¿Podría la 'epidemia' de obesidad infantil estar retrocediendo?
Un estudio de Massachusetts halla un declive significativo en las tasas de los niños menores de seis años
Traducido del inglés: miércoles, 25 de abril, 2012
Las tasas de obesidad en niños menores de seis años de edad en la parte oriental de Massachusetts declinaron durante el periodo de 2004 a 2008, según un estudio reciente.
Los investigadores también hallaron que las tasas de obesidad declinaron más entre los niños asegurados en planes que no eran de Medicaid.
"En este análisis, hallamos un declive sustancial en la prevalencia de la obesidad entre los niños pequeños de 2004 a 2008. Sin embargo, la reducción de menor cuantía en la prevalencia de la obesidad entre los niños asegurados con Medicaid sugiere que los próximos años podrían ser testigos de unas crecientes disparidades socioeconómicas en la obesidad infantil", escribieron los autores del estudio.
Nancy Copperman, nutricionista y directora de iniciativas de salud pública del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Great Neck, Nueva York, hizo comentarios sobre los nuevos hallazgos.
"Este estudio muestra cierta promesa de que podríamos estar revirtiendo la marea de la obesidad infantil. Lo que no está claro es si este declive proviene de las cosas que hacemos para prevenir la obesidad [que] estén provocando el cambio que ven", señaló Copperman.
Los resultados del estudio aparecen en la edición de mayo de la revista Pediatrics, pero se publicaron en línea el 23 de abril.
Entre 1980 y 2001, hubo un rápido aumento en la prevalencia de obesidad infantil, según la información de respaldo del estudio. Sin embargo, los estudios nacionales más recientes han mostrado que la obesidad infantil podría estarse nivelando, o en algunos casos, incluso declinando.
Dirigir los esfuerzos de prevención de la obesidad a los niños más pequeños (los que tienen menos de 6 años) podría ser la forma más eficaz, dado que a esa edad los niños siguen estando predominantemente influenciados por los padres y lo que sus padres comen, y sus hábitos de estilo de vida apenas se están desarrollando, haciendo que cambiarlos quizás sea más fácil, según el estudio.
Para ver qué sucedía con las tasas de obesidad infantil en el grupo con la menor edad, los investigadores revisaron datos sobre más de 300,000 niños que fueron atendidos en consultas de rutina entre 1980 y 2008 en Harvard Vanguard Medical Associates, una práctica pediátrica con varios centros en la parte oriental de Massachusetts. El análisis actual incluye datos sobre 36,827 niños que consultaron al médico entre 1999 y 2008.
Con el tiempo, la conformación racial de la muestra del estudio experimentó ciertos cambios. En 1999-2000, casi el 64 por ciento del grupo eran blancos no hispanos. Para 2007-2008, esa cifra era de alrededor de 58 por ciento. Al inicio del estudio, el número de niños negros era alrededor de 18 por ciento, frente a 13.5 por ciento para finales del estudio. El número de niños de origen asiático aumentó en el periodo del estudio de casi 6 a casi 13 por ciento.
Durante el periodo de 1999 a 2003, los investigadores hallaron que las tasas de obesidad permanecieron relativamente estables en los niños. Sin embargo, entre 2004 y 2008, la tasa de obesidad se redujo de 10.5 a alrededor de 9 por ciento en los chicos. En las chicas, pasó de 9 a alrededor de 6 por ciento, según el estudio.
En ambos sexos, el declive en la obesidad fue más significativo entre los niños que tenían planes de seguro que no fueran Medicaid, informó el estudio.
Los investigadores señalaron que no saben exactamente qué causó esta reducción, pero que sospechan que un menor tabaquismo materno en el embarazo, unas mayores tasas de lactancia materna, una publicidad televisiva más limitada de alimentos dulces para los niños pequeños, y una mayor exploración y consejería para la obesidad infantil pueden tener que ver.
"Creo que este estudio es una gran noticia. Es magnífico que la tasa se reduzca en general, pero no he notado una reducción en los niños pequeños aquí, donde la mayoría de niños están en Medicaid", apuntó la nutricionista pediátrica Lauren Graf, del Centro Médico Montefiore en la ciudad de Nueva York.
"Cuando las familias tienen problemas financieros, enfocarse en los alimentos sanos es difícil. Muchas familias no tienen mucho dinero para comprar o cocinar comida, y las familias no siempre reciben los mensajes correctos a partir de las cosas que tienen subsidios", apuntó Graf. Comentó que, por ejemplo, el programa de ayuda alimentaria para Mujeres, bebés y niños (WIC, por su sigla en inglés) provee cupones para jugo gratis, pero beber bebidas endulzadas como el jugo es una importante fuente de calorías en exceso. Apuntó que muchas familias no se dan cuenta de que demasiado jugo puede ser algo malo.
Tanto Copperman como Graf dijeron que el grupo de edad estudiado aquí es crítico, porque es el momento en que las preferencias de sabores se desarrollan. "A alguien que nunca haya comido verduras probablemente no le guste el brócoli la primera vez que lo prueba a los 7 u 8 años. Las preferencias por los sabores se forman cuando somos pequeños, que es también un momento en que las familias tienen más control. Es el momento de establecer unos buenos hábitos dietéticos, y de apagar la tele", planteó Copperman.
Ambos expertos también enfatizaron que los padres deben ser un ejemplo de una conducta alimentaria sana para sus hijos.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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