jueves, 11 de noviembre de 2010

La vía EGFR es más que KRAS en casos de cáncer de colon avanzado - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
progresa la individualización terapéutica
La vía EGFR es más que KRAS en casos de cáncer de colon avanzado
Determinar el estado de KRAS es básico para el tratamiento en tumor colorrectal avanzado, pero hay que ir más allá: la importancia de la vía EGFR, con PTEN, PI3K y BRAF, es mayúscula.


José A. Plaza - Jueves, 11 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 17:20h.


El proyecto Determina KRAS sigue progresando y más de 12.000 pacientes se benefician ya de una terapia lo más individualizada posible. La iniciativa, liderada por Merck KGaA, cuenta con la participación de cinco centros de referencia (Hospital San Carlos de Madrid, General de Valencia, Valle de Hebrón de Barcelona, Carlos Haya de Málaga y Clínica Universidad de Navarra) que han permitido conocer más a fondo el binomio mutación en KRAS-elección terapéutica.

Eduardo Díaz Rubio y Trinidad Caldés, jefe del Servicio de Oncología Médica y responsable del Laboratorio de Oncología Molecular, respectivamente, del Hospital Clínico de Madrid, han explicado que KRAS está mutado en aproximadamente un 40 por ciento de los tumores colorrectales avanzados. Este biomarcador determinada que, cuando no está alterado (wild type), los pacientes pueden beneficiarse de un tratamiento con quimioterapia y un inhibidor de EGFR (cetuximab o panitumumab, en primera o segunda línea, respectivamente).

Según ha explicado Caldés, el trabajo del proyecto Determina KRAS reduce ligeramente el porcentaje de mutaciones observadas en el gen que se desprende de dos de los estudios de referencia, Crystal y Opusc: "Éstos señalaban que el gen no mutado representa el 45 por ciento de casos, pero creemos que esta cifra es algo menor y se sitúa en torno al 35 por ciento". Esta diferencia radica en el tipo de tecnología utilizada: mientras ambos estudios han trabajado con secuenciación directa, la iniciativa española lo ha hecho con un análisis de PCR en tiempo real que aporta una mayor especificidad.

Otros biomarcadores

Aparte del beneficio clínico que supone contar con una prueba que determine el estado de KRAS, debe haber vida más allá de este biomarcador, ya que sólo puede ser útil en algo más de la mitad de afectados (de éstos, además, sólo responden un 60-70 por ciento). Por ello, el Clínico de Madrid trabaja sobre otros posibles biomarcadores, entre los que destacan los genes BRAF, PI3K y PTEN y los ligandos epirregulina y amfirregulina.

Díaz Rubio y Caldés apuntan hacia la identificación de posibles pacientes "tipo cuádruple negativo". En este caso KRAS, BRAF, PI3K y PTEN no estarían mutados, mientras que el receptor de EGFR aparecería amplificado y la epirregulina y la emfirregulina sobreexpresados: "Si se da esta circunstancia, la eficacia del tratamiento de quimioterapia más un inhibidor de EGFR podría pasar de un 60 a más de un 80 por ciento". Para Díaz Rubio, en este caso "surgirían al menos tres grupos diferenciados: mientras uno de ellos se beneficiaría de la terapia en gran medida, otro lo haría bastante menos y en un tercero habría que plantearse otra opción terapéutica". Junto a esta posibilidad, los investigadores barajan una posibilidad asociada al codón 13 del exón 2 de KRAS, que también puede crear un nuevo subgrupo de pacientes.

Cuando KRAS sí está mutado, el arsenal terapéutico varía. En este caso, Díaz Rubio recuerda que "no podemos valernos de los inhibidores de EGFR, por lo que hay que recurrir a una quimioterapia acompañada de antiangiogénicos como bevacizumab o a los llamados tripletes quimioterápicos".

Las células madre tumorales son una de las vías de estudio que más interesan a Díaz Rubio: "Estoy seguro de que aportan información adiconal muy importante. Además de un valor pronóstico básico, del que ya estamos seguros, creemos que también pueden tener valor predictivo, aunque este punto aún está por confirmar". Para el especialista, el análisis de estas células circulantes, junto a los biomarcadores, definirán gran parte del futuro del cáncer.

subgrupos de la patología

Eduardo Díaz Rubio se ha referido a la clasificación molecular del cáncer colorrectal, otra de las vías de investigación de su equipo. Según ha apuntado, "hay pacientes en los que la quimioterapia, unida a un anticuerpo monoclonal, reduce la enfermedad, de forma que se puede optar por una cirugía de la metástasis hepática que, posteriormente, puede ir acompañada de nuevos ciclos de quimioterapia". En estos casos, la supervivencia llega a los diez años en un 40 por ciento de los pacientes. En el otro extremo, "hay casos en los que es imposible integrar la cirugía, por lo que hablamos de una quimioterapia de tipo paliativo". Con esta situación, Díaz Rubio observa hasta "ocho o diez subgrupos de afectados". El uso de microarrays para definir la firma genética trata de facilitar esta división del cáncer colorrectal.
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