Nancy Writebol, de 59 años, contrajo el ébola mientras trabajaba en las labores de descontaminación que realiza la organización religiosa a la que pertenece. 48 horas antes, el mismo avión especialmente equipado había trasladado a su compañero, el médico Kent Bradley, hasta EE UU.
Ambos recibirán tratamiento en el Hospital de la Universidad de Emory, elegido por las autoridades por ser uno de los cuatro centros de todo el país con una cámara de aislamiento especializada para estos casos. En Atlanta se encuentra además la sede del Centro de Control de Enfermedades, que desde hace más de una década colabora con la universidad en investigación y preparación de equipos para responder a situaciones como ésta.
Según han declarado las autoridades del hospital, tanto Writebol como Bradley son tratados con terapias para mantener su nivel de hidratación y fluidos corporales así como diálisis, algo a lo que no hubieran tenido acceso en Liberia. Pero allí sí recibieron una dosis de un suero experimental que habría contribuido a su mejora en las horas previas a su viaje a EE UU. Cuando la ambulancia de Bradley llegó al centro médico de Emory el sábado, el paciente bajó por su propio pie y caminó sin ayuda hasta el interior. Este martes, Writebol descendió sin embargo en camilla y protegida por dos sanitarios.
Brantly y Writebol, de acuerdo con fuentes consultadas por medios estadounidenses, han sido tratados con un medicamento conocido como ZMapp y que ha sido desarrollado por una empresa de biotecnología en California. Ambos fueron informados de los riesgos de recibir una droga nunca antes probada en humanos y de la que se desconocen sus efectos secundarios. El doctor Thomas Frieden, director del CDC, asegura que ambos pacientes, que habían presentado síntomas de fiebre, vómitos y diarrea, evolucionan favorablemente, aunque no ha compartido más detalles sobre su estado.
La llegada de los dos estadounidenses coincide con un aumento de la preocupación en grandes ciudades como Nueva York, donde dos personas han sido sometidas a pruebas para descartar que estuvieran contagiadas después de viajar a la zona afectada. El hospital Monte Sinai de Manhattan trató el pasado domingo a un hombre que padecía fiebre alta y problemas gastrointestinales tras volar desde África, pero del que se ha descartado un posible contagio.
“Los pacientes han sido sometidos a pruebas por tener síntomas comunes con la enfermedad y para excluir el virus de manera definitiva”, aseguró el Departamento de Sanidad de la ciudad de Nueva York en un comunicado. “Se están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los pacientes, las visitas y los empleados”.
Una segunda persona fue trasladada a urgencias tras ser detenida en el aeropuerto de JFK en Nueva York, al detectar que su salud se deterioraba rápidamente. Tras permanecer aislada durante unas horas, se le sometió a las pruebas necesarias y apenas 24 horas después los síntomas habían desaparecido y los médicos habían eliminado la posibilidad de que padeciera ébola.
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