TAMBIÉN EN LOCALIZACIONES DE MÁS DIFÍCIL ACCESO
La intervención mediante robótica aporta ventajas si se requiere una disección cuidadosa y realizar suturas
Las indicaciones de la robótica en cirugía pediátrica son teóricamente ilimitadas. No obstante, aquellas intervenciones en las que el robot aporta más ventajas respecto a cirugía laparoscópica convencional son las que requieren suturas y una disección muy cuidadosa.
C. D. Oviedo | 23/03/2012 00:00
También aporta ventajas en las localizaciones de más difícil acceso, como la pelvis o el retroperitoneo, tal como ha apuntado Claudia Marhuenda, jefa de Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario Son Espases, de Mallorca, en el XXVII Curso de Avances en Cirugía Pediátrica. La especialista ha adquirido la mayor parte de su experiencia en el Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona.
Marhuenda ha indicado que todas las intervenciones que se realizan por cirugía mínimamente invasiva son susceptibles de beneficiarse de la robótica, que ayuda al cirujano a solventar las dificultades mecánicas del instrumental y la técnica laparoscópica, como la pérdida de la articulación de la muñeca, de la visión tridimensional y la mala ergonomía.
La especialista ha dejado claro que el sistema quirúrgico Da Vinci es un telemanipulador computarizado, es decir, "no funciona autónomamente sin la dirección de un cirujano".
Afinar indicaciones
No obstante, la limitación en la disponibilidad del robot obliga a afinar las indicaciones. Las cirugías en las que aporta más ventajas son aquéllas que requieren una disección muy cuidadosa y realización de suturas, "actividad muy difícil en la cirugía laparoscópica convencional".
Algunas de las intervenciones en las que la diferencia es más notable son "las malformaciones anorrectales altas para la disección de la fístula y el colon, así como la enfermedad de Hirschsprung para diseccionar el recto en la pelvis, y en las pieloplastias en caso de estenosis pieloureteral, que también requieren suturas muy precisas".
El abordaje de los quistes de colédoco, de tumores y las ampliaciones vesicales son otras intervenciones que también pueden beneficiarse de la robótica. "La principal ventaja es que con el robot la visión es muy buena, en tres dimensiones, mientras que con la laparoscopia ves en dos planos. Resulta incluso mejor que la cirugía abierta porque en este caso trabajamos con diez aumentos, como si operásemos con un microscopio. Además, la óptica no se mueve, con lo que se evita el temblor y, como el instrumental es articulado, las suturas son más sencillas", ha precisado Marhuenda.
Curva de aprendizaje
Las desventajas más relevantes se resumen en costes más elevados y en un mayor tiempo operatorio. En cambio, la curva de aprendizaje parece ser más corta en la robótica frente a la laparoscopia convencional."
Es fundamental una correcta planificación de la intervención, en primer lugar en cuanto a la correcta colocación de los trócares", ha precisado la experta. Otra consideración importante es el deber de preservación del instrumental fungible robótico, teniendo en cuenta el elevado coste de cada pinza y el número limitado de reutilizaciones.
Marhuenda ha indicado que todas las intervenciones que se realizan por cirugía mínimamente invasiva son susceptibles de beneficiarse de la robótica, que ayuda al cirujano a solventar las dificultades mecánicas del instrumental y la técnica laparoscópica, como la pérdida de la articulación de la muñeca, de la visión tridimensional y la mala ergonomía.
La especialista ha dejado claro que el sistema quirúrgico Da Vinci es un telemanipulador computarizado, es decir, "no funciona autónomamente sin la dirección de un cirujano".
Afinar indicaciones
No obstante, la limitación en la disponibilidad del robot obliga a afinar las indicaciones. Las cirugías en las que aporta más ventajas son aquéllas que requieren una disección muy cuidadosa y realización de suturas, "actividad muy difícil en la cirugía laparoscópica convencional".
Algunas de las intervenciones en las que la diferencia es más notable son "las malformaciones anorrectales altas para la disección de la fístula y el colon, así como la enfermedad de Hirschsprung para diseccionar el recto en la pelvis, y en las pieloplastias en caso de estenosis pieloureteral, que también requieren suturas muy precisas".
El abordaje de los quistes de colédoco, de tumores y las ampliaciones vesicales son otras intervenciones que también pueden beneficiarse de la robótica. "La principal ventaja es que con el robot la visión es muy buena, en tres dimensiones, mientras que con la laparoscopia ves en dos planos. Resulta incluso mejor que la cirugía abierta porque en este caso trabajamos con diez aumentos, como si operásemos con un microscopio. Además, la óptica no se mueve, con lo que se evita el temblor y, como el instrumental es articulado, las suturas son más sencillas", ha precisado Marhuenda.
Curva de aprendizaje
Las desventajas más relevantes se resumen en costes más elevados y en un mayor tiempo operatorio. En cambio, la curva de aprendizaje parece ser más corta en la robótica frente a la laparoscopia convencional."
Es fundamental una correcta planificación de la intervención, en primer lugar en cuanto a la correcta colocación de los trócares", ha precisado la experta. Otra consideración importante es el deber de preservación del instrumental fungible robótico, teniendo en cuenta el elevado coste de cada pinza y el número limitado de reutilizaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario