miércoles, 14 de abril de 2010

Se habla de - Demostrar la eficacia de los alimentos funcionales antes de 2011 un reto para la industria - JANO.es - ELSEVIER


Centro de investigación de Palaiseau, donde Danone crea los productos funcionales y los placebos que usan en sus estudios.

Demostrar la eficacia de los alimentos funcionales antes de 2011, un reto para la industria
JANO.es
ESPAÑA
14 Abril 2010

En 2007 la Comunidad Europea unificó la normativa con relación a la publicidad de los alimentos que declaran tener propiedades beneficiosas para la salud. La nueva normativa, que está en proceso de implementación, se aplicará de- finitivamente a principios de 2011 y estipula que el proceso para poder acreditar un “health claim” (declaración de salud o de propiedades saludables) debe ser igual de riguroso que el que se sigue para acreditar un medicamento.

Para poder anunciar los benefi- cios de un producto para la salud, las empresas tendrán que presentar estudios que demuestren la evidencia científicamente. Los estudios se someterán a los rigurosos análisis de la European Food Safety Authority (EFSA), cuya valoración será esencial para que la Comisión Europea autorice el anuncio. Como contrapartida, si una empresa invierte en demostrar que su producto tiene propiedades beneficiosas para la salud, gozará de una protección de cinco años para usar esos datos de forma exclusiva.

El centro de investigación de Danone

Las firmas líderes en el sector de alimentos saludables se apresuran a poner la documentación en regla antes de 2011. Es el caso de Danone que, desde 2002, cuenta con un centro de investigación en Palaiseau, Francia, con una doble misión: diseñar productos que, además de apetitosos, sean beneficiosos para la salud y demostrar científicamente su eficacia. Para ello diseñan dos versiones de cada producto con las mismas características organolépticas: una con propiedades beneficiosas para la salud y otra sin ellas.

Según Montserrat Andreu, responsable de fermentos de Danone España, “la investigación es básica para poner ciencia detrás de nuestros productos. Para ello contamos con un banco de bacterias en el que guardamos 4.100 cepas de bacterias lácticas, pertenecientes a más de 80 especies diferentes, que además de dar sabor y textura, tienen propiedades probióticas para la salud. Antes de desarrollar un alimento funcional, definimos la problemática de salud que queremos abordar, seleccionamos varias de esas bacterias e investigamos sus efectos en el intestino e in vitro.” Tras hacerlas crecer hay que verificar que permanecen vivas durante 28 días (hasta que el yogur caduca) y que serán capaces de sobrevivir a un proceso industrial. En caso afirmativo, los investigadores diseñan un plan para comprobar que los efectos beneficiosos que producen en el organismo se pueden medir, porque si los benefi- cios no se pueden medir, no son demostrables ni se pueden anunciar y la bacteria será descartada.

¿Qué es un alimento probiótico?

El probiótico es un alimento que contiene organismos vivos en cantidades suficientes para que supongan un beneficio para aquellos individuos que los consumen. Es importante que esos organismos lleguen vivos al organismo. Según Montserrat Andreu, Danone siempre ha invertido tiempo y dinero en medir y averiguar por qué un probiótico es mejor que otro y cómo trabaja en el organismo.

En la industria alimenticia, hasta ahora las normas no eran tan claras como en la farmacéutica y el contexto reglamentario respecto a estos productos ha ido evolucionando. Para demostrar la efectividad de sus productos Danone ha diseñado un estricto protocolo de buenas prácticas clínicas para obtener argumentos claros y medibles con los que convencer al consumidor.

Efectúan tres tipos de estudios: los preparatorios, en los que deciden los marcadores que van a buscar y la población que se va a estudiar; los de demostración, que son los más costosos en tiempo, personal y dinero y que luego se presentarán a las autoridades competentes, y los expedientes de expansión, que estudian qué sucede si se analizan los efectos de un producto a largo plazo.

Para garantizar la independencia de sus estudios se entrega el protocolo de investigación a un comité de ética, ajeno a la empresa, que juzgará si éste es válido o no. Posteriormente, efectúa experimentos aleatorizados con doble ciego y con placebos idénticos a los productos probados. Ni los grupos de estudio ni los médicos saben quién ha tomado el producto o el placebo y todos los resultados obtenidos se entregan a los científicos y a las autoridades pertinentes. Con esos estudios se elabora el dossier que se presentará a la EFSA.

Danone cuenta con tres alimentos funcionales consolidados: Actimel (del que se han publicado 26 estudios clínicos), Activia (17 estudios) y Danacol (más de 60 estudios) que tienen propiedades imnumológicas, digestivas y cardiovasculares, respectivamente. Densia, que favorece la densidad ósea, es su última apuesta y ahora están investigando la posibilidad de prevenir las alergias a través de la alimentación.

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