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ESPAÑA
ESTUDIO EUROPEO QUE TAMBIÉN HA ANALIZADO MEJORAS EN CALIDAD DE VIDA
El NO no previene la displasia broncopulmonar en prematuros
El óxido nítrico (NO) sigue siendo un arma esencial para el tratamiento de patología respiratoria aguda del prematuro. Sin embargo, los datos de un estudio en The Lancet indican que este gas no es capaz de prevenir la enfermedad crónica respiratoria en estos niños.
Raquel Serrano - Viernes, 26 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
Manuel Sánchez-Luna y María Luisa Franco
Manuel Sánchez-Luna y María Luisa Franco, del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid.
El óxido nítrico inhalado es un gas que actúa como segundo mensajero estimulando la síntesis de GMPc y con diversas acciones: vasodilatador pulmonar, bloqueante de los radicales libres, antiagregante plaquetario y, más recientemente, como estimulante de la angiogénesis y el desarrollo pulmonar. Los neonatólogos lo utilizan como tratamiento de elección desde hace dos décadas para cuadros muy graves de insuficiencia respiratoria en recién nacidos (RN) a término por su potente acción como vasodilatador pulmonar. Las investigaciones que se han llevado a cabo en animales con esta molécula detectaron que estimulaba el crecimiento de los vasos y del tejido pulmonar. Más aún, mejoraba la evolución de los pulmones de los animales a los que se provocaba una enfermedad crónica pulmonar y se administraba NO, por lo que abrió la posibilidad de usarlo para prevenir la enfermedad pulmonar crónica o displasia broncopulmonar del RN prematuro. Sin embargo, un nuevo estudio europeo, en el que participado el equipo de la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, ha puesto de manifiesto que "el NO inhalado sigue siendo una herramienta terapéutica fundamental para recién nacidos casi a término (de más de 34 semanas de gestación) y que presentan una patología respiratoria aguda, pero no para prevenir la enfermedad crónica del pulmón", han manifestado a DM Manuel Sánchez-Luna y María Luisa Franco, jefe de Sección y miembro, respectivamente, de la citada unidad.
Sin ventilación mecánica
El trabajo, que aparece en The Lancet, es uno de los mayores aleatorizados en bebés que nacieron muy prematuros, con insuficiencia respiratoria moderada y que presentan un riesgo elevado de desarrollar displasia broncopulmonar.
* Los estudios europeos también han observado que esta molécula no mejora la calidad de las funciones pulmonares ni cerebrales en estos niños
Se seleccionaron 800 prematuros (entre 24 y 28 semanas al nacimiento), aunque se estudiaron unos 5.900 niños, con un peso de 500 gramos y que requerían surfactante o presión continua de distensión en la vía aérea por distrés respiratorio en las primeras 24 horas tras el nacimiento. De forma aleatoria se asignó a recibir NO inhalado (a 5 partes por millón) o gas placebo (nitrógeno) durante un mínimo de 7 días y un máximo de 21 días. Como novedad con respecto a trabajos estadounidenses, se administraba el gas a niños que no precisaban ventilación mecánica.
El trabajo partió del propósito de concretar si el NO inhalado, a una concentración baja, iniciado precozmente y mantenido durante un periodo de tiempo prolongado en bebés con insuficiencia respiratoria leve pudiera reducir la incidencia de displasia pulmonar.
La interpretación indica que el uso precoz de una dosis de NO en bebés muy prematuros no mejoró la supervivencia o el riesgo de daño cerebral, "lo que sugiere que esta posible terapia preventiva es ineficaz".
Franco ha explicado que, además de comprobar si esta molécula disminuía el riesgo de displasia broncopulmonar, el estudio también ha analizado si mejora su calidad de vida, a los 2 años y a los 7 años, en relación con unas mejores funciones pulmonares y cerebrales teniendo en cuenta que algunos datos científicos señalaban que el NO podía proteger el cerebro de los prematuros. "En los resultados iniciales tampoco se ha observado ningún efecto sobre disminución de la mortalidad de estos niños ni para proteger su cerebro".
Seleccionar subgrupos
Los hallazgos de este estudio, que forma parte de un proyecto europeo en el que han participado 9 países, pueden variar la actitud terapéutica y, lo que para Sánchez-Luna está aún más claro, "es que no se puede generalizar su uso como prevención de la displasia broncopulmonar ni como protección neurológica en esta población de riesgo, aunque es posible que en el futuro se vayan definiendo subgrupos más seleccionados que puedan beneficiarse. En los estudios estadounidenses se ha observado una mejor respuesta en niños de raza no blanca. Es probable que exista una predisposición genética al NO, aunque este aspecto se está estudiando", concluye el neonatólogo.
MUCHOS ESTUDIOS, POCOS DATOS HOMOGÉNEOS
Son variados los ensayos clínicos que se han llevado a cabo en relación con el beneficio del NO en patología crónica respiratoria del recién nacido. Pero también sus resultados han sido contradictorios, según Manuel Sánchez-Luna. Los datos no son homogéneos y la razón podría ser que el diseño de cada ensayo, en cuanto a gravedad de la patología o duración de la terapia con NO, entre otros factores, era diferente. Únicamente dos estudios, el de Roberta Ballart y el de John Kinsella, demostraron que el uso de NO en prematuros aumentaba la supervivencia cuando no existía enfermedad pulmonar crónica y al administrarse a dosis baja durante un tiempo prolongado.Como el efecto era positivo, aunque no llamativo, el NO se empezó a generalizar, sobre todo en hospitales estadounidenses. Los datos del ensayo del Hospital Gregorio Marañón forman parte de la reproducción europea, llevada a cabo en 36 centros de 9 países de la UE, de los estudios americanos y adoptaron características propias: menos incidencia de displasia broncopulmonar y de menor gravedad.
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