INVESTIGACIÓN | Estudios genéticos
Manipular el H7N9 para evitar una pandemia
Partículas del H7N9 emergiendo de la célula.| Universidad de Tokio
- 'Nature' y 'Science' publican la carta de prominentes investigadores
- Manipulaciones en el ADN del virus servirán para prever su comportamiento
El clásico 'más vale prevenir' sirve bien para sintetizar el objetivo de una carta que se publica conjuntamente en las revistas 'Nature' y 'Science' esta semana. En ella, prominentes virólogos anuncian su intención de llevar a cabo manipulaciones genéticas del virus H7N9 de la gripe para tratar de anticiparse a su comportamiento en el peor escenario posible. Lo harán, eso sí, bajo las máximas condiciones posibles de bioseguridad y sólo con el visto bueno de las autoridades.
El documento parece un intento de evitar un conflicto como el que surgió en 2011 con el virus H5N1, algunos de cuyos estudios fueron censurados por las dos mismas revistas por la presión de EEUU. En aquella ocasión, los científicos aceptaron no publicar sus manipulaciones genéticas del virus hasta que se hubiese debatido ampliamente si ese conocimiento podía ser empleado con fines terroristas.
Como ahora vuelven a explicar Ron Fouchier (de la universidad holandesa de Rotterdam) y Yoshihiro Kawaoka (de Wisconsin-Madison, en EEUU), manipular genéticamente el virus en el laboratorio es la única manera de poder adelantarse a lo que puede ocurrir en la naturaleza. Por eso, ambos científicos lideran la intención de la comunidad científica de hacer más virulento el H7N9 en el laboratorio, para poder estar preparados por si eso llegase a ocurrir también en la vida real.
Entre los estudios que se quieren llevar a cabo se encuentran manipulaciones de genes para descubrir qué le falta al H7N9 para ser más letal en humanos, qué le haría falta para adaptarse plenamente al sistema respiratorio humano y transmitirse de persona a persona, dónde puede estar su punto débil para atacarlo con una vacuna eficaz, porqué es capaz de resistir al tratamiento con antivirales como oseltamivir (el popular Tamiflú) como ya ha ocurrido en algunos pacientes...
Precisamente, esta misma semana, la revista 'British Medical Journal' documenta el que podría ser el primer caso de transmisión de humano a humano del H7N9, un padre de 60 años y su hija de 32. Sin embargo, como recuerda en un editorial en la misma revista James Rudge, de la Escuela de Medicina Tropical de Londres, parece un caso puntual, que no indicaría que el patógeno ha adquirido las características necesarias para causar una pandemia; "pero sí nos indica que debemos estar vigilantes porque la amenaza no ha pasado".
De momento el H7N9, un virus de la gripe de origen aviar, ha infectado a unas 130 personas desde el pasado mes de marzo, la mayoría en China, causando la muerte a 43 de ellas. Las medidas establecidas por las autoridades chinas para cerrar los mercados de aves vivas parecen haber funcionado y el ritmo de transmisión entre humanos se ha frenado en las últimas semanas. Sin embargo, como Fouchier y sus colegas recuerdan en ambas revistas, el invierno está a la vuelta de la esquina y es difícil prever cómo se puede comportar el patógeno con bajas temperaturas (habitualmente ideales para de los virus gripales).
Como recuerdan en su carta, normalmente, la toma de decisiones (políticas y sanitarias) cuando surge un nuevo patógeno de este tipo -peligroso para los humanos- suele tener un pequeño margen de tiempo "y las autoridades apenas tienen margen para reaccionar y establecer una respuesta efectiva para mitigar los efectos de una pandemia". Por eso los investigadores están convencidos de que es necesario ganar todo ese conocimiento en el laboratorio, manipulando si hace falta el H7N9 para hacerlo más peligroso de lo que es en realidad.
Por eso, la carta de Fouchier y compañía aparece publicada con un texto conjunto de las máximas autoridades sanitarias de EEUU -los responsables de los Centros de Control de las Enfermedades, del Instituto Nacional de Salud y del Departamento de Salud- en el que explican que estos trabajos requerirán el máximo nivel de bioseguridad. Pero además de tener que llevarse a cabo en laboratorios que cumplan estas condiciones, estos trabajos deberán someterse al escrutinio de las autoridades, que valorarán su balance riesgo-beneficio antes de autorizarlo. En el caso de trabajos que además se vayan a financiar con fondos federales en EEUU, se establecerá un filtro de revisión adicional.
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