lunes, 29 de agosto de 2011

Solidaridad materna | Mujer | elmundo.es

DONACIÓN | Bancos de leche humana

Solidaridad materna

Jerònia, con su pequeño Nofre. | J. V

Jerònia, con su pequeño Nofre. | J. V

  • Los niños prematuros pueden beneficiarse de las donaciones de leche

Jerònia Vanrell siempre quiso ser donante de sangre. Poder salvar vidas con un simple pinchazo en su brazo le parecía un milagro fácil de conseguir, una oportunidad que no podía dejar pasar. Pero nunca lo consiguió. Su peso no alcanzaba el mínimo exigido por las normas y, en todas las ocasiones que lo intentó, recibió un 'no' por respuesta.

Ya casi se había resignado cuando, un día por casualidad, descubrió que su sangre no era lo único que podía ayudar a los demás. "Vi un folleto sobre los bancos de leche materna y no lo dudé", recuerda esta mallorquina.

A los dos meses de que naciera su primer hijo, Joan, su leche ya alimentaba las reservas del Banco de Tejidos de Palma, el primer centro en nuestro país que puso en marcha esta iniciativa.

Cuatro años después, repite la experiencia mientras amamanta a su hijo Nofre. "Suelo recoger un bote de unos 130 ml al día y aprovecho las tomas para hacerlo", comenta Jerònia a través del teléfono. "No me supone ninguna molestia y compensa mucho pensar que a algún niño le servirá de mucho", subraya.

Según explica Javier Calvo, especialista del Banco de Leche de Palma de Mallorca, quienes más se benefician de las donaciones de leche son los neonatos que llegan al mundo con un peso muy bajo (menos de 1.500 gramos).

"La leche humana es el mejor alimento que se puede dar a un niño que tiene una necesidad nutricional y de protección importante", explica Calvo.

La primera opción, continúa, "es, sin duda, su madre". Pero si esta no puede dar de mamar, no tiene suficiente leche o tiene alguna enfermedad infecciosa importante, "la leche donada es el mejor alimento que puede tomar".

En principio, y después de pasar un análisis rutinario, cualquier madre que esté sana y tenga un pequeño de menos de seis meses puede donar. "Tienen que ser mujeres que lleven una dieta equilibrada, no fumen, no tomen alcohol e ingieran como mucho una dosis diaria de cafeína", explica Calvo, quien aclara que el límite de los seis meses se debe a que "hasta entonces la leche materna es muy rica en proteínas y esto justamente es lo que necesita un niño prematuro".

La vía láctea

Cada día, Jerònia guarda el bote de leche que se ha extraído debidamente etiquetado en el congelador (para una buena conservación deben mantenerse en un congelador de cuatro estrellas a -20º). Y dos veces al mes, un mensajero acude a su casa para llevarse las donaciones y entregarle nuevos recipientes para continuar el proceso

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"Una vez en el centro, la leche ya se almacena a -80º", señala Calvo. Además, explica, cada muestra se pasteuriza y se somete a distintos análisis para controlar la contaminación microbiológica y conocer la concentración de nutrientes.

"Nos aseguramos de que sea un producto muy seguro", añade este especialista.

Los fondos del centro mallorquín "no tienen fronteras". Sus donaciones no sólo han servido para cubrir las necesidades de niños de Islas Baleares, sino que también se han utilizado en varias ocasiones en centros de Barcelona, Zaragoza, Navarra o Valencia.

"Afortunadamente, cada vez se están poniendo en marcha más centros similares al nuestro y cada vez hay más donaciones", señala.

Desde Mallorca, Jerònia anima a otras madres a donar. "No supone un esfuerzo muy grande porque el pecho se adapta a lo que tú le pides y sí da grandes beneficios. Sólo hay que ponerse en el lugar de quien lo necesita", concluye.

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El congelador, un buen aliado de la lactancia

Una madre amamanta a su pequeña en Perú. | Reuters

Una madre amamanta a su pequeña en Perú. | Reuters

  • Muchas madres guardan su leche para cuando su bebé la necesite en el futuro

Además de para las donaciones, muchas madres deciden almacenar su leche para cuando su bebé la necesite en el futuro. Tener alimento disponible para cualquier situación que impida el contacto con el pequeño –la reincorporación laboral, un viaje, una cena con amigos…- puede solucionar muchos problemas y facilita la prolongación de la lactancia, recuerdan los especialistas.

"Volver al trabajo no tiene por qué suponer el fin de la lactancia", subraya Esperanza Martín, enfermera y coordinadora del comité de lactancia del Hospital La Paz de Madrid. "La madre puede extraerse la leche, congelarla y así continuar con la mejor alimentación que pueden recibir los pequeños", indica esta especialista, quien remarca que, sólo hay que seguir unas sencillas pautas para conseguir un adecuado almacenaje:

  • Extracción
  • Es fundamental que la madre se lave muy bien las manos y los utensilios que vayan a usarse para la extracción y el almacenaje de la leche. El proceso puede hacerse de forma manual o usando un sacaleches. De cualquier forma, Martín recomienda consultar con un profesional o con un grupo de apoyo a la lactancia materna, donde pueden aprenderse distintas técnicas efectivas y seguras.

  • Almacenaje
  • Lo más recomendable es utilizar envases aptos para uso alimenticio –especialmente si son de plástico duro- o bolsas especiales para el almacenamiento de leche materna que pueden adquirirse en farmacias. "Se aconseja guardar cantidades pequeñas, entre 60 y 100 centímetros cúbicos y fechar adecuadamente cada envase", señala Martín.

  • Refrigeración
  • "El tiempo de conservación de la leche dependerá de la temperatura que alcance el refrigerador o congelador y de si ésta varía más o menos", apuntan desde la Liga de la Leche. En general, la leche humana puede conservarse unos días en la nevera. En un congelador tipo combi, puede conservarse alrededor de cuatro meses, un periodo que puede alargarse un poco más si el aparato es de última generación.

  • Utilización
  • El método más recomendado para descongelar la leche "es colocar el recipiente bajo el chorro de agua fría e ir dejando que el agua salga progresivamente más caliente hasta lograr descongelar la leche y que ésta alcance la temperatura ambiente", explican desde la Liga de la Leche. También puede colocarse el bote en un cazo con agua caliente, pero "nunca hay que hervir la leche ni calentarla en el microondas", remarca Martín. "La leche tiene que estar a temperatura ambiente, tibia, que es como sale naturalmente del cuerpo de la madre", concluye.


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