lunes, 16 de enero de 2017

La terapia en cáncer diferenciado de tiroides refractario se refuerza - DiarioMedico.com

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FÁRMACO CONTRA EL CÁNCER

La terapia en cáncer diferenciado de tiroides refractario se refuerza

Lenvatinib se muestra eficaz en la reducción y estabilización del tumor. Esta enfermedad, poco frecuente, apenas contaba con tratamientos.
Miguel Ramudo. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com   |  16/01/2017 00:00
 
 
Jaume Capdevila
Jaume Capdevila, del Hospital Universitario Valle de Hebrón y el Valle Hebrón Instituto Oncológico (VHIO). (Jaume Cosialls)
El fármaco lenvatinib, una nueva molécula para el tratamiento de cáncer diferenciado de tiroides, ha pasado ya a formar parte de la cartera básica de servicios del Sistema Nacional de Salud y de Farmacia. La aprobación de este fármaco ha sido posible tras la publicación en la revista The New England Journal of Medicine de los resultados obtenidos en un estudio clínico en fase III.
Este medicamento viene a rescatar a unos pacientes que hasta la fecha se encontraban huérfanos de tratamiento. El cáncer de tiroides no es una enfermedad rara. De hecho, es el más frecuente del sistema endocrino. La mayoría de estos tumores, hasta un 80 por ciento, responden al tipo que se conoce como diferenciado, que incluye el papilar y el folicular. Es un cáncer con una elevada tasa de curación, de hasta el 90 por ciento. Sin embargo, el 10 por ciento restante es otra historia. En tales casos sí es una enfermedad rara y poco frecuente, que en España puede sumar unos 200 casos al año.
  • Un nuevo fármaco, que cuenta con el ‘beneplácito’ de 'The New England', responde a cierto grupo de pacientes que estaban huérfanos de tratamiento
Jaume Capdevila, oncólogo e investigador del Hospital Universitario Valle de Hebrón y del Valle Hebrón Instituto Oncológico (VHIO), de Barcelona, conoce bien la complejidad que rodea al tratamiento de este tipo de tumores. "Es precisamente el que no se cura ni con cirugía ni con radioterapia. Tras la intervención, pueden surgir metástasis que lleguen a solucionarse con la administración de yodo. El problema es cuando se hacen refractarios. Desde hace unos 40 años se ha intentado tratar con quimioterapia para mejorar la supervivencia de estos pacientes, pero sin resultados".
Esa aciaga situación ha cambiado durante los últimos años. En primer lugar, con la aprobación del antineoplásico sorafenib y ahora, con la de lenvatinib. Éste último ha demostrado reducir en un 65 por ciento el tamaño de los tumores y estabilizar la enfermedad en el 80 por ciento de los pacientes. Tras años sin ninguna opción, ahora los pacientes con cáncer diferenciado de tiroides refractario ya tienen dos opciones. No son muchas, pero se ha avanzado en apenas cinco años mucho más que en las últimas décadas.
Mecanismo de acción
El lenvatinib es un inhibidor multicinasa. Esto significa que es capaz de inhibir varios receptores a la vez. Básicamente, tiene un efecto antiangiogénico, al reducir el factor de crecimiento endotelial vascular; también produce un efecto antitumoral. La cualidad diferencial de levantinib es que, además de inhibir los receptores del factor de crecimiento del endotelio vascular, también bloquea al receptor del factor de crecimiento de los fibroblastos. Y estos receptores se han identificado, entre otras cosas, como parte de los mecanismos de resistencia a los fármacos antiangiogénicos. Por lo tanto, se le considera un fármaco muy potente, pues actúa sobre dos vías relacionadas con ese proceso.
  • El abordaje del tumor tiroideo refractario plantea importantes complejidades; una de ellas es la dificultad para determinar el momento adecuado de inicio de la terapia
A la hora de administrar el nuevo medicamento, Capdevila tiene claro que hay que ser especialmente cuidadoso con dos aspectos: el tratamiento de los efectos secundarios y el momento preciso de iniciar su administración. "Quizás algo peculiar del paciente con cáncer de tiroides es que la mayoría tiene muy pocos síntomas relacionados con la enfermedad. Estos enfermos pasan de encontrarse bien a tener efectos secundarios asociados al medicamento. Por tanto, el manejo de los efectos adversos tiene que ser aún más exquisito que con el resto de tumores. Debe estar muy controlado para la optimización del tratamiento y para que se aprecien las grandes reducciones tumorales que genera el fármaco".
Otro aspecto que hay que considerar especialmente en este tipo de tumores es el momento de comenzar con el tratamiento, que, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los cánceres, no siempre es mejor cuanto antes. "A veces resulta conveniente esperar, porque pueden tardar dos años o tres en empezar a crecer, y es un tiempo en el que eludes el tratamiento. Pero no siempre es así; en otras ocasiones, si se espera demasiado, hay riesgo de metástasis, incluso de metástasis cerebral. De momento, desconocemos las causas por las que determinados tumores pueden llegar a ser más agresivos".
Es un área que habrá que explorar, al igual que la utilidad del fármaco en otros tumores, como el hepatocarcinoma o el cáncer neuroendocrino digestivo, que ya se está investigando.

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