Una rápida actuación puede ser vital para tratar un ictus

Los accidentes cerebrovasculares o ictus suponen la primera causa de muerte en mujeres y son el desencadenante más habitual de la demencia, sólo superados por el Alzheimer. Actuar deprisa ante los primeros síntomas es de vital importancia, puede salvar la vida del paciente e influir en su calidad de vida.

Sandra Guijarro | 26/08/2011 12:43

el ictus puede afectar a cualquier edad

El ictus puede aparecer a cualquier edad, pero es especialmente común en la tercera edad, a partir de los 70 ó 75 años, sobre todo en mujeres debido a su mayor esperanza de vida, por lo que es la principal causa de muerte y la segunda de demencia tras el Alzheimer. Respecto a esto, es importante tener en cuenta factores como el colesterol, un nivel alto de azúcar o una dieta hipercalórica como catalizadores de un posible ACV.

Según Jaime Masjuan, coordinador del Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, resulta de vital importancia actuar en cuanto aparecen los primeros síntomas, tales como pérdida de visión, parálisis en un lado del cuerpo, problemas con el habla o mareos. "Las primeras cuatro horas y media son las más relevantes, puesto que determinan el grado en que el ictus afectará el paciente", explica el neurólogo.

Por esta razón, en el momento en que se notifican este tipo de emergencias al 112, se activa el llamado Código Ictus, que pone en funcionamiento a un equipo médico especializado que actúa en un máximo de 30-40 minutos, evitando en la mayor medida posible, daños en el cerebro del paciente.

Mayor supervivencia

"Hemos logrado disminuir la mortalidad en los últimos años, aunque trabajamos por que sea aun más baja", afirma Masjuan. Actualmente, la tasa de mortalidad como consecuencia de un ictus ronda el 15-20 por ciento, mientras que las posibilidades de no sufrir secuelas asciende a un 40-50 por ciento, lo cual es posible gracias a la prevención. Las altas tasas de supervivencia también se deben en gran parte a las medidas que se toman tras padecer el ACV, tanto farmacológicas y quirúrgicas para deshacer el trombo en las primeras 48 horas, como el control del paciente y la rehabilitación posteriores, especialmente importantes cuando los afectados son mayores de cuarenta años y forman parte de un grupo de riesgo, por ejemplo, aquellos con colesterol alto no controlado.

"El gran problema es que el 50 por ciento de la población no sabe lo que es un ictus y no sabe como reconocerlo", señala Masjuan, "Por ello trabajamos desde el Observatorio de Neurología para acabar con esta desinformación y asegurar que sea tratado, ya que tiene curación y puede prevenirse".

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