SALUD | 'No buscamos dinero, es salud'
Afectada por las prótesis PIP: 'Llevo semanas sin dormir, con bultos en las axilas y el pecho'
Algunas de las afectadas por los implantes PIP en Valencia | E.M.
- 'Esto es todo un mercadeo, una estafa y un robo; tengo una gran depresión'
De las 30.000 prótesis PIP (Poly Implant Prothèse) que se implantaron en España, más de 9.000 fueron distribuidas a centros y clínicas de la Comunidad Valenciana, según datos de la Asociación de Médicos de Implantología Mamaria (AMIM). El jueves, una veintena de afectadas por los implantes de silicona industrial defectuosos, y prohibidos en la UE desde marzo de 2010, se concentraron frente a la Conselleria de Sanidad, porque cuando acuden a los hospitales de una en una, denuncian, no les hacen "ni puto caso".
"Entré porque me dolía la espalda y sentía molestas en el brazo derecho. Quería que me visitaran. Dije: 'Soy portadora de las PIP'. Me dieron un teléfono, que es el que nos dan a todas las que vamos a pedir información, pero ya lo tenía. Había llamado y no me lo cogieron. Volví a llamar y me contestaron que no me podían ayudar en nada, porque lo único que estaban haciendo era recopilar datos sobre las afectadas. Quería saber si tenía la prótesis rota o cualquier cosa. Me dijeron: 'No, señora, se va usted a lo privado. Tengo bultos en las axilas y debajo del pecho. Ya desde el principio sabía que algo no iba bien. Notaba debajo de la areola que había un pliegue. Me estiraba la piel y desaparecía", detalla Amparo.
La Unión Profesional de Médicos y Cirujanos Estéticos de España también ha pedido que el Gobierno actúe para que las mujeres operadas puedan ser atendidas lo antes posible por la sanidad pública. En concreto, solicitan que las damnificadas no tengan que hacerse cargo de los gastos de explantación de las PIP y de la segunda cirugía para implantar las nuevas prótesis mamarias, aunque no se hayan roto. Aducen que la inseguridad y el daño psicológico de las pacientes hacen que la cuestión sea urgente. "Eso no se paga con dinero. Pero yo no quiero hablar de dinero, sino de salud. Llevo semanas sin dormir, con una gran depresión... no es dinero", sentencia Amparo.
En muchos casos, las mujeres que se sometieron a la cirugía intentan no volver a pasar por el quirófano por miedo a los resultados, siquiera de forma preventiva (antes de que se agrieten las prótesis o se evidencien los primeros síntomas), aunque reconocen que el paso es inevitable, porque no saben si corren algún riesgo.
Sanidad ha encargado un estudio sobre las PIP y aunque los componentes analizados en las piezas no son tóxicos, las afectadas desconfían. En los supuestos en los que la sustancia sale del 'saco' de la mama, no se sabe cuáles pueden ser las consecuencias sobre el organismo a largo plazo. Sí se conoce, sin embargo, que el derrame puede provocar irritación local y la aparición de ganglios, aunque lo más importante es la limpieza de la silicona para evitar que se infiltre.
Esther tuvo en la mano dos modelos de prótesis: la que le retiraron y la que le fue implantada después. No tenían nada que ver. "La defectuosa contenía una especie de caldo. Si le dabas la vuelta se movía. La otra era un gel compacto". Ella se sometió a la operación antes del 'boom' de las PIP. "Fui al médico, por lo privado, antes de que todo esto se convirtiera en un escándalo. Estaba todo mucho más tranquilo y me decían: 'Espérate un poco, vamos a seguir haciendo pruebas, ecografías cada seis meses...'. La segunda vez me dijeron que tenían que quitarme los implantes, porque ya habían operado a mucha gente y sabían que lo que sacaban era porquería. Aún entré al quirófano una tercera vez. Al principio lo que no quieres es operarte; das todos los pasos necesarios para que alguien te diga: 'Pues mira, no hace falta intervención...'. Pero al final pasar por eso. Lo revives todo".
Amparo, que secundó la 'miniprotesta' (por número, no por intensidad. Las asistentes ven frustrante el seguimiento que tuvo la iniciativa para el volumen de casos registrados en la Comunidad) frente al departamento valenciano de Sanidad, explica cómo se desarrolló la tercera operación de una de las implantadas: "La primera vez la prótesis le reventó. No le limpiaron bien la zona y le pusieron la segunda prótesis encima. Ahora tiene ganglios por todas partes y restos de silicona por el cuerpo".
Mari Carmen está a la espera de que suene el teléfono para ser ingresada otra vez y está "asustada". "Pero también muy cabreada", continúa, "porque veo que esto es todo un mercadeo, una estafa y un robo. Eso me gustaría que saliera publicado así, tal cual. Nadie da la cara ni responde por la salud de las personas.
Confiamos en un producto homologado y ahora la Seguridad Social no nos atiende porque es un problema que no han provocado: lo entiendo; las privadas se hacen las víctimas, cuando el veneno lo llevamos nosotras por dentro. No somos iguales. A nosotras nos han dicho que son prótesis tóxicas pero no de qué materiales están hechas".
"Todo son especulaciones y rumores. Desde el año 2000 hay casos notificados de PIP que no daban buen resultado. Volvían a la clínica al mes, a los cuatro meses, al año... con los implantes rotos. Y la obligación de los cirujanos era haber dado parte. Que son médicos, por favor". "Algunos médicos, por solidaridad, cobran menos" por la intervención.
Y el precio 'especial' viene a ser, desglosado, según Esther: "500 euros por el hospital. 400 por las nuevas prótesis. 150 del anestesista y 100 del cirujano". Menos de lo que costaría una operación de estas características pero sigue suponiendo un capital que muchas afectadas no pueden desembolsar. En otros casos, las tarifas superan los 3.000. "Hay mucha gente que ha ahorrado durante muchos años para poder pagarse la operación. ¿De dónde va a sacar ahora el dinero si le dicen que dentro de tres meses tienen que cambiarle las prótesis?".
Para el próximo mes, la Asociación Nacional de Afectadas de las Prótesis PIP (ANAP) está tanteando volver a salir a la calle para plantear sus reinvindicaciones, aunque esperan, con cierto abatimiento, que la convocatoria tenga más éxito. "¿Como que no van a pagar el daño que han hecho? Claro que sí. Aunque me cueste la salud... pagarán".
"Entré porque me dolía la espalda y sentía molestas en el brazo derecho. Quería que me visitaran. Dije: 'Soy portadora de las PIP'. Me dieron un teléfono, que es el que nos dan a todas las que vamos a pedir información, pero ya lo tenía. Había llamado y no me lo cogieron. Volví a llamar y me contestaron que no me podían ayudar en nada, porque lo único que estaban haciendo era recopilar datos sobre las afectadas. Quería saber si tenía la prótesis rota o cualquier cosa. Me dijeron: 'No, señora, se va usted a lo privado. Tengo bultos en las axilas y debajo del pecho. Ya desde el principio sabía que algo no iba bien. Notaba debajo de la areola que había un pliegue. Me estiraba la piel y desaparecía", detalla Amparo.
La Unión Profesional de Médicos y Cirujanos Estéticos de España también ha pedido que el Gobierno actúe para que las mujeres operadas puedan ser atendidas lo antes posible por la sanidad pública. En concreto, solicitan que las damnificadas no tengan que hacerse cargo de los gastos de explantación de las PIP y de la segunda cirugía para implantar las nuevas prótesis mamarias, aunque no se hayan roto. Aducen que la inseguridad y el daño psicológico de las pacientes hacen que la cuestión sea urgente. "Eso no se paga con dinero. Pero yo no quiero hablar de dinero, sino de salud. Llevo semanas sin dormir, con una gran depresión... no es dinero", sentencia Amparo.
En muchos casos, las mujeres que se sometieron a la cirugía intentan no volver a pasar por el quirófano por miedo a los resultados, siquiera de forma preventiva (antes de que se agrieten las prótesis o se evidencien los primeros síntomas), aunque reconocen que el paso es inevitable, porque no saben si corren algún riesgo.
Sanidad ha encargado un estudio sobre las PIP y aunque los componentes analizados en las piezas no son tóxicos, las afectadas desconfían. En los supuestos en los que la sustancia sale del 'saco' de la mama, no se sabe cuáles pueden ser las consecuencias sobre el organismo a largo plazo. Sí se conoce, sin embargo, que el derrame puede provocar irritación local y la aparición de ganglios, aunque lo más importante es la limpieza de la silicona para evitar que se infiltre.
Esther tuvo en la mano dos modelos de prótesis: la que le retiraron y la que le fue implantada después. No tenían nada que ver. "La defectuosa contenía una especie de caldo. Si le dabas la vuelta se movía. La otra era un gel compacto". Ella se sometió a la operación antes del 'boom' de las PIP. "Fui al médico, por lo privado, antes de que todo esto se convirtiera en un escándalo. Estaba todo mucho más tranquilo y me decían: 'Espérate un poco, vamos a seguir haciendo pruebas, ecografías cada seis meses...'. La segunda vez me dijeron que tenían que quitarme los implantes, porque ya habían operado a mucha gente y sabían que lo que sacaban era porquería. Aún entré al quirófano una tercera vez. Al principio lo que no quieres es operarte; das todos los pasos necesarios para que alguien te diga: 'Pues mira, no hace falta intervención...'. Pero al final pasar por eso. Lo revives todo".
Amparo, que secundó la 'miniprotesta' (por número, no por intensidad. Las asistentes ven frustrante el seguimiento que tuvo la iniciativa para el volumen de casos registrados en la Comunidad) frente al departamento valenciano de Sanidad, explica cómo se desarrolló la tercera operación de una de las implantadas: "La primera vez la prótesis le reventó. No le limpiaron bien la zona y le pusieron la segunda prótesis encima. Ahora tiene ganglios por todas partes y restos de silicona por el cuerpo".
Mari Carmen está a la espera de que suene el teléfono para ser ingresada otra vez y está "asustada". "Pero también muy cabreada", continúa, "porque veo que esto es todo un mercadeo, una estafa y un robo. Eso me gustaría que saliera publicado así, tal cual. Nadie da la cara ni responde por la salud de las personas.
Confiamos en un producto homologado y ahora la Seguridad Social no nos atiende porque es un problema que no han provocado: lo entiendo; las privadas se hacen las víctimas, cuando el veneno lo llevamos nosotras por dentro. No somos iguales. A nosotras nos han dicho que son prótesis tóxicas pero no de qué materiales están hechas".
"Todo son especulaciones y rumores. Desde el año 2000 hay casos notificados de PIP que no daban buen resultado. Volvían a la clínica al mes, a los cuatro meses, al año... con los implantes rotos. Y la obligación de los cirujanos era haber dado parte. Que son médicos, por favor". "Algunos médicos, por solidaridad, cobran menos" por la intervención.
Y el precio 'especial' viene a ser, desglosado, según Esther: "500 euros por el hospital. 400 por las nuevas prótesis. 150 del anestesista y 100 del cirujano". Menos de lo que costaría una operación de estas características pero sigue suponiendo un capital que muchas afectadas no pueden desembolsar. En otros casos, las tarifas superan los 3.000. "Hay mucha gente que ha ahorrado durante muchos años para poder pagarse la operación. ¿De dónde va a sacar ahora el dinero si le dicen que dentro de tres meses tienen que cambiarle las prótesis?".
Para el próximo mes, la Asociación Nacional de Afectadas de las Prótesis PIP (ANAP) está tanteando volver a salir a la calle para plantear sus reinvindicaciones, aunque esperan, con cierto abatimiento, que la convocatoria tenga más éxito. "¿Como que no van a pagar el daño que han hecho? Claro que sí. Aunque me cueste la salud... pagarán".
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