sábado, 21 de enero de 2012

'Me gusta la filosofía del 'si tú triunfas, triunfo yo' | Biociencia | elmundo.es

INVESTIGADORES POR EL MUNDO | Rubén Hernáez

'Me gusta la filosofía del 'si tú triunfas, triunfo yo'


Rubén Hernáez recuerda con cierta nostalgia cómo las películas hollywoodienses de investigadores y médicos le impresionaban especialmente en su infancia. Años después, una mezcla de vocación, ganas de trabajar con los mejores, perfeccionar el inglés y, quizá, una pizca de ese amor por el séptimo arte, le han llevado a conseguir ese 'sueño americano' de tantas películas: convertirse en investigador, probando por primera vez la relación entre la genética y el hígado graso no alcohólico.

Hernáez confiesa que pronto se dio cuenta de que su futuro pasaba por EEUU. "A los dos años de Medicina en la Universidad de Navarra (Pamplona) ya le daba vueltas a la idea de marcharme a EEUU", afirma. Pero antes de ello, se especializó en Endocrinología y Nutrición por el Hospital Clínico de Barcelona y, mientras, buscaba financiación y estudios con los que 'cruzar el charco'.

"En 2005 conseguí marcharme para estudiar un máster en Salud Pública en una de las mejores escuelas médicas del país: la Johns Hopkins (Baltimore, EEUU)", comenta Hernáez. Y a ella sigue vinculada. "Tras el máster me decidí por hacer el doctorado en Epidemiología Cardiovascular y luego, el último escalón, una tesis sobre el hígado graso no alcohólico", resume para hablar de uno de los campos de estudio que le sigue dando mayor trabajo y satisfacciones hasta la fecha.

 

Una base genética

Enfermedades como la hepatitis o la cirrosis suelen estar asociadas a daños en el hígado por un excesivo consumo de alcohol... pero no siempre. Las personas que beban poco o nada tampoco están exentas de tener alguna de estas complicaciones si sufren una acumulación de grasa en el hígado, lo que constituye una de las enfermedades hepáticas más frecuentes.

El porqué de esta situación era un enigma que Rubén Hernáez ha empezado a desentrañar en su base genética. "Nos servimos primero de los datos obtenidos de cuatro poblaciones de origen europeo diferentes y después examinamos distintos marcadores genéticos. Con ello, observamos que aproximadamente el 20% de la presencia de hígado graso en una persona se debe a sus componentes genéticos", explica Hernáez.

"Ahora hemos encontrado cinco nuevos genes que pueden asociarse a ello, pero en todo hallazgo tenemos que tener cuidado con los falsos positivos... aunque ya estamos encontrando relaciones", comenta.

A continuación, empleando datos recogidos en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) -la mayor y más extensa de este tipo en EEUU-, estamos reproduciendo estos hallazgos empleando ultrasounidos hepáticos y estudiando la epidemiologia de la enfermedad de hígado graso no alcohólico en EEUU", recuerda Hernáez.

¿Y cuáles fueron los resultados? "Observamos que una de cada cinco personas con higado graso tenía relación con el sedentarismo, la obesidad y la diabetes", comenta.

Sin embargo, una vez analizados todos los datos, hubo un 'pero' en la investigación: no vieron asociación entre el hígado graso y la mortalidad cardiovascular. "Si se piensa, la relación es bastante lógica dado que todos los factores de riesgo cardiovascular se asocian con el hígado graso, pero con los datos en la mano no lo hemos encontrado", afirma Hernáez. ¿Por qué pasa esto? "Bien puede ser porque la forma en la que estamos buscando una relación a través de los ultrasonidos no sea la adecuada, o bien porque el hígado graso sea una respuesta protectora del organismo frente a la diabetes o las dietas inadecuadas", señala.

¿Qué significa todo esto a nivel práctico? "Lo fundamental es que no sólo se podría identificar rápido a personas con este problema para evitar que progrese su enfermedad hepática; sino que si conocemos los genes relacionados se podrían desarrollar nuevas vías terapéuticas", señala Hernáez.

 

¿De vuelta a España?

Aunque Hernáez asegura su interés por colaborar con investigadores españoles cuando sea posible, también reconoce que "en principio no me planteo volver a España, por lo menos, no de forma inmediata".

"Cuando tenga más experiencia quizá me lo piense, pero ahora soy consciente de que mi trabajo y mi vida están aquí", explica. Tanto que, además de investigar, ha empezado su etapa como médico: "Cuando estudiaba el doctorado echaba de menos ver pacientes, y ahora mismo estoy en la mitad de mi residencia en Medicina Interna en el Georgetown University Hospital. Y este es otro tema, cualquier médico que venga a EEUU tiene que saber que obligatoriamente tiene que volver a hacer la residencia", comenta.

A pesar de que califica su doble labor de investigador en John Hopkins con la práctica médica de "agotadora", Hernáez está contento: "A España le debo todas las ayudas que diferentes entidades me han dado y con las que he conseguido llegar hasta aquí", reconoce.

Un EEUU del que avisa a futuros investigadores: "Tiene un nivel extremadamente competitivo, pero es cierto que una vez se aprueba tu idea te dan todas las facilidades para sacarla adelante". Así recuerda la respuesta de uno de los catedráticos de Johns Hopkins cuando le preguntó por el apoyo que estaba recibiendo en sus investigaciones: "Rubén, si triunfas tú, triunfo yo". La facilidad de poder hablar con cualquier jefe de investigación, sin jerarquías como en España, es fundamental", asegura.
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