sábado, 17 de marzo de 2012

Las muertes por infecciones gastrointestinales se duplicaron en EE. UU. en ocho años, según los CDC: MedlinePlus

Las muertes por infecciones gastrointestinales se duplicaron en EE. UU. en ocho años, según los CDC: MedlinePlus


Las muertes por infecciones gastrointestinales se duplicaron en EE. UU. en ocho años, según los CDC

Gérmenes de fácil transmisión como el norovirus y la C. difficile son los principales culpables

Traducido del inglés: jueves, 15 de marzo, 2012
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MIÉRCOLES, 14 de marzo (HealthDay News) -- En los últimos años, las muertes resultantes de una enfermedad estomacal e intestinal común conocida como gastroenteritis se han duplicado y más en Estados Unidos, revela un informe reciente.
Las infecciones con uno de dos gérmenes en particular, la C. difficile o el norovirus, parecen fomentar la tendencia.
Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. reportan que entre 1999 y 2007, el número total de muertes resultantes de los vómitos y la diarrea que caracterizan la enfermedad aumentaron de unos 7,000 a más de 17,000.
"El mensaje de esto es que claramente no se trata solo de un problema de los países en desarrollo", anotó el autor líder del estudio Aron Hall, epidemiólogo de la división de enfermedades virales de los CDC, con sede en Atlanta. "La diarrea es un problema importante en los EE. UU., sobre todo entre las personas mayores, y parece estar empeorando en años recientes".
Según el estudio, 83 por ciento de todas las muertes observadas por gastroenteritis en EE. UU. ocurren ahora entre adultos a partir de los 65 años.
Usando datos obtenidos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, el equipo halló que la mayoría de esas muertes pueden atribuirse ahora a dos tipos de bacteria: la Clostridium difficile (C. difficile) y el norovirus.
La C. difficile es particularmente problemática, apuntaron los autores, porque las muertes atribuidas a este germen aumentaron por un factor de cinco en el periodo del estudio. Las infecciones con C. difficile llevaron a 2,700 muertes en 1999, pero para 2007 esa cifra había aumentado a 14,500.
Para 2007, las infecciones con C. difficile conformaban dos tercios de todas las muertes por gastroenteritis, y la mayor incidencia de muertes relacionadas ocurrieron en primavera (de marzo a mayo).
La observación amplía preocupaciones planteadas apenas la semana pasada, cuando expertos que intervinieron en una conferencia de prensa de los CDC advirtieron que los pacientes tratados en una variedad de ámbitos clínicos (hospitales, hogares de ancianos, consultorios médicos y/o clínicas) están en un riesgo "históricamente alto" de infección con C. difficile.
Pero Hall y colegas también hallaron otro culpable de la creciente tasa de muertes, el norovirus, que se relacionó con aproximadamente 800 muertes por año.
Además, el número de muertes por gastroenteritis tendió a subir mucho más en los años en que nuevas cepas de norovirus provocaron brotes.
Y aunque las infecciones con C. difficile son más letales, el equipo apuntó que el norovirus, altamente contagioso, es una importante amenaza de salud pública durante todo el año por derecho propio. Se propaga fácilmente a través de alimentos, agua y superficies contaminadas, así como mediante el contacto entre personas, y se ha hecho especialmente notorio debido a los brotes en cruceros. Como resultado, el norovirus es ahora la principal causa de gastroenteritis (pero no de las muertes) en EE. UU., y ocurren más de 20 millones de infecciones cada año, apuntaron los investigadores.
¿Cómo se explican estas tendencias preocupantes? "En parte, se debe al surgimiento de nuevas cepas virulentas", cree Hall. "También hay un mayor reconocimiento de parte de los médicos, que se han cuenta de que se trata de un problema importante. Como resultado, tenemos más diagnósticos", añadió.
"Pero ahora que hemos identificado a C. difficile y al norovirus como las causas más comunes de la gastroenteritis, sabemos que cuando una persona mayor tiene diarrea hay que preocuparse por esos gérmenes", continuó.
Hall señaló que, para minimizar el riesgo de infección, "la higiene de las manos es importante, junto con la desinfección ambiental. Y en los hospitales, el uso de servicios de limpieza y productos de lejía es esencial".
El Dr. Philip Tierno, director de microbiología e inmunología clínicas del Centro Médico de la Universidad de Nueva York, en esa ciudad, se mostró de acuerdo.
"La higiene es la medida preventiva más importante", enfatizó. "Esto significa una buena higiene alimentaria, desinfectar adecuadamente las tablas de cortar y las superficies. Y una buena higiene del hogar, o sea limpiar sanitarios y lavamanos. Y también la higiene personal. Lo mejor que puede hacer es lavarse las manos con jabón y agua. Esto no mata a la C. difficile, pero permite que se salga de las manos y caiga al lavamanos si se ha contaminado al ir a un centro médico. Y siempre debe lavarse las manos antes de tocarse la cara, comer o beber", enfatizó Tierno.
"Es la tripleta de la higiene", dijo Tierno. "Ciertamente eso reduce el riesgo".
Los hallazgos del estudio fueron presentados el miércoles en la Conferencia internacional sobre enfermedades infecciosas emergentes en Atlanta. Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Aron Hall, D.V.M., M.S.P.H., epidemiologist, division of viral diseases, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Philip Tierno, M.D., Ph.D., director, clinical microbiology and immunology, New York University Medical Center, New York City; International Conference on Emerging Infectious Diseases, Atlanta, March 14, 2012
HealthDay
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