jueves, 16 de agosto de 2012

Un efecto secundario de la eliminación genómica podría combatir el cáncer - DiarioMedico.com

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Estudio realizado en glioblastoma multiforme

Un efecto secundario de la eliminación genómica podría combatir el cáncer

La eliminación genómica provocada por el cáncer podría tener un daño secundario en células vecinas que favorecería la lucha contra el tumor, según un estudio publicado en Nature.
Redacción   |  16/08/2012 12:07


Trabajando con líneas celulares de glioblastoma multiforme, el tipo de tumor cerebral más letal, investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Texas (ambas en Estados Unidos) han demostrado que la supresión colateral de un gen vital para el metabolismo del tumor permitía la eliminación de células malignas mediante el bloqueo de otro gen que realizaba la misma función.

"La eliminación dirigida en cáncer que deshabilita los supresores tumorales, junto con los esfuerzos realizados hasta ahora para restaurar o reemplazar la función de esos genes desactivados, o cambiarlos por células cancerígenas, aún no han mostrado resultados prometedores", explica Florian Muller de la Universidad de Texas y autor del estudio. "En este caso, observamos las supresiones de pasajeros -genes co-eliminados junto con los genes tumorales suprimidos, pero no directamente desarrollados en la promoción del cáncer- como un punto de partida para identificar objetivos y terapias potenciales".

Los científicos eliminaron las células del glioblastoma que provocaban supresiones del gen metabólico ENO1 en ambas copias del cromosoma uno cuando también inhibieron la función del ENO2, localizado en el cromosoma siete. Ambos genes codifican la enzima enolasa, que tiene un papel importante en la glicólisis. Las células pueden tolerar la pérdida del ENO1 o ENO2 pero no de ambos.

Las eliminaciones de ADN que suprimen los genes del tumor tienden a afectar a muchos genes vecinos. "Muchos de los genes metabólicos aparecen en duplicado, se respaldan unos a otros", afirma Muller. La hipótesis de la investigación es que las supresiones crean vulnerabilidades mediante la desactivación de las dos copias de un gen esencial, proporcionando una oportunidad para tratar el cáncer mediante la no activación del segundo gen.

Debido a que ENO1 cuenta con entre el 75 y 90 por ciento del total de la actividad de la enolasa, la supresión de este gen  en las células del glioblastoma provoca una actividad mucho menor de la enolasa que las células cancerosas. Tras este procedimiento, los investigadores calcularon que bajas dosis de un inhibidor de la enolasa de una molécula pequeña sería suficiente para bloquear la glicólisis y alcanzar un umbral tóxico.

El inhibidor de la phosphonoacetohydroxamate enolasa (PHAH) fue encontrado para ser altamente tóxicos con células cancerosas de ENO1 con deleción, mientras que tenía un efecto mínimo sobre las células cancerosas ENO1 intactas o normales del cerebro humano. Esta toxicidad puede ser completamente revertida mediante por re-expresión artificial de ENO1.

"PHAH no está aprobado para uso humano", afirma Muller, "y en base a su estructura es poco probable que penetre en los tejidos y tumores de forma eficaz".

Los investigadores están trabajando para desarrollar un fármaco potencial.

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