El proyecto europeo Venomics apuesta por tecnologías de alto rendimiento en la búsqueda de nuevos fármacos
Valencia (27/04/2012) - Redacción
• La empresa española Sistemas Genómicos integra el consorcio europeo, avalado por la UE, que pretende crear un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos animales
• Se trata de la iniciativa más grande y sólida a nivel mundial para generar 'venenos sintéticos' con capacidad terapéutica
Esta opción se diferencia completamente del proceso clásico de bioanálisis dirigido que utilizan las compañías farmacéuticas y que representa largos, costosos y complejos procesos; en concreto, se apuesta por evaluar los venenos por medio de tecnologías de análisis de alto rendimiento.
Existe una creciente urgencia y demanda de nuevas dianas terapéuticas, capaces de diversificar la forma en la que se actúa sobre las enfermedades y de facilitar el desarrollo de innovadores fármacos que superen las limitaciones de muchos de los utilizados actualmente. Ante este panorama, se requiere y exige un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias. Éste es básicamente el objetivo principal del proyecto VENOMICS, que se fija como fin último la creación de un banco de 10.000 moléculas sintéticas derivadas de venenos que puedan erigirse en fuente de desarrollo de nuevos medicamentos.
Los principales representantes de las ocho entidades implicadas directamente en esta iniciativa se dan cita estos días en Valencia, en la sede de la compañía española líder en servicios de análisis genético (Sistemas Genómicos), con la presencia del Secretario Autonómico de Economía, Industria y Comercio de Generalitat Valenciana, José Monzonis, y del coordinador principal del proyecto, el doctor Pierre Escoubas, quien recuerda que "el objetivo es generar en el laboratorio venenos sintéticos con capacidad terapéutica".
A pesar de los avances médicos registrados en las últimas décadas, siguen existiendo múltiples necesidades médicas no satisfechas adecuadamente. La falta de eficacia y el exceso de efectos secundarios son dos de los principales argumentos que motivan y animan al constante esfuerzo investigador de la industria farmacéutica. Sin embargo, paralelamente, estas empresas acusan cada vez más las consecuencias negativas de un modelo de identificación y desarrollo de nuevos fármacos que es poco coste-efectivo.
Un cambio de paradigma
Ante este panorama, asegura Mayte Gil, responsable de Proyectos y Relaciones Institucionales de Sistemas Genómicos, "se requiere un cambio de paradigma en la forma de buscar nuevas terapias".
Tradicionalmente, la naturaleza ha sido el referente para abordar el reto de sintetizar nuevos medicamentos, siendo las plantas y los microorganismos una fuente habitual de terapias.
En este contexto, los venenos animales son uno de los recursos más prometedores, y ya son muchos los fármacos comercializados que proceden de esta fuente (como el antihipertensivo captopril, o los fármacos utilizados para el tratamiento del infarto de miocardio tirofiban y eptifibatida).
Actualmente "se estima que hay más de 170.000 animales venenosos y alrededor de 40 millones de proteínas venenosas, algunas de las cuáles podrían ser cruciales para el desarrollo de nuevos fármacos", asegura la doctora Mayte Gil.
Sin embargo, la obtención de innovadores fármacos a partir de venenos animales "aún puede optimizarse mucho más", afirma Pierre Escoubas, que es el fundador y director general de VenomeTech. Y es que, hasta el momento, sus beneficios no han sido explotados adecuadamente.
VENOMICS es un proyecto europeo iniciado en noviembre de 2011, con un presupuesto de 9.1 millones de euros de los cuales seis millones son financiados por la UE a través del séptimo programa marco (FP7 HEALTH), 2011-2015. "Supone la iniciativa más grande hasta el momento en este campo en todo el mundo, explorando la capacidad de los venenos para generar fármacos a una escala que nunca antes se había producido (más de 200 venenos)", destaca Mayte Gil.
Complejidad de los venenos
Innovadoras tecnologías, como la secuenciación masiva del ADN, permiten ahora un análisis de este tipo. Los venenos son muy complejos y contienen muchas moléculas bioactivas, la mayoría de ellas miniproteínas llamadas péptidos que tienen interesantes propiedades farmacológicas, relacionadas con su papel en el veneno, y también pueden emplearse como modelos de fármacos dado que sus dianas celulares están asociadas a patologías tales como el dolor, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares.
Como detalla el coordinador principal de VENOMICS, "los péptidos venenosos son como llaves que encajan en cerraduras celulares, al igual que sucede con los fármacos clásicos. Se han identificado menos de 3.500 toxinas de las aproximadamente 40 millones que se estima que hay". Este es el reto del proyecto: explorar venenos, identificar y producir algunas de las toxinas, y desarrollar nuevos fármacos candidatos.
Además de la utilidad de los péptidos venenosos como herramientas útiles para estudiar los mecanismos celulares, la principal concreción del proyecto VENOMICS es producir una 'biblioteca' de unos 10.000 péptidos que pueda ser utilizada para evaluar y cribar nuevos fármacos. Y se alude a un 'efecto de bola de nieve', que lleve a potenciar la investigación en este campo.
Las empresas
Según reconoce la Dra. Dra. Rebeca Miñambres, coordinadora de Proyectos de SG, "el éxito de este proyecto es seguro, ya que hemos sido capaces de integrar un equipo de empresas y centros de investigación de una gran excelencia científica y con una perspectiva industrial clara".
El consorcio VENOMICS está compuesto por ocho socios representantes de cinco países (Francia, España, Portugal, Bélgica y Dinamarca) y es una mezcla de laboratorios y de
pequeñas-medianas empresas líderes en sus ámbitos de actuación. La compañía VenomeTech es la que lidera el proyecto; como explica su director, Pierre Escoubas, "se ha seleccionado a los mejores expertos europeos en el campo de la transcriptómica, proteómica, producción de péptidos y el descubrimiento de fármacos"; además, añade, "cada socio está aportando al consorcio tecnologías de vanguardia y los equipamientos requeridos para asegurar el éxito de nuestra misión".
VenomeTech, con sede en Francia, es una empresa especializada en la explotación de venenos para el descubrimiento de nuevas moléculas terapéuticas. CEA Saclay, también ubicada en Francia, es un centro de investigación especializado en análisis y síntesis de péptidos. Por su parte, la también francesa Université de la Méditerranée es un centro de investigación especializado en la producción de proteínas. La Université de Liège, en Bélgica, lidera la investigación especializada en el análisis de proteínas. La portuguesa NZYTech es una empresa de referencia en desarrollos de ingeniería genética. La danesa Zealand Pharma es una compañía farmacéutica puntera en el desarrollo de fármacos. La francesa Vitamib es la encargada de gestionar el proyecto. Finalmente, la compañía española, con sede en Valencia, Sistemas Genómicos (SG) lidera en este proyecto los estudios de transcriptómica (para determinar los códigos genéticos de las toxinas peptídicas del veneno) y de bioinformática (se encarga de integrar, manejar y centralizar los resultados de todos los proyectos), siendo un referente europeo en investigación genética, secuenciación de ADN/ARN y bioinformática.
El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad El proyecto europeo Venomics apuesta por tecnologías de alto rendimiento en la búsqueda de nuevos fármacos
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