lunes, 9 de noviembre de 2015

La UCI silenciosa, mejor para niños y padres - DiarioMedico.com

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SIMPOSIO INNOVACIONES EN UCIN

La UCI silenciosa, mejor para niños y padres

Equipo médico, sanitarios y familias originan un ambiente ruidoso que no beneficia a la recuperación de los bebés.
Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com   |  09/11/2015 00:00
 
 

Ana Riverola
Ana Riverola, del Hospital de San Juan de Dios, de Barcelona. (José Luis Pindado)
El ruido basal en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal (UCIN) no debería sobrepasar los 45 dB en intensidad, según las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría. No obstante, los trabajos del Servicio de Neonatología del Hospital San Juan de Dios, en Barcelona, establecen que muchas veces pasan de los 55-65 dB, según ha explicado a DM Ana Riverola, del servicio, a propósito de su participación en el simposio Innovaciones en UCIN, organizado por Philips, en el XII Congreso Mundial de Medicina Perinatal, celebrado en Madrid.
"Los prematuros extremos ingresados aún no han desarrollado el oído o su capacidad sensorial. Hay que cuidar los sonidos que envuelven al niño, expuesto a un ambiente ruidoso, en vez de estar en el útero, donde el sonido está amortiguado".
En trabajos junto a la Universidad Politécnica de Cataluña, Riverola ha observado que "los ruidos más agudos son los que podrían lesionar el oído interno del prematuro y hemos detectado que hay una serie de alarmas con sonidos y frecuencias muy altas, por encima de 2.000 kHz". Dependiendo de las características acústicas (intensidad, frecuencia espectrotemporal y taxonomía), los ruidos habituales pueden ser de tres tipos. Uno, los tonos o sonidos informativos producidos por los equipos de monitorización de las constantes fisiológicas y de las alarmas de material terapéutico". Además, se producen sonidos de vocalización de bebés y adultos, y otros producidos por la calefacción, los conductos del aire, la limpieza, el movimiento...
"Al alta los prematuros tienen más incidencia de sordera, posiblemente por la prematuridad, pero el ruido podría suponer un factor de riesgo. También afecta a la capacidad de descansar ", e influye la luz, el contacto constante...
Qué cambiar
Se trata de crear un entorno normalizado y tranquilo para que el niño descanse y mejore, para que los padres estén más tranquilos e incluso, para reducir el estrés en profesionales. En cuanto a las recomendaciones para obtener UCIN silenciosas, Riverola se ha referido a las nuevas tendencias en su arquitectura con la creación de habitaciones individuales donde el niño esté y oiga a sus padres. Riverola aconseja instalar "sistemas de gestión de las alarmas y de la monitorización con sistemas centralizados donde los profesionales obtengan la información en otra zona, sin estar al lado del paciente". Asimismo, hay que organizar los flujos de personal y respetar las horas de sueño. 
Desde 2008 en el San Juan de Dios los grandes prematuros ocupan una zona de la unidad con menos luz, paneles de absorción y más tranquila. "Hicimos un estudio comparativo y vimos que había menos ruido aunque más alto de lo recomendado. En la zona de los pacientes a término era significativamente más alto y observamos picos de ruido en los cambios de turno o en los ingresos, donde llegaba a 80 ó 90 dB".
Aún queda mucho que investigar, pero "las medidas que tomamos para los grandes prematuros acaban beneficiando a todos los niños de la unidad, que están mucho más tranquilos".
Además, Riverola ha destacado la labor de enfermería en adaptar los cuidados integrados a la familia y en responsabilizar a los padres para que formen parte activa del abordaje de las patologías de sus hijos.

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