Demuestran que la cafeína no suprime el apetito ni ayuda a perder peso
La cafeína se agrega con frecuencia a los suplementos dietéticos con afirmaciones de que suprime el apetito y facilita la pérdida de peso
El Médico Interactivo | 24 - julio - 2018 1:25 pm
Un nuevo estudio publicado en la revista de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos ha demostrado que, aunque beber una pequeña cantidad de cafeína en el desayuno ayuda a reducir la ingesta de alimentos en la primera comida del día, su efecto es limitado y transitorio, por lo que los expertos no respaldan su uso como supresor del apetito o ayuda para perder peso.
Los autores de esta investigación encontraron que después de beber una pequeña cantidad de cafeína, los participantes consumieron un 10 por ciento menos en un desayuno buffet proporcionado por los investigadores, pero este efecto no persistió durante todo el día y no tuvo impacto en las percepciones de los participantes sobre sus apetitos. Así, consideran que la cafeína no es efectiva como un supresor del apetito ni ayuda para bajar de peso.
“La cafeína se agrega con frecuencia a los suplementos dietéticos con afirmaciones de que suprime el apetito y facilita la pérdida de peso. Investigaciones anteriores especularon que la cafeína acelera el metabolismo o afecta las sustancias químicas cerebrales que suprimen el apetito y la evidencia epidemiológica sugiere que los consumidores de cafeína regulares tienen una masa corporal inferior –explica la investigadora principal, Leah M. Panek-Shirley, del Departamento de Ejercicio y Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Buffalo, Nueva York–. El objetivo de nuestro estudio fue determinar si la cafeína puede estar relacionada con una ingesta reducida de alimentos o un apetito reprimido, y si los resultados varían según el IMC”.
En promedio, los estadounidenses beben ocho onzas de café por día (unos 0,23 litros). Cincuenta adultos sanos (entre 18 y 50 años) visitaron el laboratorio de los investigadores semanalmente durante un mes para participar en el estudio.
Cada vez, se les pidió que bebieran zumo con cafeína agregada que era equivalente al consumo de cuatro onzas (1 mg/kg) u ocho onzas (3 mg/kg) de café, o ningún café como dosis de placebo. Treinta minutos más tarde, los participantes recibieron instrucciones de comer tanto o tan poco como quisieran de un abundante desayuno buffet.
El estudio determinó que después de beber el jugo con 1 kg/mg de cafeína, los participantes consumieron aproximadamente 70 calorías menos de lo que consumieron después de beber zumo con 3 mg/kg o sin cafeína agregada.
Después de revisar lo que los participantes comieron durante el resto de cada día de estudio, encontraron que la pequeña disminución en la ingesta no persistía. De hecho, los participantes compensaron la ingesta reducida en el desayuno más tarde a lo largo del día. Además, no hubo diferencias en el apetito reportado asociado con las dosis de cafeína. Finalmente, sus IMC individuales no tuvieron ningún efecto en su ingesta de alimentos o apetito en los tres niveles de cafeína.
“Este estudio, por su riguroso diseño, refuerza la importancia de los buenos hábitos alimentarios y no depende de ayudas para la pérdida de peso o prácticas no saludables”, ha explicado Carol DeNysschen, una de las investigadoras, profesora y presidenta del Departamento de Salud, Nutrición y Dietética de SUNY Buffalo State College.
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